El arte y la cultura volverán a ser protagonistas en el Teatro Amira de la Rosa, en Barranquilla. Luego de un largo periodo en silencio, el lugar volverá a acoger a los más grandes artistas de la esfera nacional e internacional, gracias a la restauración que ya empezó a gestarse en sus más de cinco mil metros cuadrados de construcción.
Originalmente se llamaba Teatro Municipal, fue creado el 25 de junio de 1982 por el presidente Julio César Turbay Ayala y se le cedió en comodato a 99 años al Banco de la República, ente que lo inauguró bajo el nombre de uno de los personajes más destacados de la historia cultural de la capital del Atlántico: la narradora, poeta y dramaturga Amira Arrieta McGregor de De la Rosa (1895-1974); a ella le deben también los barranquilleros la letra de su himno. Además de ser escritora, Amira fue una destacada educadora; se estableció un largo tiempo en Madrid (España), donde estudió periodismo y se especializó en teatro y crítica teatral. Entre sus obras para teatro se encuentran "Piltrafa", "Madre borrada" y "Las viudas de Zacarías".
Uno de los mayores valores estéticos del Teatro es el telón de boca pintado por el maestro Alejandro Obregón (1920-1992), titulado "Se va el caimán", obra de gran colorido inspirada en la leyenda del Hombre Caimán, emblemática de la cultura del Caribe colombiano. Esta pieza artística fue encargada al maestro por el gerente general del Banco, el doctor Rafael Gama Quijano, y fue realizada en menos de tres meses, con la colaboración de los artistas barranquilleros Humberto Aleán, Gabriel Quintero y Henry Noguera. Es un ejemplo de la vital imaginación del artista, conocido como el gran colorista del arte moderno colombiano.
Los cambios
Como se recordará, el 27 de julio de 2016 el Amira de la Rosa fue cerrado por graves daños en la estructura y se clausuró para la presentación de grandes obras.
Por ello, este 2025 empieza la nueva era del Amira. Los trabajos de restauración están bajo la gerencia del proyecto a cargo de la Dirección General de Infraestructura del Banco de la República y la empresa Construtel S. A., de Barranquilla, estará a cargo de las obras de este importante complejo cultural para la ciudad, la región Caribe y el país. Así mismo fue seleccionada la empresa Sopórtica S. A. S. BIC, que se encargará de la interventoría.
El plan contempla obras que tienen una duración estimada de 40 meses y que se iniciarán en febrero próximo con la fase previa de planeación estratégica de los trabajos.
La restauración es compleja y de gran impacto. Pero, aun así, se conservarán todos sus valores patrimoniales, así lo ratificó Diego José Restrepo Álvarez, gerente del Banco de la República, sucursal Barranquilla, a EL NUEVO SIGLO.
“El Amira presentó algunos problemas estructurales, entonces lo que se va a hacer es recuperar y actualizar las instalaciones y mantener sus valores. Estamos haciendo todo lo posible por consolidar nuestros centros culturales de Barranquilla, al igual que en casi todas las ciudades del país. Ese es el objetivo principal: recuperar y actualizar ese inmueble para que quede en beneficio de Barranquilla y el Caribe”, reiteró Restrepo.
Aunque las obras de restauración empezarán ahora, ya desde hace muchos años el Amira había sido objeto de estudios y revisión debido a los problemas estructurales que se fueron acumulando. Adicionalmente, hace un tiempo se inició con una fase Pemp (Planes Especiales de Manejo y Protección) del inmueble, la cual duró varios meses. Posteriormente se ejecutó la fase de diseños a cargo de Daniel Bermúdez y desde febrero se inicia la reconstrucción en sí, que estará finalizada a finales del 2027 o principios del 2028.
“Eso va a tener también una interventoría, ese contrato lo va a hacer otra empresa. Y yo sí creo que le estamos apuntando a una actualización supremamente buena, en ese edificio, con toda la tecnología de punta, con todos sus escenarios y unos exteriores muy acordes con el medio ambiente, que tenga buena iluminación, es decir, va a ser un gran escenario. Yo creo que Barranquilla va a volver a contar con un gran teatro que era el centro cultural por excelencia de esta ciudad”, explicó el gerente del Banco de la República.
De fondo
De acuerdo con el representante del ente financiero, las labores de estructuración consisten en hacer un reforzamiento estructural, se hace un cambio y actualización de la parte luminaria, de la parte mecánica, también de la tecnológica. Se reforman todas las áreas exteriores, en lo que tiene que ver con arborización, manejos de agua, todo va a ser nuevo y de última tecnología.
“Es como si hiciéramos de nuevo un teatro, aquí se llama restauración porque el teatro sigue siendo lo mismo, pero todo es última tecnología. Entonces fíjate que hay parte estructural, tecnológica, de maquinaria, de luces y sonido, todo es nuevo y cada trabajo es diferente”, dijo.
En cuanto a la capacidad, con la remodelación se disminuirán algunas sillas, puesto que se hará una mejora dentro de la sala principal y del balcón, por lo que las sillas van a ser mucho más anchas, pero con mejor ubicación para que cada asistente vea bien el escenario.
“En términos redondos va a quedar como en 820 sillas, pero de todas formas es una buena estrategia. En cuanto a la inversión hay una estimación, la cifra puede variar, pero es una suma buena”, dijo.
Así nació
Diego Restrepo relató que hace aproximadamente 50 años un grupo de barranquilleros vieron la necesidad de crear un teatro; sin embargo, no tenían los recursos necesarios para su construcción. Hicieron rifas y bazares para obtener el dinero y con ello montaron la estructura, que quedó en obra negra por muchos años y estuvo al aire libre.
En los años 80, el Banco de la República tomó las riendas de la estructura, que ya había sufrido 18 años de agua, de sal, de todo lo que es el medio ambiente de la ciudad costera.
“De esta forma el banco termina esa fase de recuperación en esa época y administra en comodato. Posteriormente aparecen una serie de problemas en el 2016, por lo que se hacen unos estudios y se demuestra que hay problemas estructurales que no comprometen la caída del escenario. Pero el teatro no era nuestro, era de la Sociedad de Obras Públicas y empieza un trámite para que nos lo entreguen en donación, partiendo de una consulta que se le hace al Consejo de Estado con el compromiso de que el Banco de la República haga su gestión cultural allá”, explicó.
A partir de allí se iniciaron todas las fases para su recuperación y posterior disfrute de este nuevo espacio cultural del Caribe colombiano.