Llega Madamma Butterfly, la más conmovedora ópera de Puccini | El Nuevo Siglo
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Domingo, 10 de Marzo de 2019
Solo tres funciones en el Teatro Mayor para apreciar esta icónica obra, exigente en todos sus aspectos: desde la escenografía y el vestuario hasta sus cantantes

 

UNA historia de amor llena de ausencia y un trágico desenlace es lo que se puede apreciar en los tres actos de la ópera Madama Butterfly, uno de los títulos más emblemáticos del género y la más conmovedora creación musical de Giacomo Puccini.

Esta inmortal historia que ha cautivado durante décadas al mundo entero fue basada en el cuento de John Lutter Long, dramatizado por David Belasco.Giuseppe Giacosa y Luigi Ilica fueron los creadores del libreto, mientras que Puccini compuso toda una magistral obra de notas para las que se inspiró no solo en la trama sino también en Madame  Chrysanthème (1887) de Pierre Loti.

La historia se desarrolla en Nagasaki, Japón, a finales del siglo XIX o principios del XX, época en la que Estados Unidos y Japón consolidaron una estrecha relación comercial. Tiene como personajes centrales a Pinkerton, teniente de la Marina norteamericana y a Cio-Cio-San, también conocida como Butterfly, una joven de 15 años de origen noble.

Pinkerton ha negociado con el casamentero japonés Goro su boda con Cio-Cio-San. El tío Bonzo de Butterfly, sacerdote budista, la maldice al saber que su sobrina se ha convertido al cristianismo y obliga a todos los parientes a renegar de ella.  Pinkerton se marcha a Estados Unidos con la promesa de volver. Al poco tiempo de la partida, Cio-Cio-San tiene un niño, del que Pinkerton nunca se entera. Pasan los años y no hay noticia de Pinkerton, hasta que un día Sharpless, el cónsul de los Estados Unidos, le anuncia su regreso. Pinkerton regresa con una noticia inesperada. Una historia de amor llena de ausencias y un trágico desenlace. 

Esta conmovedora obra llega a las tablas del Teatro Mayor Julio Maro Santo Domingo para tres únicas funciones: este miércoles, el viernes y el domingo.

Madama Butterfly  cuenta para esta adaptación en Colombia con la dirección musical de Rodolfo Fischer y dirección escénica Alejandro Chacón, y la participación de la Fusión Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, el Coro de la Ópera de Colombia y un destacado grupo de cantantes internacionales. 

En los papeles principales estarán la soprano griega Alexia Voulgaridou (Cio-Cio-San), el tenor colombiano César Gutiérrez (Pinkerton), el barítono uruguayo Marcelo Guzzo (Sharpless), y la mezzosoprano turca Asude Karayavuz (Suzuki). El reparto lo completan los colombianos Manuel Franco, Juan Camilo Acuña, Sergio Martínez, Monica Danilov y Juan David González.

“La ópera es el mundo de la música”

Esta ópera que se presentará en el Santo Domingo es exigente en todos sus aspectos. Así, además de la calidad interpretativa y el “majestuoso” vestuario, hay otro aspecto clave y es la escenografía que estará a cargo de la colombiana, Liliana Duque, quien en entrevista a los periodistas del Teatro Mayor habló sobre su preparación para este trabajo profesional y aseguró que ““El teatro es el mundo de la palabra, y la ópera el de la música”.

¿Puede contarnos un poco su trayectoria?

Liliana Duque: Soy escenógrafa y escultora. Comencé con escultura y por esos azares de la vida entré a trabajar con la ópera, como asistente del asistente del asistente, en 1996. Era estudiante todavía, y mi profesor en ese momento era el jefe de producción. Entré a asistir y a hacer utilería, y después me fui a estudiar escultura, pero me enamoré más del lado de producción del teatro. Terminé mi máster en escultura, y seguí con un máster en diseño de escenografía. Una gran diferencia es el trabajo como equipo. En la escultura, se trata de lo que uno quiere decir como escultor, mientras que en la ópera y en el teatro hay una voz común de lo que el director quiere, y se trata de poder dialogar y de poder construir para formar algo. Realmente los primeros pinos fueron con Alejandro y Adán.

¿Qué se enamoró de la ópera?

L.D.: La colaboración y la escala. Yo comencé en la arquitectura y me pasé a artes y escenografía; la ópera es una perfecta combinación de estos mundos, con el drama encima. Eso fue lo que me enamoró. Además, en la ópera puedes hacer una metáfora, y la música ocupa y crea el espacio de una manera diferente. A mí también me encanta al teatro, pero me gusta sobre todo poder pasar de una cosa a otra. No me gusta decir “yo trabajo solo en esto, o solo en otro”, sino que uno se cambia el atuendo y pasa de un mundo a otro. El teatro es el mundo de la palabra; y la ópera, el de la música.

¿Cómo es la atmósfera y la estética de Madama Butterfly?

L.D.: Esta es la tercera puesta en escena de esta producción. Ha evolucionado desde cuando se diseñó. El concepto básico sigue, es realmente una abstracción de la estética japonesa, y juega un poco con paneles para crear una arquitectura a través del movimiento.