EN COLOMBIA el hurto de vehículos y motocicletas, especialmente de media y alta gama y con alguna preferencia camionetas pickups, tipo platón, registra pagos de las aseguradoras anualmente de un billón de pesos, además de la pérdida de la vida y de lesiones de sus propietarios, cuando oponen resistencia para ser despojados de sus activos.
Las agencias de seguridad del Estado revelaron a EL NUEVO SIGLO que se trata de bandas organizadas y redes constituidas para el hurto de vehículos y de motocicletas, en algunos casos por “encargo” para los grupos armados al margen de la ley que delinquen en zonas rojas.
También, dicen los voceros consultados, que algunos de los vehículos y motocicletas de alta gama son “gemeleados” y otros vendidos en las zonas de frontera con Ecuador y Venezuela, mientras que el grueso de los automotores hurtados son desguazados para vender sus partes como repuestos de segunda.
Afirman que el uso de la tecnología para combatir estos delitos es eficaz cuando se reacciona inmediatamente después del hurto de un vehículo, pues de lo contrario los criminales desactivan los sistemas de localización con modernos inhibidores.
Las autoridades dicen que muchos de los vehículos no son recuperados por las autoridades, debido a que las redes criminales en cuestión de tres, cuatro y cinco horas, los desguazan en talleres clandestinos y sus placas son destruidas en un esfuerzo para burlar a las autoridades.
El presidente ejecutivo nacional de la Asociación del Sector Automotriz y sus Partes (Asopartes), Carlos Andrés Pineda Osorio, dijo que las cifras de hurtos de automotores, son preocupantes a pesar de la reacción de la Policía Nacional y de la Fiscalía General de la Nación con la captura de importantes redes criminales y la recuperación de vehículos y motocicletas.
De acuerdo con las cifras del Ministerio de Defensa Nacional y del Servicio Estadístico de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía Nacional, en el año 2022 fueron hurtados 11.153 vehículos; en el 2023, se registró un ligero incremento en los hurtos al contabilizarse un total de 11.592 y en lo corrido del presente año se contabilizan 5.610.
En cuanto al hurto de motocicletas, las cifras dan cuenta que en el 2022 fueron hurtadas 38.517 motocicletas; en el 2023, 41.710 y desde el 1 de enero al 15 de julio de 2024, se contabilizan 19.318 casos.
Las redes criminales
Las autoridades revelan que los hurtos de los automotores son ejecutados por redes especializadas en su gran mayoría con armas de fuego, otros con armas blancas y/o cortopunzantes; con armas contundentes, con escopolamina, con llaves maestras y sin empleo de armas, es decir, por el sistema de halado cuando el carro está sin pasajeros, parqueado en bahías o en la calle o sencillamente sin ninguna vigilancia.
Señalan que los antisociales para llevar a cabo los hurtos se desplazan en vehículos de alta gama con placas falsas o “gemeleadas”, en motocicletas, en bicicletas e incluso a pie, al parecer, para no despertar sospechas entre las autoridades de Policía y de sus eventuales víctimas. Generalmente actúan entre tres y cinco personas para ejecutar la acción criminal.
Pineda Osorio explicó que “desde la Asociación del Sector Automotriz y sus partes, hemos venido trabajando articulada y permanentemente con el Gobierno Nacional, con la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía Nacional y sus seccionales de la Sijín y la Fiscalía General de la Nación para enfrentar el flagelo del hurto de automotores”.
Del mismo modo, precisó que “el flagelo del hurto de vehículos no es nuevo y es una problemática que adolece Colombia y por supuesto se presenta en todas las ciudades del país, en mayor medida en Bogotá, en Medellín y en Cali y en menor medida en las demás ciudades del territorio nacional”.
Reveló que “en ese trabajo con las autoridades detectamos que existen bandas organizadas, bandas constituidas, especialmente, para el hurto de vehículos y de motocicletas. Flagelo que no solo pone en riesgo los activos importantes de los colombianos, sino la vida misma de los ciudadanos”.
Destacó que “las autoridades se han venido especializando en todos los temas de detección y por supuesto en cercos alrededor del hurto, porque la tecnología nos ha ayudado a detectar muy rápidamente la movilidad de esos vehículos. Sin embargo, las bandas criminales, estos facinerosos y reducidores, tienen métodos de detección y establecen si el vehículo hurtado cuenta con sistemas de geolocalización y buscan inhabilitarlos muy rápidamente. Existen inhibidores de frecuencia portátiles, de señal GPS y de señal de telefonía móvil”.
Asimismo, subrayó que “este flagelo afecta no solamente el patrimonio de los colombianos, sino también la industria aseguradora con gremios como Fasecolda. Realmente el tema de fondo está en la prevención, en la búsqueda de desarticular estas bandas y redes de comercialización de partes, piezas hurtadas y reducidas”.
Acotó que “es un tema de cultura ciudadana la de entender que cuando estamos comprando una pieza robada no solo estamos poniendo en riesgo nuestra vida, porque esa pieza puede sufrir alteraciones durante el proceso de desmonte y también estamos poniendo en peligro la vida de los colombianos, porque esa pieza puede estar untada de sangre al ser hurtada con armas cortopunzantes, con armas de fuego, con armas que pueden haber causado la pérdida de una vida humana”.
Resaltó que los vehículos y motocicletas de mediana y alta gama, de acuerdo con la información de las autoridades, “por su alto valor son preferidos por los antisociales, entiéndase no solo para reducirlos en sus partes y piezas, sino con el deterioro del clima de seguridad del país”.
Recalcó que “con la reactivación de las bandas criminales en algunas zonas y departamentos de Colombia, esos vehículos lastimosamente son llevados a esas regiones de movilización, a esos lugares donde los grupos armados al margen de la ley tienen fuerte presencia y son muy apetecidos y utilizados, especialmente, las camionetas y las pick-ups porque son muy resistentes y de estructura robusta”.
Metodologías de hurto
Describió que “hemos recibido información de las autoridades en el sentido que estas bandas organizadas también han entendido, aprendido y han desarrollado metodologías para desactivar muy rápidamente los sistemas de detección”.
Afirmó que “entendíamos que esos valores de los automotores hurtados, especialmente, los de media y alta gama, por las reclamaciones a las empresas aseguradoras, podrían superar el billón de pesos en nuestro país. Reiteró esa millonaria suma se registra anualmente”.
“Es un billón de pesos y lo digo, porque realmente el precio de los vehículos y de las motocicletas, consecuencialmente, luego de la pandemia y obviamente con la escalada del dólar todo ese proceso de convertir los valores de venta y los valores comerciales de los automotores que pueden estar siendo afectados, perfectamente es un flagelo que cobra esas cifras multimillonarias cada año en nuestro país”, manifestó.
Narró que “indudablemente no solo tienen que responder las compañías aseguradoras al verse afectadas por el hurto de un vehículo, sino también está la pérdida que sufre el colombiano porque ha pagado un seguro, un SOAT y una revisión tecno mecánica y son pérdidas que tiene el propietario afectado por una acción criminal”.
Agregó el presidente ejecutivo nacional de Asopartes que “el flagelo del hurto de vehículos, de motocicletas y aún de las bicicletas de todo el sector transversal de la movilización en Colombia son dramáticos y por esta razón es el llamado a las autoridades para enfrentar con vigor a estas redes criminales y proteger los activos de los ciudadanos y sobre todo el cuidado de la vida de cada colombiano en nuestro país”.