Es vital estar informado sobre las enfermedades a las cuales puede estar expuesto antes de viajar.
La realización de un viaje requiere de una adecuada preparación sanitaria de acuerdo al destino, el sexo, la edad, el estado de salud de la persona y el tipo de paseo, y en este sentido la vacunación es una medida muy importante para prevenir enfermedades infecciosas.
Según cifras oficiales, 4 millones de viajeros en el mundo requieren atención médica durante o después de los viajes, por eso las personas deben tomar medidas preventivas con el fin de disminuir cualquier tipo de riesgo.
En términos generales, por la diferencia de alimentos y de agua de una región a otra las personas que viajan están expuestas a adquirir ciertas afecciones por múltiples vías, las cuales están relacionadas con los mecanismos de transmisión de estos microorganismos, la epidemiología del destino y las condiciones del viajero.
Las enfermedades que se pueden adquirir en un viaje son la hepatitis A, el cólera o la fiebre tifoidea, las cuales se transmiten a través del agua y de los alimentos; la fiebre amarilla, el dengue, la malaria y la leishmaniasis se pueden adquirir por la picadura de un mosquito o vectores.
Hay enfermedades como la rabia, la brucelosis y la leptopirosis que son transmitidas por los animales o por la tierra, por esta razón la Cruz Roja Colombiana desarrolló un plan de vacunación para los viajeros, a los cuales no sólo se les pone la vacuna de acuerdo a su lugar de destino, sino que se les brinda una asesoría sobre las dosis y sobre las enfermedades a las cuales pudieran estar expuestos teniendo en cuenta el lugar al cual se dirigen.
La directora de la Dirección de Salud de la Cruz Roja Seccional Cundinamarca, Lila Ramírez recomienda a los viajeros las bebidas embotelladas, comer en sitios confiables y el uso de bloqueadores solares, además señaló que resultaría vital que las personas con enfermedades crónicas lleven su historial clínico.
Según Ramírez, en el caso colombiano hay enfermedades específicas de acuerdo al destino; en la costa por ejemplo es normal que las personas puedan adquirir fiebre tifoidea por las malas condiciones de los alimentos, sobre todo de los camarones, esta afección podría llevar a una deshidratación si no se toman las medidas pertinentes.
Los síntomas de esta patología son la diarrea y la fiebre muy alta, cuando esto pasa hay que acudir al médico de inmediato.
En esta región de Colombia también puede haber transmisión de hepatitis A, por esta razón hay que vacunarse y hacer el refuerzo a los 6 meses.
En los climas fríos son comunes las enfermedades respiratorias o si el clima es húmedo las personas que sufren de asma se podrían ver gravemente afectadas, ya que esa humedad cierra más los conductos respiratorios, en este caso se requiere vacunarse contra la influenza, estar bien abrigado y llevar el inhalador.
Por su parte, la fiebre amarilla se puede adquirir en sitios como los Llanos Orientales y el Amazonas, en este caso hay que vacunarse contra esta afección que requiere solo de una dosis y se repite cada 10 años.
La medicina del viajero
La medicina del viajero es una rama que aborda las herramientas básicas para asegurar un buen viaje y mitigar las posibles dificultades de salud desencadenadas por un ambiente hostil.
Al respecto, Diego García, experto en Medicina Aeroespacial, explica que el desbordante crecimiento de la industria aeronáutica y los viajes de larga duración en aeronaves masivas proponen retos logísticos y operacionales a todos sus actores que podrían afectar la salud y el bienestar de los viajeros.
Sin duda, viajar en avión plantea situaciones estresantes, que en cierta medida son hostiles, que van desde el momento previo al abordaje hasta la espera del equipaje en el lugar de destino.
Una vez en la aeronave, el ambiente de la cabina de pasajeros integra situaciones especiales como la cantidad de oxígeno y la presión barométrica disminuidas, condiciones a las que una persona saludable puede adaptarse fácilmente, pero no tanto otras con enfermedades cardiacas, pulmonares o ciertas afecciones sanguíneas.
Una vez en el destino final, el cambio de horario puede desencadenar un des-sincronismo del reloj biológico (conocido también como jet lag), produciendo fatiga y somnolencia. Por otra parte, los viajes a zonas tropicales y de enfermedades infectocontagiosas exigen que los viajeros completen y amplíen su esquema de vacunas con adecuada antelación.
“La mayoría de estas situaciones son llevaderas cuando se presentan en individuos sanos; pero en caso de una enfermedad preexistente se debe consultar al médico especialista ante las potenciales complicaciones que puede acarrear una de estas jornadas de desplazamiento”, dijo García.
El médico experto en medicina del viajero debe emitir recomendaciones encaminadas a evitar complicaciones de salud serias durante o después del viaje. Aerocivil estima que en estas vacaciones se movilizarán cerca de 20 millones de personas desde y hacia los aeropuertos nacionales. Ciertos vuelos imponen retos al estado de salud de los viajeros.
El médico experto en medicina del viajero debe emitir recomendaciones encaminadas a evitar complicaciones de salud serias durante o después del viaje.
Una historia clínica completa que incluya antecedentes médicos patológicos será de gran ayuda para dilucidar posibles complicaciones derivadas del viaje y las estrategias a implementar para contrarrestarlas.