Comesaña, el ‘tiburón mayor’ | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 13 de Junio de 2019
Redacción Deportes

‘Julio IX’ es como los seguidores del Junior llaman ahora a quien antes le decían ‘Pelo e burra’ y su nuevo mote tiene una doble connotación. Sí, por un lado significa que es la novena vez que dirige a los tiburones y, por el otro, está relacionado con la conquista de la novena estrella.

Para muchos, el estratega nacido en Uruguay hace 71 años, concretamente en Montevideo un 10 de marzo de 1948, es una especie de comodín que tiene la familia Char, propietaria del onceno Barranquillero, como también lo fue Miguel Ángel ‘Zurdo’ López, quien le compite aunque ahora de lejos, en las veces que ha estado sentado en el banco técnico del club fundado el 7 de agosto de 1924.

Llegó a Colombia en 1972 para integrarse al plantel de Millonarios. Jugaba como volante y hacía gala de la tradición charrúa: garra y fortaleza. Era uno de esos jugadores que nunca se amedrentaba y tenía la condición que hacía prever que sería técnico: ascendencia en el grupo, liderazgo.

Lea también: Junior, campeón de la Liga Águila 2019- I

Antes de colgar los guayos y sentarse en el banco técnico, en Colombia, jugó para el Junior en 1973. Ahí nació ese romance con los barranquilleros, que como siempre, ha tenido altas y bajas, pero siempre termina en luna de miel.

Tras dos años en su natal Uruguay, volvió para consolidar su amor con los tiburones. Estuvo entre 1975 y 1979 defendiendo la casaca rojiblanca, participó de la conquista de un título y de inmediato partió para Santa Marta a jugar para Unión Magdalena.

Ya en 1981 se vinculó al ‘Poderoso’ Medellín, club en el que dijo adiós al fútbol activo y dio sus primeros pasos como entrenador. Fue el encargado de darle la oportunidad a Luis Carlos Perea, Gildardo Gómez o Leonel Álvarez,  pocos años después figuras con el Atlético Nacional.

Su segunda experiencia como entrenador fue con el Deportivo Cali y luego se marchó a Paraguay para ponerse al frente de Guaraní, pasó a territorio charrúa para orientar a Danubio y volvió para tener su primera relación ya como técnico, con Junior.

Regresó al Medellín, estuvo un año y no resistió la tentación de vincularse al Junior por segunda vez, solo que en esta oportunidad saboreó las mieles del triunfo y dio la vuelta olímpica con el equipo de los Char, Fuad, Antonio y Alejandro.

Santa Fe, Tolima y Unión Española de Chile fueron las siguientes escalas de ‘Julio IX’ o ‘Pelo e burra’, como lo empezaron a llamar en Barranquilla porque su cabello se tornó gris, antes de aterrizar de nuevo en ‘La arenosa’ para dirigir por tercera oportunidad al Junior entre 1996 y 1997, para luego irse a sus raíces como técnico, a orientar las inferiores del Medellín.

Regresó al Junior, Santa Fe, fue al Cuenca de Ecuador, Real Cartagena y por cuarta vez se sentó en el banco técnico de los tiburones y estuvo hasta 2009 cuando obtuvo el subtítulo.

Lea también: Comesaña vuelve al Junior por novena vez

Se marchó al Deportivo Pereira para luego vincularse a la Selección Colombia de mayores, en 2011, como asistente técnico de Leonel Álvarez, justamente uno de los jugadores que promovió, pero su aventura fue corta.

En 2012 volvió al Cali y en 2015 se dio la quinta vinculación al Junior de Barranquilla para llevarlo a la final. Y aunque no le gustaba que le dijeran ‘Pelo e burra’, se fue acostumbrado y lo aceptó.

Tras su paso por Sud América y Racing, el hijo pródigo volvió a casa para ganar la Copa Colombia y ser finalista de la Suramericana.

Otra vez se vinculó a Junior en 2018 y aunque perdió la final de la Suramericana, alcanzo el título del segundo semestre, tras lo cual renunció para irse a dirigir a Colón de Santa Fe en donde dirigió cinco partidos y fue destituido.

Regresó a Barranquilla, su casa, de la que dice es hijo putativo y los malos resultados de los curramberos en la Copa Libertadores y la racha de nueve partidos consecutivos sin ganar, le abrieron las puertas para sentarse en el banco técnico del Metropolitano por novena ocasión.

Atrás quedó el mote de ‘Pelo e burra’ y asumió el de ‘Julio IX’, bien por conquistar el título 40 días después de reemplazar en el cargo al antioqueño Luis Fernando Suárez.

Ascendencia

El milagro lo logró aprovechando las bases que dejó. Jugadores que fueron figuras en la conquista de la octava estrella en diciembre pasado y que habían desaparecido del radar de la formación titular en la era Suárez, volvieron a ser protagonistas y artífices de este nuevo logro de Comesaña.

¿Cómo lo hizo? Sencillo, él mismo lo explicó. Acudió a recuperar la memoria táctica de cada uno de los integrantes del elenco barranquillero y les trabajó la parte mental, convenciéndolos de sus capacidades individuales y del aporte que podían hacer al colectivo.

Sebastián Viera volvió a ser el portero seguro; Luis Fuentes poco a poco fue volviendo a su nivel gracias a la confianza que le brindó, mientras que Víctor Cantillo retomó el protagonismo y el rendimiento que en algún momento le valió ser considerado como infaltable en la lista de la Selección Colombia para la Copa América y ni qué decir de Teo Gutiérrez. Sí, el cuestionado Teo, de la mano de Comesaña es otro jugador, es el eje sobre el que gira Junior.

‘Julio IX’ será recordado por su capacidad para manejar a un grupo de jugadores que se sabe no es fácil, por compenetrarse con su forma de ser y entender a un pueblo que ama a su ‘Junior, tu papá’ y por dejar siempre un legado, que no es necesariamente un título, sino jugadores que luego brillan con luz propia.

Lo hizo en Medellín y lo hace en el elenco barranquillero, o si no que lo digan Teo, Bacca, Luis Carlos Ruíz y ahora Luis Díaz, por solo citar unos pocos.