El francés Arnaud Démare (Groupama-FDJ) se adjudicó al esprint la décima etapa del Giro de Italia, este martes en Módena, mientras que el italiano Valerio Conti (UAE Emirates) conservó la 'maglia' rosa de líder.
Esta vez, Demare impuso su potencia en una larga recta de llegada de más de dos kilómetros. Entró en la meta delante del campeón de Italia, Elia Viviani, de nuevo segundo, y del alemán Rudi Selig, que suplió en la llegada al mejor esprinter de su equipo, el campeón alemán Pascal Ackermann.
Ackermann, vencedor de dos etapas al esprint desde el inicio de la prueba, cayó tras el cartel del último kilómetro, con otros corredores.
Con el pantalón desgarrado, dejando ver heridas en el costado derecho, Ackermann, que lleva el maillot violeta de clasificación por puntos, se levantó para retomar la bicicleta y superar la línea de meta.
El alemán no solo perdió la eventualidad de un tercer triunfo de etapa, sino también la casi totalidad de su ventaja en la clasificación por puntos respecto a Démare, que se colocó cerca de Ackerman.
Démare (27 años), regularmente colocado en las llegadas, pero siempre a la búsqueda de una victoria desde el inicio del Giro de Italia, logró su primer triunfo de etapa en la prueba, en la que participa por tercera vez.
Vencedor de la Milán-San Remo en 2016, el francés cuenta en su palmarés con dos etapas del Tour de Francia.
Un triunfo esperado
"Sabía que estábamos bien, pero nos faltaba éxito hasta el momento", señaló el francés del equipo Groupama-FDJ.
"Tuve el ritmo perfecto, la potencia y la apertura en la llegada", señaló Démare, que aseguró que siempre tuvo confianza en sí mismo, pese a la ausencia de victorias en 2019.
"Tengo la costumbre de ser paciente, he sabido estar arriba y estar tranquilo. Gracias a mi equipo, no he perdido confianza", señaló el francés.
Su equipo, que trabaja para él en el Giro, había preparado la etapa desde hace tiempo. Antes de la salida de la prueba en Bolonia, la semana pasada, vino a reconocer la llegada para poner todas las posibilidades de su lado, hasta el último detalle.
Esta etapa, prometida a los esprinters teniendo en cuenta el trazado rectilíneo y plano entre Rávena y Módena, no dio lugar a ningún ataque, más allá de una escapada de dos ciclistas, el japonés Sho Hatsuyama y el "local" Luca Covili.
El dúo, controlado a distancia por el pelotón, fue alcanzado a 25 kilómetros de la llegada.
El miércoles, los esprinters disponen de su segunda posibilidad de la semana en la undécima etapa, de 221 kilómetros entre Carpi y Novi Ligure.
El recorrido, sin ninguna dificultad en el llano de Po, concluye en una recta de 3.000 metros en una pequeña ciudad (Novi Ligure) que alberga el museo dedicado a los "campionissimi" Costante Girardengo y Fausto Coppi, dos ciclistas de la zona.