Ibargüen y Rojas disputarán el trono del salto triple femenino | El Nuevo Siglo
AFP
Viernes, 4 de Octubre de 2019

El triple salto femenino tendrá su gran duelo suramericano. La venezolana Yulimar Rojas, defensora del título, y la colombiana Caterine Ibargüen, que compite tras ser operada en agosto de una fascitis plantar, cumplieron y sellaron su billete a la final del Mundial de Doha.

Las dos superaron la distancia mínima clasificatoria para la final (14,30 metros): Rojas alcanzó 14,31 metros e Ibargüen llegó a 14,32, las dos en su segundo intento, tras el cual ya no continuaron saltando al tener el objetivo en el bolsillo.

Ibargüen fue la segunda mejor de toda la ronda de calificación, en la que el objetivo para las favoritas era simplemente asegurar el pase, y Rojas la cuarta.

La mayor distancia del jueves la logró la jamaicana Shanieka Ricketts (14,42 metros), la mujer que privó a la estrella venezolana del título en la Liga de Diamante esta temporada.

Todas las miradas estaban puestas especialmente en Ibargüen, la vigente campeona olímpica y dos veces campeona mundial (2013, 2015), que desde la operación de agosto solo había competido en una ocasión, en salto largo en Bruselas en septiembre, con un discreto octavo lugar que disparó las alarmas sobre su estado de forma.

Se especuló con una posible ausencia en este Mundial, pero la saltadora antioqueña de 35 años acudió puntual a la cita.

“Psicológicamente estoy al 100%, creo que mejor psicológicamente que físicamente, pero cuando salgo a la pista lo hago a guerrear y a dar lo mejor”, declaró Ibargüen a la AFP al término de la prueba.

Empezó con un salto de 13,97 metros, muy corta para sus estándares, pero en el segundo pudo superar la mínima (14,32 m), pese a que "las sensaciones no fueron buenas", según admitió.

Decepción cubana

Por su parte, Yulimar Rojas (23 años) también superó el obstáculo de este jueves. Tras un primer intento nulo, alcanzó 14,31 metros en el segundo para cumplir la misión.

“Mi alegría abarca mucho en mis competencias, es parte de lo que me caracteriza. Estoy contenta por clasificar hoy a la final y el sábado a darlo todo”, sonrió la saltadora venezolana, confiada en revalidar su corona.

Rojas es la gran favorita al título, avalada por su título panamericano de agosto en Lima y, sobre todo, por su impresionante 15,41 metros de la reunión de Andújar (sur de España) en septiembre, lo que le deja como la segunda mejor de la historia, ya pensando en el récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets (15,50 metros), vigente desde 1995.

En la final, Rojas estará acompañada por su compañera de entrenamientos española Ana Peleteiro, que obtuvo el octavo mejor registro (14,23 metros) y disputará su segunda final mundial consecutiva.

La cubana Liadagmis Povea, una de las mejores de la temporada, fue la decepción de la jornada, con un decimoquinto puesto (14,08 metros).

Proeza de Naser

Más allá de la gran batalla de las dos máximas estrellas del atletismo sudamericano en el triple salto, el Mundial de Doha vivió este jueves la proeza de la joven bareiní Salwa Eid Naser (21 años), que firmó el tercer mejor crono de la historia para coronarse en los 400 metros, con 48.14.

Únicamente dos mujeres han sido más rápidas que Naser en la vuelta de pista, Marita Koch (47.60 en 1985 representando a Alemania Oriental) y Jarmila Kratochvilova (47.99 en 1983, representando a Checoslovaquia).

Naser sorprendió así a la favorita bahameña Shaunae Miller-Uibo, que batió un récord continental (48.37) y se colgó la plata.

En el lanzamiento de bala, la china Gong Lijiao revalidó su título mundial, mientras que en las pruebas combinadas los oros fueron para el alemán Niklas Kaul (decatlón) y la británica Katarina Johnson-Thompson (hepatlón).

Por su parte, España pudo festejar este jueves su primera medalla casi 24 horas después de la final de 110 metros vallas.

Fue un bronce para Orlando Ortega, que fue quinto en esa final, pero al que, tras dos recursos del equipo español, se compensó de esta forma por la obstrucción que había sufrido durante la carrera por parte del jamaicano Omar McLeod./AFP