Se acerca una nueva prueba para la tricolor previo a la Copa América 2020 y a las Eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Colombia medirá fuerzas con Chile en Alicante, España, y con Argelia en Lille, Francia. Estos encuentros serán decisivos para el equipo ya que primero enfrentarán a un plantel que conocen bien como lo es Chile, que se caracteriza por su agresividad y juego directo, y luego con Argelina, que es veloz y sabe cómo contragolpear.

Desde que Carlos Queiroz se topó con la Selección Colombia, la escuadra cambió de sistema de juego, pensando en mejorar un elemento que siempre ha sido un dolor de cabeza para la plantilla, la defensa. Históricamente Colombia resaltó por ser un equipo ofensivo, que siempre salía a buscar opciones con ímpetu en el arco rival y le cobraban la falta de equilibrio en contra golpes letales del rival. En la era Queiroz, la tricolor tan solo encajó cuatro goles en 10 partidos disputados, elemento que desde hace mucho se le pedía al cuerpo técnico.

Colombia logró sacar el arco en cero en ocho partidos desde que el luso implementó en la tricolor el esquema de 4-3-3, en donde le brindó prioridad al funcionamiento del fondo. A diferencia de otras zonas del campo, como la línea de volantes y la delantera, en la defensa se han presentado pocas rotaciones tomando como punto de partida la dupla de centrales Mina-Sánchez. En las bandas, por lo general Santiago Arias juega por la derecha aunque en algunas ocasiones lo hizo bien Stefan Medina. En el costado izquierdo, el espacio lo ha tenido William Tesillo, quien es un zaguero pero en México tomó el rol de lateral.

El recibir pocos goles en el inicio del proceso genera tranquilidad, pues en la era Pékerman Colombia era un plantel que atacaba durante casi todo el encuentro pero fueron limitados los partidos en los que David Ospina finalizó con el marcador en cero. El rendimiento de los defensores en la tricolor es muy bueno, no obstante, sin lugar a dudas el cambio de sistema de juego les otorgó a los cafeteros orden.

El hecho de adaptar a Tesillo a la banda le entregó a Santiago Arias un trabajo más ofensivo pues el hombre del Atlético de Madrid es más rápido y está acostumbrado a salir constantemente a buscar el arco rival, mientras que el exjugador de Santa Fe no es veloz pero cuenta con llegada aérea y potencia.

El papel de Barrios y Lerma

Por supuesto, el desempeño de los integrantes de la última línea es positivo y todos respondieron a sus funciones. Además de mencionar el gran trabajo de los defensores, se debe tener en cuenta el rol fundamental que le dio el entrenador portugués a Wilmar Barrios, volante de marca del Zenit ruso que fue uno de los mejores en la Copa América y en los amistosos es titular indiscutido para el cuerpo técnico.

En una conferencia de prensa, Queiroz explicó que la labor de Barrios en la tricolor es fundamental porque además de ser un volante de marca rápido tiene salida y no es un deportista al que le muestren tarjetas amarillas constantemente. Con su papel, la defensa no está tan cargada y puede organizarse de forma más sencilla.

De igual manera, otro jugador que le da una mano importante a la defensa en su trabajo es Jefferson Lerma. Mientras que Barrios debe encargarse de recuperar y alejar el rival de la línea del fondo, Lerma cuenta con la difícil función de encontrar una salida rápida para que los delanteros formen contra golpes. En la Premier, Lerma participa en casi todos los partidos con el Bournemouth, gracias a ello, Queiroz lo usa en la Selección como un volante mixto con una tarea específica.

En ese sentido, Colombia está llevando a cabo mejoras en una de sus zonas que históricamente es más débil. Queiroz, indudablemente, centró su trabajo en la defensa aunque como bien se sabe, el aplica el pensamiento de que la tricolor debe manejarse en equipo. “Si atacamos, atacamos 11, si defendemos, defendemos 11. Es un proceso en equipo y Colombia quiere formar una identidad colectiva”.