En aspectos tácticos, planteamientos, decisiones y hasta en la forma de dar a conocer las listas de convocados difieren el argentino y el portugués

Experimentados, recorridos, pausados, con gusto por el fútbol bien jugado pero con estilos diferentes, José Pekerman dejó huella en la Selección Colombia y ahora Carlos Queiroz está sentando sus bases para dejar su impronta y que sea imborrable.

El portugués, cuando fue presentado oficialmente en marzo pasado como nuevo estratega nacional tras siete años del argentino en el banco, dejó claro que iba a edificar desde los cimientos que le dejó su antecesor.

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No obstante, si bien es cierto que ha mantenido buena parte de la nómina titular, su mano se ha ido notando de a poco e imponiendo su esquema, el que empleó en Portugal o en el Real Madrid, el 4-3-3, aunque en Irán, por la clase de jugadores que tenía, fue un poco más conservador o defensivo si se quiere.

Colombia, que adquirió una identidad futbolística en la época de los 90 gracias al virtuosismo de jugadores como Carlos Valderrama, Freddy Rincón, Faustino Asprilla, aunque tuvo un bache, lo logró recuperar con la aparición de James, Cuadrado, Quintero o Cardona.

Y, lo mejor es que con estilos diferentes, tanto Pekerman como Queiroz le han dado continuidad. No se puede decir que la Selección del portugués sea menos ofensiva o no le dé buen manejo al balón, como tampoco se podía afirmar en los días del argentino, que fuera defensivo.

Puesto por puesto

Después de René Higuita, los arqueros colombianos han sido atajadores, más que arqueros-líbero y desde los días de Pekerman, el guardameta titular ha sido David Ospina, con la suplencia de Camilo Vargas.

¿Pero cuáles son las diferencias?

1. Defensa: a Pekerman le gustaba jugar con dos laterales con proyección, que constantemente se sumaban al ataque y tuvo a Camilo Zúñiga o Santiago Arias por derecha y a Farid Díaz o Pablo Armero por izquierda.

Queiroz en cambio ha recurrido a cuatro defensores centrales: Estefan Medina, Yerry Mina, Dávinson Sánchez y William Tesillo y no es porque no disponga de laterales, sino porque al emplear en ese puesto a Medina y Tesillo, se hace fuerte en la marca y en el juego aéreo. Los dos son muy buenos cabeceadores, tanto en defensa como en ataque, aunque pierde salida y por eso cuando fue necesario en el partido contra Catar, acudió al jugador del Atlético de Madrid para que acompañara a Cuadrado.

2. Primera línea de volantes: en los días del técnico argentino se jugaba con dos volantes de marca, bien fuera Carlos Sánchez acompañado de Abel Aguilar o luego Wilmar Barrios en la última etapa, siempre con prioridad en la recuperación de balón, aunque Aguilar tenía algo de libertad para manejar el esférico, pisar el área rival e ir a buscar el cabezazo.

Ahora se mantiene un volante de recuperación, Wilmar Barrios, pero no como cabeza de área, sino con la orden de moverse a lo ancho de la cancha, de cubrirle la espalda a Tesillo y a Medina.

Además, con Pekerman, siempre el cabeza de área tenía la misión de meterse entre los centrales cuando los laterales se proyectaban. En esta era Queiroz ya Barrios no cumple esa función y menos Mateus Uribe, quien es el que lo acompaña en la tarea de recuperar el balón, puesto que el antioqueño ejerce más como un volante mixto, es decir que recupera pero tiene salida y acompaña a James y Cuadrado en el trabajo de generar juego ofensivo.

3. El complemento: antes era marcado el 4-4-2, en el que a los dos de marca los acompañan James y Cuadrado. Ahora, junto a Barrios y Uribe, en el 4-3-3 de Queiroz aparece Cuadrado, quien tiene tareas de marca y juega más por el centro, ya no es el extremo, extremo de antes, sino que engancha hacia adentro o se junta más al ‘10’ o se ubica por detrás del ‘9’.
4. Arriba: el ‘10’ continúa siendo James, a quien siempre se le ha dado libertad de moverse, solo que ahora es más punta que antes, es uno de los tres del frente en el que están Roger Martínez, Duván Zapata o Falcao García. Ello es lo que hace que Cuadrado no juegue tan abierto, aunque cuando o se tiene el balón se repliega y asiste al marcador de punta de la zona derecha.
5. Trabajo: en la era Pekerman se acostumbraba a que las convocatorias se conocieran los viernes bien entrada la noche, simplemente a través de un comunicado. Ahora se da a conocer al medio día, se hace un video y el portugués entrega algunas explicaciones, a lo que se suma una conferencia de prensa, bien sea el mismo día o al siguiente. Hay más contacto con la prensa, como también lo hay en la forma de trabajar de cara los partidos, en la preparación.
6. Estrategia: de lejos es notorio que Queiroz es mucho más táctico-estratégico que Pekerman, es más disciplinado y plantea los partidos dependiendo del adversario. Además, es más rápido para realizar cambios e impresiona con el conocimiento del material humano del que dispone.

La Colombia de ahora es muy ordenada en defensa y no se dejan los boquetes de antes porque los marcadores de punta son eso, primero marcan y si pueden se proyectan, aunque no llegan tan seguido al fondo. Los dos centrales cumplen con su función y por eso no se necesita que un volante llegue a ejercer como tercer central y en ataque se está dan prioridad a la potencia.

7. Decisiones: prudentes como ninguno, en su forma de ser también hay diferencias, como también a la hora de tomar determinaciones. Pekerman consultaba continuamente con sus asistentes, en cambio Queiroz asegura que “cada decisión que tomo es producto de 36 años de experiencia”. Pero aunque con diferencias en aspectos clave como planteamiento de partidos, trabajo, en que el uno es más táctico que el otro, lo importante para Colombia es que ha tenido dos técnicos de lujo. A Pekerman lo querían de su país y lo buscaron otros seleccionados y Queiroz tiene un amplio recorrido y ofertas no le faltaban, solo que eligió Colombia y con su trabajo ilusiona con el segundo título en la Copa América y con la clasificación a Catar 2022.

JOSÉ PEKERMAN llevó a Colombia a dos mundiales, los de Brasil y Rusia con un esquema de juego de 4-4-2.

CARLOS QUEIROZ prefiere el 4-3-3 y con dos marcadores de punta que realmente sean centrales.