Un torneo de atletismo lleno de polémicas | El Nuevo Siglo
AFP
Miércoles, 25 de Septiembre de 2019

Un calor sofocante, sospechas de corrupción en la atribución de la sede y de fondo un bloqueo diplomático con importantes tensiones geopolíticas: Catar se examina desde mañana en el Mundial de atletismo, a tres años de acoger el de fútbol.

La temperatura de Doha estos días alcanza los 40 grados centígrados por el día, con tasas de humedad del 85%, lo que hace que la práctica del atletismo se convierta en una tarea casi sobrehumana.

En su batalla por lograr lo imposible, Catar renovó su estadio Khalifa (inaugurado en 1976) e instaló allí un sistema de refrigeración, ya probado en las reuniones de la Liga de Diamante de este deporte, pese a que el recinto está semiabierto.

Un sistema de generar frío en el interior del estadio que se ha ganado críticas por cuestiones medioambientales, aunque los organizadores aseguran que consume un 40% menos que los sistemas tradicionales de este tipo.

Para las pruebas en carretera (maratón, 20 y 50 kilómetros marcha) se decidió la disputa a partir de la medianoche local y a orillas del mar, en el paseo de La Corniche, cuando la temperatura baja a unos 30 grados centígrados.

La justicia francesa investiga sospechas de corrupción relacionadas con las candidaturas de Catar para acoger el Mundial de 2017, finalmente atribuidos a Londres, y luego a 2019, cuando Doha fue preferida a Eugene (Oregon).

Los jueces investigaban al principio únicamente un pacto de corrupción entre Rusia y la anterior cúpula de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), especialmente su expresidente Lamine Diack, para esclarecer casos de dopaje. Pero el asunto derivó a las sospechas sobre la atribución de los Juegos Olímpicos de 2016 a Rio de Janeiro y los de 2020 a Tokio, además de sobre las sedes del Mundial de atletismo.

En abril, los campeonatos de Asia de atletismo se disputaron en Doha casi sin público. Y para los diez días de competición en el estadio Khalifa en este Mundial también podría haber poca gente en la grada.

Las entradas “se venden bien”, aseguran por su parte los organizadores, que esperan que la presencia de extranjeros, especialmente estadounidenses y kenianos, ayude a dar un impulso en esta cuestión./AFP