14 meses para perder una década de buena nota crediticia | El Nuevo Siglo
UNA DURA labor deberá hacer el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, para buscar que el país recobre el grado de inversión en poco tiempo. /ENS
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Domingo, 23 de Mayo de 2021
Redacción Economía

La decisión de la firma Standard & Poor´s (S&P) de rebajar la calificación de riesgo de Colombia, de BBB- con perspectiva negativa a BB+ con perspectiva estable, echó por tierra un esfuerzo de 10 años.

Desde 2011 el país gozaba de esta condición que le permitía hasta ahora acceder al crédito con cierta solvencia, pagando intereses aceptables en el mercado financiero. Ahora los analistas prevén que esta situación, si las otras firmas, Moody’s y Fitch siguen este camino, va a encarecer el acceso al crédito de la nación y que por consiguiente esto se va a replicar a nivel interno en todos los sectores.

Además, con este elemento, ahora el Banco de la República va a cambiar la política monetaria y comenzaría a incrementar el costo del dinero para el sistema financiero y con ello se trasladará a los usuarios. Sin duda esto es todo un reto para el recién posesionado ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.

En su decisión, S&P señalaba que podría elevar la calificación del país y recuperar el grado de inversión, si “el crecimiento económico es más rápido de lo esperado, junto con medidas fiscales estructurales que reduzcan la brecha de financiamiento fiscal de Colombia, la carga de la deuda y fortalezcan las finanzas públicas. Un sector exportador más amplio y diverso, que ayude a reducir la vulnerabilidad externa y fortalezca la resiliencia económica, también podría conducir a una mejora a mediano y largo plazo”.

Advertencia

Pero también advirtió que podría bajar más la calificación “en los próximos 12 o 18 meses por efectos a largo plazo de la pandemia, situaciones internas o nuevos choques externos que impidan que la economía colombiana se recupere en 2021”.

De esta manera, Colombia debe hacer un fuerte trabajo para sanear sus finanzas si es que quiere recuperar el grado de inversión. Lo que pone aún más presión a la nueva reforma tributaria que el Gobierno está construyendo por medio de consensos. Es decir, debe solucionar los puntos débiles, sobre todo los que más vigilan las calificadoras.


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Al respecto, los analistas de Credicorp Capital, sostienen que el efecto final sobre las tasas soberanas (y el tipo de cambio) estará en función de las perspectivas de ajuste fiscal y crecimiento económico. “Por ahora, una reforma tributaria más fina tiene una alta probabilidad de ser aprobada en los próximos meses, lo que debería comprar algo de estabilidad a mediano plazo para las cuentas fiscales y el calor social. De hecho, el Ministerio de Hacienda, José Manuel Restrepo, y algunos congresistas esperan que en los próximos meses se apruebe una ley tributaria por 1.2% -1.4% del PIB en ingresos brutos. Si esto se materializa, el mercado puede comenzar a encontrar una calma gradual”.

Impacto

Asimismo, Rodrigo Cifuentes, socio de Finanzas Corporativas de BDO en Colombia, señaló que “sabíamos que esta era una consecuencia que tendría que afrontar el país ante el retiro de la Reforma Tributaria y que se ha exacerbado con la situación de orden que se ve con alta preocupación en los mercados internacionales. Esperemos que esta calificación sea reconsiderada en el corto plazo y así logremos mitigar los efectos que implica para nuestra economía esta baja calificación”.

Cifuentes también señala que otro efecto “es que en un corto plazo se ve reflejada en las tasas de interés más altas, lo cual afectaría directamente al país en términos económicos al tener una deuda más costosa para personas naturales y jurídicas, lo cual reduciría las opciones de financiación para el país”.

A su vez, Felipe Campos, gerente de investigaciones económicas de Alianza Valores, explica que “siendo optimistas, suponiendo que el Gobierno logre pasar una reforma tributaria que, de tranquilidad sobre las finanzas de la nación, y si el petróleo ayuda, Colombia podría recuperar el grado de inversión entre 2 y 3 años. Sin embargo, un proceso así tarda en promedio alrededor de 5 años, no es fácil corregir los factores que provocaron una rebaja”.

Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank, indicó que “la razón por la cual le bajaron el grado de inversión al país es porque se ve que la consolidación fiscal, después de un alto endeudamiento el año pasado, está siendo mucho más lenta de lo proyectado, haciendo que sea mucho más riesgoso tomar deuda de Colombia en el mediano plazo. Para que le devuelvan el grado de inversión al país se tiene que consolidar una reforma que permita que la deuda pública en moneda extranjera se vea más segura para los inversionistas”.

Coyuntura

Por su lado, Juan David Ballén, gerente de investigaciones económicas de Casa de Bolsa, destaca que “las tasas de interés de largo plazo de ahora están mucho más bajas que las que había hace 20 años, cuando Colombia también perdió el grado de inversión. En 1999 estaban cercanas al 20%, y ahora están alrededor del 7,5%. Lo que significa que seguimos accediendo a financiamiento a tasas razonables, aunque estemos en el terreno de bonos basura”.

Ballén aclara que “es muy complicado determinar cuándo se podrá recuperar el grado de inversión. La calificación cayó a BB+ con perspectiva estable. Ese detalle de dejar la perspectiva así (en estable) básicamente significa que Standar & Poor´s le tiró la pelota al Gobierno, todo dependerá de su capacidad de pasar reformas estructurales que permitan sanear las finanzas del país”.


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En efecto, hay que prestarle atención al hecho de que la perspectiva de la calificación quedará en estable y no en positiva: significa que S&P no está segura que Colombia podrá realizar en el corto plazo los cambios suficientes para recuperar su grado de inversión. De hecho, también abre la puerta a que la perspectiva cambie a negativa en caso de que el Gobierno no muestre resultados y que la situación interna no mejore, aumentando el riesgo de que la calificación baje un peldaño más: de BB+ a BB.

El endeudamiento

El nivel de endeudamiento es uno de los puntos que más analizan los inversionistas sobre la economía colombiana y tal vez el que más influye ahora en la calificación crediticia. El problema es que los indicadores de esta materia se han deteriorado visiblemente en los últimos tres años.

Desde 2018, la deuda colombiana pasó de representar el 40% del PIB (cerca de $400 billones), a más del 60% al situarse en $616 billones para 2021. Y mientras la deuda interna subió 39% al pasar de $273 billones a $381 billones, la externa creció 24% en dólares (71% en pesos) al pasar de US$48.500 millones ($137 billones) a US$60.000 millones ($234 billones).

Dentro de los factores que tienen en cuenta las calificadoras está también un componente que hace referencia a la capacidad de un país de pasar reformas, una medida que muestra adaptabilidad fiscal, y la capacidad de encontrar nuevos recursos.

Por esto fue tan preocupante, en términos de calificación, el retiro de la reforma tributaria el pasado 2 de mayo. Y las discusiones del nuevo proyecto de ley también determinarán la capacidad de Colombia de pasar reformas. Pero es claro que es una tarea complicada de lograr en medio de un paro nacional, y de las cada vez más cerca, elecciones presidenciales y del Congreso.