América Latina está a punto de convertirse en un importante productor de energías renovables, con un equivalente a mil millones de paneles solares en proyectos a gran escala que entrarán en funcionamiento hasta 2030, según un informe.
En este mismo sentido, Colombia no quiere perder el tren en esta transformación energético, como lo prueba que este año han asignado cerca de 7.493 megavatios (MW): 147 proyectos solares, 10 eólicos, siete hidroeléctricos y un nuevo proyecto de biomasa.
Según la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), estas medidas surgen de los resultados de las 843 solicitudes de conexión de proyectos de generación y consumo de energía eléctrica interesadas en la asignación de capacidad de transporte al Sistema Interconectado Nacional.
De acuerdo con la Upme, se lograron asignar 7.493 megavatios (MW), de los cuales 5.774 MW corresponden a energía solar, posicionándose como la principal tecnología que estará liderando la transición energética del país.
En segundo lugar, se encuentra la eólica con 1.237,8 MW en 10 proyectos, seis de los cuales son offshore, con 349,8 MW. Así mismo, se registra una asignación de 169 MW de siete proyectos hidroeléctricos y un nuevo proyecto de biomasa.
La Guajira-Cesar-Magdalena es la zona donde se ubican más proyectos con 1.620 MW, seguido de Caldas-Quindío-Risaralda con 1.297 MW y, particularmente eólicos en las áreas Centro-Oriental y Norte de Santander.
Adrián Correa, director general de la Upme, dijo que “con satisfacción le informamos al país que hemos asignado cerca de 7.500 MW, principalmente de tipo solar y eólica, que permitirán que el gran potencial de energía renovable no convencional del país pueda ser aprovechado”.
Criterios
Los resultados que presentó la entidad fueron evaluados bajo seis criterios técnicos por medio de los cuales se priorizó la asignación de capacidad de transporte a proyectos de generación, tales como: aumento de confiabilidad, mejora de flexibilidad eléctrica (posibilidad para controlar el recurso), reducción de emisiones, reducción de restricciones (como agotamiento de red), reducción del precio de bolsa (energía más económica), menor impacto sobre las pérdidas de energía y el estado del proceso de licenciamiento ambiental.
Correa sostuvo que “mientras que hasta 2014, por ejemplo, recibíamos un promedio de 10 a 15 solicitudes anuales, en esta oportunidad se recibieron 843 entre generación y consumo con la misma capacidad organizacional de hace 10 años, situación que pone de manifiesto no sólo el gran interés de iniciativas de generación con fuentes no convencionales de energía renovable, sino también la necesidad de seguir fortaleciendo la entidad, pues la transición energética pasa por la Upme y la planeación hace posible la transición”.
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Rica en recursos
En el aspecto latinoamericano, los expertos consideran que el incremento de proyectos es una buena noticia en la lucha contra el cambio climático.
Tanto es así que los investigadores señalaron que el continente lanzará proyectos de energía solar y eólica a gran escala para generar más de 319 gigavatios, equivalente a alrededor del 70% de la capacidad regional de todas las fuentes de generación combinadas en la actualidad.
"Rica en recursos eólicos y solares, América Latina tiene el potencial de ser un líder mundial en energía renovable", dice el informe de Global Energy Monitor (GEM), una organización sin fines de lucro basada en Estados Unidos que monitorea el desarrollo de energía limpia.
Los proyectos, que incluyen instalaciones planificadas y en construcción, expandirán en más de 460% la producción de energía solar y eólica, indica el estudio.
Eso convertirá a la región en un "destacado" actor global en la producción de energías renovables, dijo Kasandra O'Malia, gerente de proyectos de GEM.
"Ya estamos viendo un gran repunte. Y con todos los proyectos planeados, será una explosión exponencial", dijo a la AFP.
Incluso si no se concretaran, la región parece estar en un punto de inflexión y es probable que se anuncien más proyectos en los próximos años, añadió.
Brasil, líder del auge verde
Brasil, la mayor economía de América Latina, lidera el auge de la energía verde, con 27 gigavatios de plantas solares y eólicas a gran escala en funcionamiento, y otros 217 gigavatios esperados hasta 2030.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder en enero, prometió incrementar las energías limpias y recomponer el liderazgo del país en la cuestión climática, tras cuatro años de deterioro durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Pero este desarrollo se explica concretamente por una ley de 2012 que incentivó la energía solar en Brasil al permitir que los productores privados vendieran electricidad directamente a la red, según Roberto Zilles, director del Instituto de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Sao Paulo.
"Hoy es más barato producir tu propia energía" que comprarla, explicó a la AFP.
El informe también destaca los desarrollos en Chile, tradicionalmente importador de combustibles fósiles, donde la energía eólica y solar ya representan 37% de la capacidad instalada.
De su lado, Colombia proyecta incorporar 37 gigavatios de energías solar y eólica hasta 2030.
México, estancado
Al contrario, México, la segunda economía latinoamericana, es un caso de preocupación.
El país, uno de los primeros en adoptar las energías renovables, alberga actualmente los mayores proyectos solares y eólicos de América Latina.
Pero los avances han disminuido desde las reformas energéticas de 2021 impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, un defensor de los combustibles fósiles que hizo de la revitalización de la petrolera estatal Pemex una piedra angular de su administración.
"México se ha estancado", dice el informe. "Incluso si todos los proyectos potenciales se pusieran en marcha, el país solo alcanzaría un 70% de su compromiso de generar 40 gigavatios de energía solar y eólica para 2030", agrega.
Enorme potencial
El informe destaca que América Latina tiene un potencial especialmente grande como productor de energía eólica offshore (marina).
Indica también que las exportaciones de energía verde podrían otorgarle una ganancia económica, ya sea exportando el excedente de electricidad o usando energías renovables para producir hidrógeno verde para afuera.
La producción de energías renovables se ha disparado en el mundo ante el descenso de los precios de los paneles solares y las turbinas eólicas, una tendencia acentuada en el último año por el aumento de los combustibles fósiles impulsado por la invasión rusa a Ucrania.
La Agencia Internacional de Energía señaló en un informe en diciembre que las energías renovables se convertirán en la mayor fuente de generación de electricidad mundial a principios de 2025, superando al carbón.
Pero la transición debe acelerarse para cumplir con el objetivo del acuerdo climático de París de mantener el calentamiento global en +1,5 grados centígrados, dijo O'Malia.
Norteamérica, Europa y China deben seguir el ejemplo de América Latina, indicó. "El resto del mundo no está haciendo su parte".