¿Cómo frenar el aumento de homicidios en la capital del país? | El Nuevo Siglo
Hugo Acero, experto en temas de seguridad y justicia. / Cortesía Hugo Acero
Domingo, 19 de Enero de 2025
Redacción Política

Ad portas de finalizar el primer mes del 2025, la seguridad en Bogotá continúa siendo una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. De hecho, según cifras reveladas por el concejal Julián Rodríguez Sastoque, enero aún no termina y ya se superaron en 28,5 % los índices de homicidios en comparación con el mismo periodo del 2024. 

Son 36 los casos registrados entre el 1 y el 14 de enero de 2025, lo que significa que en Bogotá se han presentado en promedio 2,57 homicidios diarios. Igualmente, el cabildante anotó que 23 de los homicidios ocurridos en enero de 2025 se cometieron con arma de fuego.

Esta problemática viene de tiempo atrás, puesto que, de acuerdo con cifras reveladas por Bogotá Cómo Vamos, la capital cerró el 2024 con cifras alarmantes en materia de seguridad, consolidándose como el periodo más violento desde 2016. De acuerdo con el informe presentado, los homicidios en la ciudad aumentaron un 11,9 % en comparación con 2023, alcanzando una tasa de 15 por cada 100.000 habitantes.

Es importante tener presente que el alcalde Carlos Fernando Galán tiene por objetivo reducir esta cifra a 8 homicidios por cada 100.000 habitantes para 2027, en aras de cumplir el planeamiento propuesto en el Plan integral de seguridad, convivencia ciudadana y justicia “Bogotá Camina Segura”, lo que implica que en los próximos tres años debe disminuir los casos anuales de 1.200 a 635.

A partir de este panorama, EL NUEVO SIGLO habló con Hugo Acero, experto en temas de seguridad y justicia, sobre la crítica situación para la capital del país. 

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se explica que mientras en ciudades como Medellín y Cali bajan los homicidios, en Bogotá están aumentando? 

HUGO ACERO: Cada ciudad tiene unas características particulares. En el caso de Medellín, además de la coordinación de las autoridades de seguridad y justicia, que está dando resultados, hay que reconocer que desde hace más de 10 años se ha logrado una reducción sostenida de los homicidios y allí, de alguna manera, la gobernanza criminal de comunas y territorios por parte de organizaciones criminales de vieja data, como la 'Oficina de Envigado', que agrupa muchas de esas organizaciones, también incide en la reducción o aumento de los delitos y en este caso gobiernan e inciden, con órdenes claras, en la reducción de los homicidios. 

En el caso de Cali, también la coordinación permanente entre las autoridades de seguridad y justicia ha dado resultados. Además, la ciudad cuenta con un secretario de Seguridad que ocupó ese mismo cargo en Bogotá y fue viceministro de Defensa y eso cuenta a la hora de definir políticas, ejecutarlas como corresponde y lograr los resultados que han obtenido. 

ENS: ¿En qué está fallando la estrategia de seguridad en la capital del país frente a este delito de alto impacto? 

HA: Creo que, además de trabajar de manera coordinada con las cabezas de las instituciones de seguridad y justicia del orden nacional, para que el alcalde pueda lograr las metas que se puso en su Plan de Desarrollo hay que involucrar y exigir resultados de reducción de los homicidios y demás delitos a todos los alcaldes y comandantes de la policía de la localidad. 

Todos los meses, en un consejo de seguridad ampliado y a puerta cerrada, hay que evaluar localidad por localidad, delito por delito, sentar a los alcaldes y comandantes locales para que respondan por los resultados, bajo la lógica de “todos ponen, todos ganan”.   

ENS: ¿Qué se requiere más: reforzar el pie de fuerza de la Policía o acudir al llamado de acompañamiento militar para que el Ejército pueda ayudar a patrullar algunas zonas de altos índices de homicidio? 

HA: Además de lo que se plantea en la pregunta, hay que fortalecer las labores de inteligencia e investigación criminal. Hoy, en Bogotá y en todas las ciudades de Colombia operan estructuras criminales organizadas que no se combaten con más presencia de policías en las calles.   

ENS: ¿Cómo se relaciona este aumento del homicidio en la capital con otras modalidades delictivas como la extorsión? 

HA: La mayoría de los homicidios que se cometen en la ciudad están relacionados con las actividades de las estructuras criminales organizadas. Hoy, el sicariato y los asesinatos de ciudadanos en medio de robos u otras acciones criminales representan más del 60 % de los homicidios que ocurren en la ciudad. Una violencia más estructural y menos circunstancial o ligada a problemas de convivencia. 

Estas estructuras criminales organizadas utilizan la violencia homicida para controlar territorios, gobernar comunidades a través del miedo y manejar las distintas rentas criminales, como el narcotráfico, el microtráfico, la extorsión, la trata de personas, entre otras actividades delincuenciales. Son verdaderas empresas criminales, con distintas líneas de negocios.      

ENS: En Antioquia y otras regiones se está pensando en crear tasas retributivas o sobretasas de impuestos destinadas específicamente para la inversión en seguridad. ¿Cree que en Bogotá debería aplicarse la misma fórmula para reforzar ese plan? 

HA: En el caso de Bogotá, creo que la Administración actual cuenta con suficientes recursos en la actualidad, pero también podría pensarse en sobretasas para fortalecer el sector justicia, que lo veo desbalanceado en materia de la inversión y del fortalecimiento que se requiere.   

ENS: Aparte del homicidio, ¿cuál es el delito que hoy está impactando más a los capitalinos, partiendo de la base de que la extorsión es el que más registro tiene? 

HA: Desde luego que es la extorsión y, en este caso, la verdad es que existe un altísimo subregistro de denuncias de este delito. Se puede asegurar que las denuncias reportadas de extorsión no llegan al 1 % de lo que realmente está sucediendo en la ciudad.  

ENS: ¿Debería la capital del país tener, como ocurre en otras grandes urbes mundiales, su propia organización policial? 

HA: Bogotá tiene una idea interesante, no de crear una nueva policía para la ciudad, sino de contar con servidores públicos que se dediquen a solucionar los problemas de convivencia, que asuman la aplicación del Código de Convivencia y Seguridad Ciudadana para que la Policía Metropolitana se dedique a controlar los hechos delictivos, con mayor capacidad operativa y en las áreas de inteligencia e investigación criminal.