Carney, apuesta liberal para sacar a Canadá de la crisis y ganar a conservadores | El Nuevo Siglo
LOS liberales de Canadá eligieron a Mark Carney como su líder y, por ende, como primer ministro. /AFP
Domingo, 9 de Marzo de 2025
Europapress

ERA UNA ELECCIÓN cantada ya que todas las encuestas lo ubicaron como el favorito, y por lejos, ante sus otros tres competidores. Sin experiencia política pero gran conocedor de la economía, Mark Carney arrasó en las primarias del Partido Liberal canadiense y se encamina a suceder a Justin Trudeau en la jefatura del gobierno.

Las bases del partido gobernante dieron un contundente espaldarazo a este exbanquero de 59 años. Obtuvo el 85.9% de los votos, imponiendo récord tanto por el porcentaje como por ser electo en una sola ronda, ya que en la elección de Trudeau (2013), el saliente mandatario consiguió el 90%.

Los rivales de Carney quedaron muy distantes: la exministra de Finanzas Chrystia Freeland (8%), la líder de la Cámara de los Comunes, Karina Gould (3,2%) y el parlamentario Frank Baylis (3%).

El presidente del Partido Liberal, Sachit Mehra, oficializó la victoria de Carney, quien, junto al saliente premier Trudeau, visitará cuando llegue el momento –se presume que pronto, aunque no se ha revelado fecha– a la gobernadora general Mary Simon, representante oficial del rey Carlos III en Canadá, quien encargará al nuevo líder del partido la formación de un gobierno.

Está descontado que Carney se convierta en primer ministro en los próximos días, pero se desconoce por cuánto tiempo, ya que, si bien los comicios para renovar Senado y Cámara de los Comunes están previstos para octubre, es alta la posibilidad de un anticipo, tanto por la crisis económica como por el creciente descontento ciudadano con el gobierno liberal, del que Trudeau estuvo al mando por una década, al que culpan de la alta inflación y la crisis de vivienda.

Sin tener fecha para estas elecciones generales, el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, mantiene desde hace más de un año el primer lugar en la intención de voto, pese al embate liberal por presentar a este candidato a primer ministro como una “copia” del mandatario norteamericano, el republicano Donald Trump, y el malestar que ha generado a nivel nacional el anuncio de aranceles del presidente norteamericano, que como se sabe están suspendidos hasta el 2 de abril, a cambio de mayores resultados en la lucha contra la inmigración ilegal y el fentanilo.

Si bien en las más recientes mediciones se devela un avance de los liberales que, según la firma encuestadora, oscila entre 7% y 13%, los conservadores canadienses suman 39% en la intención de voto, seguidos por los liberales con 33%, el izquierdista Nuevo Partido Democrático (14%), el Bloque de Quebec (7%), Los Verdes (3.5%) y la extrema derecha del Partido Popular (2.5%).

Canadá tiene una democracia parlamentaria representada en dos Cámaras: Senado (105 bancas) y Cámara de los Comunes (340). Actualmente, la mayoría en la primera la tienen los senadores independientes, seguidos por los conservadores, mientras que en la segunda la ostentan los liberales, con 158 asientos, una ventaja de 43 sobre los conservadores.

Así, los liderados por Poilievre apuntarán en las elecciones generales a lograr la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes (172) para volver al gobierno.

Contra Trump

Como era de esperarse, las primeras palabras de Carney fueron contra el presidente norteamericano Donald Trump, con quien Ottawa enfrenta alta tensión por los anunciados aranceles y por la intención de que ese país sea parte de Estados Unidos, el estado No. 51.

"No podemos permitir que Trump gane", advirtió Carney durante su discurso de victoria en el pleno de su partido.

"Los estadounidenses quieren nuestro país", añadió, y planteó que Canadá debe "construir una nueva economía y crear nuevas relaciones comerciales", a propósito de las fuertes tensiones con el presidente estadounidense Donald Trump.

Carney era favorito desde enero, cuando se conoció la renuncia de Trudeau, tras 10 años en el poder y en pleno caos político.

El exdirector del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra superó a sus rivales en cantidad de fondos recaudados, ahora deberá cargar sobre su espalda la responsabilidad de enfrentar a Trump y su clara política respecto a ese país.

"Canadá enfrenta una de las crisis más serias en nuestra historia. Sé cómo manejar la crisis y cómo construir economías fuertes…Todo, en mi vida, me preparó para este momento", había sostenido Carney en su último acto electoral el viernes, en el que también recordó a sus partidarios que lideró el banco central de Canadá durante la crisis financiera de 2008-2009 y se dirigió al Banco de Inglaterra durante la turbulencia previa al Brexit.

Su mensaje buscaba posicionarlo como un hombre con experiencia habituado a gestionar crisis, lo que parece haber surtido efecto en medio de una crisis histórica con su vecino.

"Son días oscuros, provocados por un país en el que ya no podemos confiar", afirmó en su discurso Carney, que llamó a "trabajar juntos en los días difíciles que se avecinan".

Sobre la guerra comercial con EE.UU. declaró: "Nosotros no pedimos esta lucha, pero los canadienses siempre están dispuestos cuando otros se rinden…En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará", aseguró, emulando el reciente partido de este deporte en el que el equipo de su país venció al norteamericano.

El líder de los liberales canadienses afirmó que los estadounidenses "quieren nuestros recursos, agua, nuestra tierra, nuestro país" y aseguró que "si tuvieran éxito, destruirían nuestro modo de vida".

Y concluyó su discurso de victoria asegurando que "Canadá nunca será parte de Estados Unidos de ninguna manera".

Para Stéphanie Chouinard, profesora de ciencias políticas en el Colegio Militar Real de Canadá, Carney seduce gracias a "su experiencia económica y su seriedad".

"Conoce muy bien los sistemas financieros internacionales y las fuerzas y debilidades de la economía canadiense", añadió. También logró distanciarse de Trudeau.

Carney ahora deberá alinear al partido ante próximas elecciones, que, como se ha señalado, tendrán lugar como máximo en octubre y para las cuales tanto las encuestas como los mercados de apuestas tienen a los conservadores como favoritos.

De allí que en las últimas semanas los liberales hayan hecho una campaña contra el líder conservador, Poilievre, presentándolo como una figura similar a Trump, citando su estilo populista y ataques con una retórica agresiva contra el gobierno y la prensa.

Los expertos estiman que el Partido Liberal puede usar a su favor la situación con Trump y convocar a elecciones anticipadas, una apuesta arriesgada e incierta.

Por otro lado, todas las mediciones coinciden en que las elecciones serán como ninguna otra en la historia reciente del país, donde temas dominantes como la sanidad y el costo de la vivienda han sido superados por Trump.

"Esta es una crisis única, y no conocemos su alcance ni su duración. Hoy, un tercio de los canadienses ve a Estados Unidos como ‘un país enemigo’. Es histórico y crea un trastorno considerable en la forma de pensar de los canadienses", dijo el encuestador Jean-Marc Leger.

Decantada la euforia de la victoria, el líder liberal y futuro gobernante deberá demostrar, con hechos, que es el indicado para superar la crisis que llevó al fin de la era política de Justin Trudeau, el mandatario más joven que ha tenido Canadá.