Relación entre Colombia y EE. UU. debe continuar fluida y sólida: Murillo | El Nuevo Siglo
SEGÚN EL canciller Luis Gilberto Murillo, Colombia busca continuar la revisión de aspectos del TLC para equilibrar condiciones comerciales, sobre todo en agricultura y manufactura. /Foto Cancillería
Viernes, 17 de Enero de 2025

UNA VEZ Donald Trump asuma este lunes su segundo periodo como presidente de Estados Unidos es claro que una de las mayores expectativas es cómo evolucionará la relación entre el gobierno del mandatario republicano con el de Colombia, en cabeza de Gustavo Petro, que proviene de la izquierda y está en la otra orilla ideológica.

El canciller Luis Gilberto Murillo, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, explica cómo se espera que se plantee esta nueva relación y cuáles serán las posturas de Colombia en materias de primer orden como la alianza geopolítica, la lucha antidrogas, el combate a la migración ilegal, la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) y hasta en lo relativo a lo que pueda pensar Washington sobre la postura del gobierno Petro sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál será el horizonte de la relación de los gobiernos Petro y Trump?

LUIS GILBERTO MURILLO: La relación bilateral entre Colombia y Estados Unidos tiene más de 200 años y trasciende los gobiernos y las coyunturas políticas de cada país. Es un vínculo entre pueblos, cimentado en la historia y en intereses comunes, que perdura más allá de los cambios de administración.

Si bien pueden variar los enfoques y las prioridades, lo fundamental es que, entre socios estratégicos, el diálogo y la cooperación deben mantenerse constantes. Independientemente de qué partido esté en el poder en uno u otro país, la relación entre Colombia y Estados Unidos sigue siendo fluida y sólida, basada en el respeto mutuo y los objetivos compartidos. Así debe continuar.

ENS: ¿Cómo acompasar dos gobiernos que ideológicamente están en orillas distintas?

LGM: Esa fue la pregunta que surgió cuando Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia. Incluso, algunos sectores de la actual oposición auguraban una relación inviable con Estados Unidos. Sin embargo, los hechos han demostrado lo contrario.

Lejos de deteriorarse, la relación bilateral ha mejorado significativamente. Hoy existe un diálogo franco, con múltiples coincidencias y también con diferencias, como es natural entre aliados con perspectivas distintas. Hoy el intercambio comercial, académico y cultural con Estados Unidos es muy amplio. Así lo confirman los sólidos compromisos de ambos países plasmados en el dialogo de alto nivel, máxima instancia de coordinación de la relación bilateral. El nivel de cercanía, diálogo e intercambios debe seguir consolidando esta dinámica.

Lo esencial es que, más allá de cualquier ideología, prevalezca el interés común: el bienestar de nuestros pueblos. Esa es la verdadera base de una relación sólida y estratégica.

ENS: ¿La postura del gobierno Petro frente al régimen de Venezuela podría afectar la relación con Estados Unidos?

LGM: La política exterior de Colombia es soberana e independiente. Nuestra relación con Venezuela no debe afectar la relación con ningún otro Estado.

ENS: ¿Cree que el gobierno de Donald Trump podría reversar la decisión de sacar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo internacional?

LGM: Esa es una posibilidad que solo el tiempo confirmará o descartará. Lo cierto es que cuando las relaciones internacionales se manejan con seriedad y responsabilidad, las decisiones deben responder a criterios objetivos y no a vaivenes políticos. Más allá de cualquier cambio de administración, lo fundamental es que la política exterior se enfoque en la paz, la estabilidad, el diálogo y el bienestar de los pueblos.

 

 

Antidrogas y migración

ENS: En materia de lucha antidrogas, ¿cuál será la propuesta del gobierno Petro a la entrante administración de Estados Unidos?

LGM: No podrá ser diferente de la que está planteada en la política integral de drogas del Gobierno nacional. Colombia tiene una voz potente en el plano internacional sobre la lucha contra el tráfico de drogas y eso no cambiará. Y no se puede perder de vista que nuestra política exterior, basada en el no-alineamiento activo, es independiente y soberana.

ENS: ¿Qué propondrá Colombia frente a cómo enfrentar de manera bilateral y multilateral la problemática de la migración ilegal?

LGM: La gestión de la migración ha sido una de las prioridades de esta Cancillería, especialmente en lo que respecta a nuestra responsabilidad con Venezuela. Este año, Colombia tiene un rol clave en varios organismos internacionales y, en particular, preside el mecanismo de la Declaración de Los Ángeles, una plataforma fundamental para la cooperación regional en materia migratoria.

Nuestra presidencia en este mecanismo no es casualidad. Fue Estados Unidos quien invitó a Colombia a asumir este liderazgo y propuso esta candidatura. Colombia fue elegida por aclamación, reconociendo nuestra experiencia y compromiso en la gestión de flujos migratorios. Será en este y otros espacios donde Colombia promoverá un enfoque integral, basado en el respeto a los derechos humanos, la cooperación entre países y la búsqueda de soluciones estructurales para la migración irregular en la región.

ENS: ¿Cómo enfrentar el problema del tapón del Darién?

LGM: El paso por la región fronteriza del Darién es un desafío humanitario, de seguridad y desarrollo que requiere una respuesta coordinada a nivel regional. No es un problema exclusivo de Colombia o Panamá, sino de toda la región. La responsabilidad sobre la migración irregular e insegura es compartida y diferenciada. La solución pasa por el trabajo conjunto entre los países de origen, tránsito y destino, promoviendo rutas migratorias seguras, regulares y ordenadas.

Además, es clave hacer mayores inversiones en las comunidades de la ruta de migración irregular, además de reforzar la pedagogía para informar a los migrantes sobre los riesgos de cruzar por pasos irregulares e inseguros, y las alternativas seguras y ordenadas disponibles, como becas y visas de trabajo en países de destino, especialmente en Estados Unidos.

Solo con cooperación internacional, inversión en desarrollo local y políticas migratorias integrales se podrá reducir el impacto de esta crisis y brindar opciones seguras y dignas a quienes buscan mejores oportunidades.

Reajuste al TLC

ENS: En materia de renegociación del TLC entre ambos países, ¿qué hay en concreto y qué se espera lograr de aquí en adelante?

LGM: De cara al futuro, Colombia busca continuar la revisión de ciertos aspectos del TLC para equilibrar las condiciones comerciales, especialmente en sectores sensibles como la agricultura y la manufactura. Nuestro objetivo es fortalecer la competitividad de los productores colombianos y mejorar el acceso a mercados estratégicos, garantizando que el comercio bilateral beneficie equitativamente a ambas naciones en un marco de comercio justo.

Este proceso se ha llevado a cabo mediante diálogos técnicos y consultas con las partes interesadas, asegurando que cualquier ajuste al tratado refleje los intereses y preocupaciones de todos los involucrados. La institucionalidad del tratado prevé unas instancias técnicas y una comisión administradora para la toma de decisiones. Sobra recordar que la relación comercial con Estados Unidos es clave para Colombia, y trabajaremos en conjunto para que esta evolución del acuerdo favorezca el crecimiento económico incluyente y el desarrollo descarbonizado y sostenible de ambos países.

ENS: ¿Cómo vislumbra la relación de Colombia con un Congreso dominado por el Partido Republicano?

LGM: Colombia mantiene un abordaje bipartidista en su interlocución permanente y transparente con los congresistas de Estados Unidos. De manera que se mantendrá este diálogo e interlocución, como viene ocurriendo, y siempre poniendo por delante los intereses nacionales del país.

ENS: Finalmente, ¿cómo va el tema de la petición a Estados Unidos para dejar libre al excabecilla de las Farc, alias ‘Simón Trinidad’?

LGM: Actualmente, estamos a la espera de una respuesta oficial de la administración estadounidense. Respetamos el proceso y entendemos que cualquier decisión debe tomarse dentro del marco jurídico y diplomático correspondiente.