A pocas semanas de reanudar negociaciones con Washington, China exceptuó el miércoles de aranceles suplementarios a numerosos bienes estadounidenses en una decisión calificada por el presidente Donald Trump como "un gran paso" para resolver el pleito comercial entre las potencias.
China intenta limitar las consecuencias sobre su sector industrial, que se queja de los sobrecostes provocados por los aranceles a los productos "made in USA".
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Las exenciones anunciadas el miércoles, y que se aplicarán a partir del próximo 17 de septiembre durante un año, afectan a 16 categorías de productos, desde pesticidas a lubrificantes, pasando por productos farmacéuticos, indicó la Comisión de Derechos de Aduana del gobierno chino.
China y Estados Unidos se libran desde 2018 una guerra comercial que llevó a la imposición mutua de aranceles en miles de millones de dólares de intercambios comerciales.
En mayo, el gobierno empezó a recibir peticiones para levantar los aranceles suplementarios que aplicaba a los productos estadounidenses.
Se trata de la primera vez que China publica una lista de productos desde que el año pasado empezó a aplicar aranceles suplementarios del 25% en una serie de productos procedentes de Estados Unidos.
Entre las 16 categorías hay también productos más técnicos como el granulado de alfalfa, los aceleradores lineales usados en medicina o las grasas para la mecánica.
"Estos ajustes son un signo de que China está más dispuesta a obtener avances en las negociaciones comerciales de octubre", declararon analistas del banco británico Barclays en una nota.
El anuncio puede ser interpretado como un gesto de distensión hacia Trump, a pesar de que China continuará aplicando aranceles punitivos a los principales productos agrícolas estadounidenses, como la soja o la carne de cerdo.
"Fue un gran paso", dijo Trump a periodistas.
A pesar de las tensiones bilaterales, China y Estados Unidos aseguran mantener el diálogo y a principios de octubre hay prevista en Washington una reunión de negociadores de ambos países.
En mayo ambos estuvieron a punto de firmar un acuerdo comercial pero las negociaciones se suspendieron de golpe con las acusaciones de Trump a Pekín de haber revisado sus compromisos.
Desde entonces las tensiones han aumentado con la entrada en vigor de aranceles recíprocos, reforzados por olas sucesivas, la última el 1 de septiembre.
Antes de que acabe el año, Washington aplicará aranceles a la casi totalidad de importaciones procedentes de China, un total de unos 540.000 millones de dólares, teniendo en cuenta las importaciones en 2018.
Los economistas advierten del peligro de la guerra comercial que frena el crecimiento mundial. Además el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo recientemente que ya está teniendo efectos en la economía china.
El pesimismo también está afectando a las compañías estadounidenses, según un informe publicado el miércoles por la Cámara de Comercio estadounidense en Shangái.
Una cuarta parte de las empresas dicen esperar este año una caída de su facturación (solo el 6,1% lo esperaban en 2018). Y el 47% prevén aumentar sus inversiones en el país asiático (frente al 61,6% el año pasado).
Frente a la ofensiva de Washington, Pekín intentó hasta ahora apuntar a los productos agrícolas o manufactureros que se producen en los estados estadounidenses que votaron mayoritariamente por Trump.
Teniendo en cuenta la perspectiva de nuevos aranceles decididos por la administración Trump, China debería mantener por el momento sus aranceles a la soja, el cerdo y a los automóviles estadounidenses.
Sin embargo Pekín precisó el miércoles que podría anunciar otras lista de exenciones de productos que podría publicar "a su debido tiempo".