De 63 economías analizadas por el el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD por sus siglas en inglés), Colombia pasó del puesto 58 a 61 en competitividad digital, superando únicamente a Mongolia y Venezuela.
De acuerdo con el informe, se midieron tres aspectos fundamentales en el avance digital de cada país, como lo son tecnología, conocimiento y preparación.
La calificación media de Colombia fue de 46.450 puntos sobre 100.000 posibles, lo cual demuestra la escasa educación en su ciudadanía en el uso de nuevas herramientas digitales y una lenta adaptación a las últimas tendencias tecnológicas.
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El rezago digital también es evidente en América Latina, región donde Chile sale como el país mejor librado al ubicarse en el puesto 41. Los factores comunes del atraso entre una y otra economía, sin embargo, se observan en aspectos fundamentales para hacer frente a la situación actual. Entre ellos, disponibilidad de talento humano capacitado para liderar procesos de transformación digital, inversión en programas de formación específica y construcción de una sólida estructura tecnológica.
Sin embargo, esta situación es totalmente opuesta en otros continentes como Asia Oriental, Europa Occidental y Norteamérica, regiones donde sobresale la elevada competitividad digital por cuenta de la efectiva transferencia de conocimiento empresarial, fácil acceso a capital y un práctico marco regulatorio en materia digital.
Entre tanto, Estados Unidos demostró tener de nuevo la economía digital más sobresaliente, lo que no es muy sorpresivo debido a que cuenta con las empresas de tecnología más valiosas del mundo.
Tareas
En este sentido, es perceptible que en América Latina hasta ahora las tecnologías digitales no cumplen el determinante rol que podrían tener como acelerador en materia empresarial, gubernamental y en la sociedad en general.
Precisamente y con el objetivo de aumentar la productividad empresarial, el Gobierno estableció un plan para eliminar los cuellos de botellla en plena reactivación económica.
Al respecto, Camilo Fernández de Soto, presidente de Colombia Productiva, indicó que “según análisis realizados por nuestra entidad, existen diversos cuellos de botella que los empresarios buscan atender con la incorporación de soluciones digitales. La implementación de tecnologías contribuye a la optimización de los procesos internos de las compañías, que se reflejarán en una mejor experiencia y mejores productos y servicios para los clientes”.
Desde 2020, con una inversión de $11.448 millones, el Ministerio TIC y Colombia Productiva ejecutan el programa SofisTICa, con el que 716 empresas y entidades sectoriales de 11 departamentos reciben acompañamiento para superar estos desafíos, con un especial énfasis en la reactivación de cara a 2021.
Desafíos
Empresas de sectores priorizados por Colombia Productiva han manifestado una serie de desafíos comunes a la hora de adquirir y poner en funcionamiento nuevas tecnologías en sus compañías, que sirven como hoja de ruta para identificar el camino que se debe tomar para cerrar las brechas de digitalización en la industria.
El análisis sobre la efectividad de la digitalización de procesos, que mide qué tan efectiva es la implementación de alguna solución tecnológica para mejorar la toma de decisiones en la compañía, encontró que los procesos financieros tienen una efectividad de digitalización del 42%, aún con alto potencial de crecimiento.
Sin embargo, hay que destacar que los procesos que mueven la competitividad de la empresa, que son los operacionales y los comerciales, presentan rezagos y su efectividad de digitalización llega a 32,6% y 26,9% respectivamente, siendo una oportunidad importante de mejora en los procesos internos con implementación de tecnologías.
Las principales prioridades de los empresarios al desarrollar estrategias de Transformación Digital están enfocadas en su operación comercial y logística.
No obstante, antes de la pandemia del covid-19, solo 1 de cada 10 empresas vendía productos o servicios en línea y se encontró que sectores como Turismo y Moda reflejan una mayor tendencia de uso de comercio electrónico, en los que 4 de cada 10 empresas venden sus productos o servicios en línea.