El proyecto de ley que logró diseñar el Gobierno mediante consenso con casi todas las fuerzas sociales del país, para presentar mañana al Congreso una reforma tributaria que recaude al menos $15,2 billones, fue visto con prevención por parte de las calificadoras.

Mientras Fitch Ratings, que decidió bajarle la nota al país y hacerle perder el grado de inversión, critica la iniciativa porque se queda corta con el ajuste fiscal, por el contrario Moody’s, que todavía le mantiene la calificación de estable a Colombia, destaca la presentación de la misma.

En declaraciones a varios medios, el analista soberano de Fitch, Richard Francis, dijo que no es un ajuste significativo (el que expone el proyecto), sobre todo en 2022 y recordó que eso fue parte del motivo para la baja de la calificación el primero de julio porque el país tiene meta déficit de 7% en 2022, es decir, dos años por encima de 7% del PIB.

Con anterioridad, la agencia había dicho que esperaba ver un ajuste fiscal para estabilizar la deuda sobre el PIB y empezar a bajarla pero con déficits tan altos se verá que la deuda sigue subiendo hasta 2022. 

“Va a tener Colombia más ingresos en 2023, eso sí, pero lo interesante -dijo- es una reversión de la Ley de Financiamiento de 2019, año en el que se cambió la perspectiva a negativa por las dudas en el impacto fiscal en el mediano plazo”.

Sostiene que el plan fiscal nuevo es de poco más de 1% del PIB que “puede servir para estabilizar la deuda, pero realmente para empezar a bajarla el Gobierno va a necesitar más y eso se puede ver en el marco fiscal de mediano plazo”.

Indica el directivo que “en ese documento se necesita 0,6% del PIB adicional y eso implicaría una nueva reforma tributaria por parte del nuevo Gobierno”.

Los esfuerzos puede que no lleguen a la meta y el Gobierno puede necesitar hacer más en temas de gasto, dijo el analista.

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Déficit en duda

Respecto a la propuesta que tendrá la reforma tributaria de definir un ancla de deuda para la Regla Fiscal “es buena” en concepto de Francis porque considera que eso le hacía falta a la regla anterior que permitía que la deuda subiera cada año.

Podría ser un ancla significativa si el Gobierno puede hacer ajustes en línea con la nueva meta de 55% de deuda sobre PIB, aseguró el analista de Fitch.

Esa ancla, aseveró, es viable si el Gobierno de Colombia logra los ajustes e incrementar los ingresos, pero eso puede “significar hacer una reforma tributaria o tal vez dos”.

“La pregunta ahora es si realmente el Gobierno puede políticamente obtener las reformas tributarias suficientes después de las protestas sociales y en el lado de gasto en donde hay muchas presiones”, añadió. No estoy seguro si la clase política de Colombia puede gestionar reformas profundas, advirtió Francis.

Recordó que en 2019 el Congreso hizo la parte difícil que fue elevar el IVA al 19% y la parte fácil fue bajar los impuestos a las empresas, pero ahora deben sacar otras reformas.

Otra visión

Por otra parte, en otras declaraciones, Renzo Merino, analista de Moody’s para Colombia, dijo que con el proyecto ya conocido añadirá otro elemento a la revisión de calificación del país y que eso entrará en los plazos de esa revisión.

Moody’s es la única agencia que mantiene dos escalones por arriba las calificaciones del país, sosteniendo el grado de inversión.

El analista dijo que el impacto final de la reforma tributaria presentada por el Gobierno de Colombia al Congreso dependerá del debate político, pero, dijo en principio, está en línea con lo presentado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo para sostener los programas sociales en 2021 y 2022.

La reforma, aseguró, busca mantener el gasto en 2022 creado por la pandemia y eso tiene implicaciones en el déficit y en la consolidación fiscal porque el proyecto tendría ingresos permanentes solo desde 2023.

En concepto de Merino, en términos netos este ingreso adicional de 1,5% del PIB está en línea con la reforma anterior de abril -que se retiró del Congreso y que tenía 2% de ingresos-. Pero, al final, la reforma de abril veía una caída en el efecto neto al hacerse más largo el gasto social. Ese efecto neto bajaba a 1,3%-1,4% del PIB en el proyecto que se retiró.

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El panorama del beneficio de la reforma para la consolidación fiscal se hace evidente desde 2023, aseguró el analista de Moody´s, al tiempo que destacó la estrategia diferente frente a la reforma anterior porque se buscaron los consensos en lo político y social.

“La propuesta parece mucho más viable, pero habrá que esperar lo que pase en el Congreso, aunque se evidencia apoyo de diferentes actores de la política y de la economía, hay consenso”, resaltó. Hoy, Moody´s tiene una calificación para Colombia de Baa2 con perspectiva negativa.

La economía

Respecto a esta situación, el experto señaló que en el corto plazo habrá que ver cómo avanza la economía en 2021 y 2022 con las expectativas que tiene la agencia en las necesidades del Gobierno que se van a mantener a niveles históricos por los apoyos de este año y el próximo, lo cual llevará al punto de partida en cuanto a las métricas de deuda del Gobierno.

El proceso de consolidación fiscal del Gobierno colombiano, dijo, empieza en 2022, pero realmente se verían los efectos de la reforma en 2023.

A eso se suma, dijo Merino, que además de la reforma tributaria, se discutirá en el Congreso el Presupuesto General de la Nación para 2022 y eso puede influenciar el nivel del déficit del próximo año y, por ende, hay que ver qué tendencias podrían tener las métricas del Gobierno.

De acuerdo con la explicación de Merino, Moody´s no tiene un calendario fijo de comités de calificación, pero estimó que van a tratar de resolver la perspectiva de la calificación dentro de los 12 meses desde la más reciente acción que fue en diciembre de 2020, a la espera que sean aprobados la reforma y el presupuesto de 2022 que serán muy útiles para determinar los tiempos de un nuevo comité.

Es “muy probable” que la revisión de la perspectiva de calificación se haga en agosto una vez sea aprobada la reforma y sea aprobado el presupuesto nacional de 2022, aseveró.

Más medidas fiscales

Para Moody´s está claro que la próxima administración de Colombia tendrá que tomar nuevas decisiones en cuanto a la política fiscal de mediano y largo plazo, para seguir apoyando la reducción del déficit y la mejora en las métricas de deuda que se podría dar en los siguientes años.

La estimación de los ingresos permanentes que espera para después de 2023 será consideración del comité de Moody´s. “Si uno ve la mediana la categoría Baa con números de 2020 está por debajo del nivel de deuda de Colombia y la tendencia de la mediana para el par promedio de la categoría va a seguir aumentando”, destacó el analista de la agencia.

“Más allá de eso, tendremos que ver nuestras propias expectativas de crecimiento en 2021 que es más dinámico de lo esperando inicialmente y qué puede implicar eso para al tema fiscal este año”, expresó. Para Merino, el aumento en el recaudo hasta junio de 2021 avanza de manera positiva y también quieren ver los lineamientos finales para el presupuesto de 2022.