El aumento de la producción industrial, el incremento de la demanda del comercio, la reactivación de la infraestructura y el mayor gasto hacia el final del año prevén un mejor entorno para el PIB
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Si las recientes cifras que han arrojado sectores como la industria, el comercio, la infraestructura y el turismo se mantienen firmes, este año la economía colombiana crecerá cerca del 3,5%. La industria, con un aumento en agosto de 3,6%, el comercio con 4,5%, el turismo con 4,6% y la reactivación de la infraestructura permiten avizorar un mejor panorama para el país hacia el final del año
De hecho, ya varias entidades e instituciones han empezado a corregir sus previsiones del PIB para Colombia. Uno de ellos fue el Banco de la República, que pasó el crecimiento de 3% a 3,2%, mientras el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional son más optimistas y creen que la economía llegará al 3,6%.
Esta percepción fue confirmada por el resultado del indicador de seguimiento a la economía (ISE) para julio con un aumento interanual de 3,7%, muy por encima del consenso del mercado de Bloomberg de 3,3% (2,6% en junio).
La fuerte actividad minorista y una mejor industria a principios del tercer trimestre fueron los principales impulsores de la actividad en el mes. Las principales preocupaciones para el Gobierno son la caída de la participación laboral y la continua destrucción del empleo.
Previsiones
No en vano Planeación Nacional estima que en medio del flojo desempeño de la economía mundial, el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia crecerá 4,5% en 2022, y en promedio, 4,1% en los próximos cuatro años, el desempleo descenderá a 7,9% y la pobreza caerá del 27% al 21%.
La prioridad en el paquete de medidas incluido en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”, es la reactivación de la economía, reimpulsar la inversión, la productividad, la formalización laboral, la transformación digital y la modernización del aparato productivo.
El último informe del Banco Mundial situó la proyección de crecimiento de Colombia en el 3,5%, por encima del desempeño de América Latina de 1,75% y del promedio mundial estimado en 2,6%.
Sin duda la inversión será el motor del crecimiento de la economía en los próximos cuatro años con una variación real de 5,7%.
El incremento promedio de 4,1% del PIB entre 2019 y 2022 será impulsado por un aumento de 4,3% en el consumo privado, de 3,5% en importaciones, 3,4% en exportaciones y un consumo del Gobierno de 3,3%.
Uno de los objetivos es sacar a 3 millones de colombianos de la pobreza y a 1,5 millones de la pobreza extrema.
Con este mismo fin, y gracias al mejor desempeño de la economía, se generarán 1 millón 626.000 puestos de trabajo, bajando la tasa de desempleo de 9,3% a 7,9% y la informalidad laboral de 56% a 53%.
Entre las medidas que impulsarán el crecimiento económico potencial entre 2019 y 2022, para llevarlo de un promedio de 3,3% a 4,1%, está el aumento sustancial en obras de infraestructura y demás bienes públicos.
El Gobierno señala que en la recuperación económica incidirán el reimpulso del sector agropecuario, la transformación digital, los estímulos al emprendimiento, el impulso a las exportaciones, la conexión de los territorios, al igual que una inclusión social productiva.
Optimismo
Asimismo, el Gobierno ha remarcado que el crecimiento en el país a bien y que puede terminar mejor al finalizar el año. El presidente Iván Duque, en el Congreso de Andicom y luego en el de Fenalco en Neiva, insistió que la economía colombiana podría crecer 3,5% durante este año y por qué no alcanzar el 4% bien en diciembre o en la primera parte de 2020.
De acuerdo con un análisis del Bancolombia, la economía global es hoy un lugar hostil para los optimistas, pero indica que “en este entorno convulsionado, resulta llamativo que durante el primer semestre el PIB colombiano haya crecido a su tasa más alta en cuatro años. No obstante, dicho resultado no implica que seamos inmunes a lo que ocurre en otras latitudes. Creemos que esta desalineación se debe, en buena medida, a que nuestra economía responde de forma rezagada a tales acontecimientos. Por lo tanto, la pregunta no es si esto nos afectará o no, sino en qué momento será evidente el impacto”.
A su vez, el director económico de Corficolombiana, José Ignacio López, destacó que “en un escenario de condiciones monetarias laxas como el actual, se favorecerá el desempeño de mercados emergentes como Colombia. No obstante, la incertidumbre frente a la dinámica de crecimiento mundial puede llevar a un aumento de la volatilidad de los mercados locales en el corto plazo en la medida en que los inversionistas buscan refugio en activos considerados seguros como lo son el dólar, los bonos del tesoro norteamericano y alemán”.
Frente a las perspectivas de la economía, López afirmó que “en la actual coyuntura, Colombia se encuentra nadando en contracorriente. Mientras la mayoría de países están experimentando una desaceleración económica, nuestro país muestra síntomas de un crecimiento acelerado. Esto se explica por el bajo grado de apertura de nuestra economía y el buen desempeño de la demanda doméstica”.
En ese sentido, el consumo de los hogares colombianos podría crecer este año a un ritmo anual de 5% a pesar del pobre desempeño del mercado laboral que ha llevado la tasa de desempleo a un nivel de 10,7% en julio, un punto porcentual mayor frente al mismo mes del año pasado.
El reconocido analista, Fernando Cepeda, discutió el efecto político que ha tenido la globalización en los países desarrollados de occidente, donde se evidencia un malestar en la clase media que explica en buena parte fenómenos políticos como el Brexit y la elección de Trump en los Estados Unidos. Cepeda afirmó que “los países europeos están experimentando un problema de falta de liderazgo, como queda evidente al analizar la coyuntura política del Reino Unido, Francia, España e Italia”.
El otro motor
Otro elemento que este año se ha sumado a las noticias positivas de la economía es el desarrollo del turismo, que viene creciendo a una tasa de 4,6% y se espera que llegue al 6% al final del año. Un estudio del Centro de Pensamiento Turístico de Colombia concluyó que entre 2007 y 2017 el sector pasó de generar 889.770 empleos a 1.3 millones y representaba el 7,8% de la ocupación a nivel nacional. El mismo estudio reveló que el 56,7% de los puestos estaban ocupados por personas jóvenes y el 63,9% de los empleados pertenecían a los estratos 1 y 2. A nivel nacional, el turismo contribuía con el 5,1 % del PIB.
El sector de hotelería y turismo en el país continúa adaptándose y reinventándose, tanto en nuevas tecnologías, responsabilidad ambiental y wellness, como en el surgimiento de marcas enfocadas a diseñar experiencias únicas, auténticas y memorables para los viajeros.
Los incentivos fiscales para el desarrollo de proyectos inmobiliarios hoteleros en Colombia han estimulado la nueva oferta hotelera y el turismo en general. Según la Asociación Hotelera y Turística en Colombia (Cotelco), en los últimos seis años surgieron 2.790 nuevos establecimientos que adicionaron 35.000 camas, y los existentes remodelaron 15.500 habitaciones, con inversiones por más de $4.6 billones.
Actualmente, Antioquia es el departamento que más inversión tiene en la construcción de hoteles en Colombia con $674.048 millones. “Colombia se ha convertido en un país atractivo para invertir en el sector hotelero debido a la seguridad jurídica que ofrece a los inversionistas y a la prórroga en la ley de exención del impuesto sobre la renta, logrando captar nuevamente las miradas de los jugadores internacionales interesados en la adquisición de hoteles, cadenas existentes y por supuesto, en el desarrollo de nuevas plataformas hoteleras”, afirma Patricio Del Portillo, director de CBRE Hotels.
Según un estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) Latinoamérica y el Caribe tendrán que invertir en aeropuertos $53.150 millones entre 2019 y 2040 para adecuar su capacidad por el incremento de pasajeros. Colombia, México y Brasil concentran casi el 70% de la inversión. “La dinámica de la industria hotelera está cambiando y las empresas modernas no conocen fronteras. Los inversores, desarrolladores y financieros turísticos deben navegar un panorama global complejo y competitivo, y solo aquellos que puedan hacerlo hábilmente cambiando entre las tendencias, ubicación, marca, administración, instalaciones, servicios y tecnología globales del mercado, encontrarán el éxito en el mercado actual. Colombia tiene todo para ser líder del sector”, afirma Del Portillo, director de CBRE Hotels.
Las tasas de interés
De otro lado, un elemento adicional que ha beneficiado el incremento de la liquidez en casi todas las actividades, es la actual política monetaria desarrollada por el Banco de la República. Con una tasa de intervención estable en 4,5% desde hace 16 meses, ese hecho demuestra que la Junta del Emisor confía en los actuales niveles de inflación que a pesar de las presiones todavía se mantiene dentro del rango previsto a comienzos de año.
El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, dijo en la reunión de política monetaria de septiembre, que “las tasas más bajas en el extranjero, como lo decidió la FED en EU, significan que la tasa neutral real en Colombia podría ser alrededor de 20 puntos básicos por debajo de la referencia más reciente de 1,4%. Por lo tanto, observamos que la política monetaria es incluso menos expansiva de lo que se había previsto anteriormente”.
Para los analistas del Bancolombia, “esta decisión se apoyó en que el Emisor espera que los choques que hoy mantienen la inflación en niveles superiores al 3,7% empiecen a ceder terreno hacia finales de año y que a partir de este punto el incremento de los precios converja hacia la meta de 3%”.
Pero, por otra parte, la Junta reiteró que el desarrollo de la economía colombiana continuaría caracterizado por una apertura en la cuenta corriente, que se proyecta superior al 4%. Pese a que el desbalance externo sería financiado principalmente por inversión extranjera directa, su magnitud no hace apropiada una reducción en el principal instrumento de política.
Sostienen los investigadores financieros que “con esta decisión corroboramos nuestro escenario de estabilidad para lo que resta de 2019. En primera instancia, consideramos que el nivel actual es coherente con algunos riesgos alcistas que prevalecen sobre la evolución de la inflación, como por ejemplo una posible reactivación de los mecanismos de traspaso de la depreciación de la moneda hacia los precios al consumidor, el incremento que pueda tener el salario mínimo para el año entrante y la persistencia de dificultades en la oferta del sector agrícola”.
Mejor panorama
Señalan los expertos que “además, juzgamos que el nivel de 4,25% coincide con el riesgo alcista en las perspectivas de crecimiento económico que impuso el reporte del segundo trimestre de este año con 3%. También, esta postura concuerda con el panorama mixto que prevalece en el sector real, caracterizado por un crecimiento del crédito favorable y un buen dinamismo en las importaciones, pero que presenta lunares en el mercado laboral y la confianza de los agentes”.
Para el investigador José Ignacio López “no vemos espacio para que el Banco de la República baje tasas en los próximos meses, por lo cual esperamos políticas alternativas por parte del Gobierno para buscar reducir el desempleo”.
Teniendo en cuenta este comportamiento de la economía, el panorama de la política monetaria durante 2020 luce menos claro. Por el momento, nuestra estimación base incorpora dos incrementos de la tasa durante el primer semestre del 2020, de 25 puntos básicos cada uno, que llevarían la postura de política monetaria hacia un terreno neutral.
Sin embargo, y tal como lo expresó el Emisor, nuestros análisis muestran que el rumbo de las tasas de interés globales puede, con un rezago de hasta 2 años, condicionar el curso de la política monetaria local. Por tal motivo, para el próximo año los recortes recientes en el mundo desarrollado se realzan como un factor relevante para considerar en nuestra proyección. Por lo pronto, la reducción en la tasa de interés neutral a 1,24% reduce la probabilidad de que se materialicen los incrementos que anticipa nuestro escenario base, y aumentan las posibilidades de que la tasa permanezca estable por un año adicional.