La oportunidad de Duque para hacer andar un acuerdo nacional | El Nuevo Siglo
Foto Presidencia de la República
Domingo, 30 de Agosto de 2020
Redacción Economía

Tras 152 días de cuarentena, Colombia empieza este martes el aislamiento selectivo de distanciamiento y responsabilidad individual, la nueva fase en la estrategia adoptada en el país para afrontar el virus.

La palabra clave de la nueva etapa es reactivación, porque es el tiempo para subsanar los enormes costos económicos y sociales que ha dejado la emergencia para atender la pandemia.

Tras conducir con relativo éxito al país por cinco meses de cuarentena estricta, el presidente Iván Duque se apresta a liderar lo que ha denominado el Compromiso por el futuro de Colombia.

Como lo ha analizado EL NUEVO SIGLO, el presidente Duque sin echar por la borda sus convicciones ideológicas ha buscado un acuerdo nacional, a veces incluso distanciándose del ala más radical de su propio partido.

Desde el primer día de su mandato -incluso desde la campaña electoral- ha planteado el tema. A veces estuvo a punto de lograrlo, como cuando en contravía de algunos de sus copartidarios respaldó la consulta anticorrupción y tras la copiosa votación convocó en la Casa de Nariño a todas las organizaciones políticas, incluso a los desmovilizados de las Farc.

Sin embargo, no se ha podido concretar. Otra oportunidad la tuvo con las objeciones a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que el Gobierno siempre alegó que apenas eran unos cuantos puntos sobre los cuales podría lograrse un diálogo y un acuerdo. Su voz no solo no fue tenida en cuenta, sino que puso en evidencia que no era suficiente contar con las mayorías parlamentarias si le hacía falta gobernabilidad para temas calientes. Por otro lado, hay que reconocerlo, el Ejecutivo logró sacar adelante la parte más significativa de su agenda.

Llegó la emergencia sanitaria con un sólido respaldo de la opinión pública a la gestión del presidente Duque, como lo muestran las encuestas, a la vez con una nueva oportunidad para concitar las fuerzas políticas y sociales del país para, como se dice coloquialmente, jalar para el mismo lado en esta nueva etapa.

Compromiso

Al instalar las sesiones ordinarias del Congreso, el 20 de julio, Duque le planteó al país un nuevo “Compromiso por Colombia” en cuatro grandes temas o pilares: generación de empleo, crecimiento limpio y sostenible, apoyo a los más pobres y vulnerables de la sociedad, e impulso al campo y construcción de la paz con legalidad.

El plan de reactivación económica y social, que prevé inversiones por $100 billones y la generación de un millón de empleos directos e indirectos, tendrá como eje transversal la superación de los efectos de la pandemia y el fortalecimiento histórico del sector salud, sin olvidar las grandes metas que el Gobierno se fijó desde el comienzo para el cuatrienio.

“Hoy ante el Congreso quiero asumir un compromiso con Colombia. Un compromiso con todos los ciudadanos, para que nuestro país salga adelante y que invite a todas las instituciones, al sector privado, a la ciudadanía, a los gobernantes locales, a que todos trabajemos en equipo por nuestra patria”, dijo entonces el Mandatario.

Alinear en el mismo propósito al empresariado no será difícil, porque tras los duros días pasados, lo que más requiere el aparato productivo es empezar a funcionar, sin desconocer la nueva normalidad que impone restricciones al funcionamiento que tenía la economía antes de marzo.

En general, como ya se dijo, la población valora positivamente la gestión de Duque, pero esa buena mirada dependerá en primer lugar que las medidas adoptadas de aquí en adelante logren reactivar el consumo, pero sobre todo el empleo.

El arsenal preparado implica apuestas ambiciosas, pero muy viables, porque apunta al incremento del empleo a través de una estrategia que combina apoyo a las Mipymes, aceleración de grandes proyectos de infraestructura, incentivos a proyectos de economía naranja, avances en conectividad y transformación digital, además de respaldo para la recuperación de sectores afectados por la pandemia como el turismo y la hotelería.

Contexto

Para bien o para mal, el contexto en que todo esto empezará a acontecer es el de la polarización política heredada del plebiscito de 2016 y avivada por la medida de aseguramiento domiciliaria impuesta por la Corte Suprema de Justicia al expresidente Álvaro Uribe.

Podría ser un ambiente difícil para Duque por su insistencia en permanecer en el centro-centro del espectro ideológico; pero también es una oportunidad, porque la coyuntura es un motivo de unidad en el campo de la centro-derecha, que le puede brindar al Gobierno un margen de acción muy importante para alinear la Nación por el camino de la reactivación.

Con todo, traducir este escenario a la gobernabilidad en el Congreso no será tarea fácil porque ya empezaron a destaparse precandidaturas presidenciales que podrían minar el propósito unitario; así, será menester actuar rápido.

La propuesta que llevó a la instalación del Congreso puede ser la base para atraer a las bancadas afines en esta segunda parte del cuatrienio.

En primer lugar está el compromiso con el crecimiento limpio y sostenible, que bajo el principio de “producir conservando y conservar produciendo”, se enfoca en temas de transición energética, lucha contra los efectos del cambio climático, más reforestación y menos deforestación, así como acceso a la información ambiental.

Luego viene el compromiso con los más pobres y vulnerables de la sociedad, en el que por ejemplo, el programa Ingreso Solidario, una renta básica de emergencia que se propuso llegar a 3 millones de hogares que nunca habían recibido apoyos del Estado, se extenderá hasta junio del año entrante.

Y finalmente, el compromiso con el campo y la paz con legalidad implica seguir adelante con el programa Agricultura por contrato, la provisión de bienes públicos rurales y la implementación del Catastro multipropósito; acelerar las obras PDET y buscar que los campesinos puedan convertirse en emprendedores del campo con acceso a crédito, extensión y comercialización sostenible de sus productos, contemplados en el proyecto de ley que brinda alivios a los pequeños y medianos productores del campo.

El eje transversal de todo este acuerdo es el compromiso con la salud. Una de las primeras medidas en la cuarentena habrá de acelerarse aún más: el Acuerdo de Punto Final. Eso sumado a las canastas Covid, el pago por capacidad disponible de unidades de cuidado intensivo (UCI), la bonificación a los profesionales de la salud que se encuentran en la primera línea de atención a la pandemia, la dispersión de equipos de ventiladores en el territorio y la ampliación de red nacional de laboratorios.