E.U. y la distensión con Cuba | El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Marzo de 2015

*La negociación tiene límites claros

 

El  presidente de Estados Unidos Barack Obama, quien con resolución y audacia resolvió iniciar un proceso para restablecer relaciones con Cuba, puesto que considera que el bloqueo ha resultado a la larga inane contra el régimen del comandante Fidel Castro, hizo ese anuncio histórico cuando el Congreso de su país entraba de vacaciones.

Ello ha dado tiempo para que los estadounidenses y la comunidad internacional valoren esa decisión con cabeza fría, sin que por eso se ablande la voluntad de los senadores republicanos que han manifestado que  la iniciativa presidencial se hizo en momentos que el régimen castrista estaba en cuidados intensivos y no se exigió nada a cambio, por lo que advierten que el sistema autoritario en la isla seguirá igual. Concluyen que el fin del bloqueo salvará a Cuba del colapso económico.

Otras voces del Partido Demócrata así como  independientes han manifestado su aprobación a la política de distensión emprendida por Washington,  puesto que muchos consideran que el bloqueo ha sido la excusa política y propagandística del régimen castrista para justificar su fracaso estruendoso.

Frente a ese concepto, el líder de los senadores republicanos, Mitch McConnell, manifiesta que está de acuerdo y es solidario con sus compañeros de bancada o de otras tendencias, como el congresista Marcos Rubio (Florida) o el demócrata de Nueva Jersey, Robert Menéndez, quienes han emitido las más duras críticas a la política de mano tendida con Cuba.

Según McConnell, la iniciativa presidencial es un error y el Senado tiene la capacidad de frenar  las medidas presidenciales, puesto que “solamente el Senado puede eliminar algunas de las barreras a las relaciones con La Habana”. Igual, en lo que atañe a la economía y el nombramiento de embajador en La Habana, esos asuntos también pasan por el tamiz legislativo.

El senador recordó que “en Vietnam se normalizaron las relaciones con el gobierno y es un régimen comunista que aún reprime a la gente”.

La prensa estadounidense en diversas ocasiones se ha referido a la inclinación de los jerarcas cubanos por seguir el modelo represivo de Vietnam, en tanto se permite un ingreso “controlado” de capitales e inversiones.

Frente a la exigencia del comandante Raúl Castro al gobierno de Obama, para que saque a Cuba de países que favorecen el terrorismo, ha sido el secretario de Estado, John Kerry, quien ha respondido de manera categórica a La Habana que ladelegación estadounidense, por ahora, no negociará sobre ese particular, puesto que ese asunto deberá ser revisado en un futuro por otra instancia y resolverse por separado. Kerry fue enfático en advertir que lo que se negocia  con Cuba es “lo  relacionado  con el movimiento de diplomáticos, acceso, viajes, cosas diferentes, un proceso muy técnico”. 

Como se ve, en medio de las posturas a favor o en contra, es necesario entender que el clima de distensión entre la Casa Blanca y Cuba tiene un marco de referencia muy delimitado y que si el régimen de Castro quiere cesiones adicionales o la suspensión del bloqueo, deberá necesariamente que hacer una apertura en materia de respeto a los derechos humanos, políticos, sociales y de libertad de prensa y opinión, entre otros.