La descolgada del PIB | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Enero de 2023

* ¿Se subdimensiona desaceleración económica?

* Gobierno debería generar un plan de choque

 

 

La desaceleración de la economía colombiana es una realidad. Todos los informes y proyecciones, tanto nacionales como internacionales, coinciden en que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) será drástica este 2023. No de otra manera se entiende la preocupante previsión en torno a que el país pasará de tener un dinamismo productivo superior al 8% al cierre de 2022 a un máximo de 1,5% a diciembre de este año.

Lo más inquietante es que algunos analistas alertan que se puede estar subdimensionando esta descolgada, en gran parte -y paradójicamente- porque el mayor temor meses atrás era un contagio a nivel interno del clima recesivo global. A hoy, es claro, es bajo el riesgo de registrar un crecimiento económico negativo por dos o más trimestres consecutivos en nuestro país. Pero ello, en modo alguno, disminuye la gravedad del marcado enfriamiento productivo que se está experimentando desde finales del año pasado.

Tanto al Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) revelado esta semana por el DANE, como los pronósticos del Banco Mundial, Cepal, FMI, OCDE, el Banco de la República y el propio Gobierno permiten concluir que el aparato productivo está perdiendo dinamismo a un ritmo acelerado. La previsión de crecimiento más optimista entre todas instancias es la del Ministerio de Hacienda, que fija sus esperanzas en que el PIB de 2023 esté alrededor del 2%. El resto de proyecciones apuestan más bajo, sin descartar incluso porcentajes de apenas un 1,3%, una tasa que al decir de no pocos expertos se podría interpretar de nulo crecimiento, ya que apenas si reflejaría la evolución inercial de la estructura productiva y el incremento poblacional.

Obviamente no se puede desconocer que hay un escenario global muy complicado. La ola inflacionaria está considerada ya como la nueva ‘pandemia’, en tanto que algunas potencias económicas han señalado que si bien no han caído en una recesión típica, su desaceleración es sustantiva. Por ejemplo, China reveló esta semana que el 3% de 2022 es su crecimiento más bajo desde la década de los setenta del siglo pasado. A su turno, la guerra en Ucrania, con su duro coletazo en materia de precios de los hidrocarburos e impacto en la cadena productiva trasnacional derivada, entra en próximos días en su onceavo mes sin que haya visos de una salida pacífica a corto plazo. Por el contrario, la beligerancia verbal entre Moscú y Occidente es cada día más amenazante en torno al riesgo de una conflagración bélica de mayor escala.

Visto todo lo anterior, varios dirigentes gremiales en Colombia están urgiendo del Gobierno que aliste un plan de choque que no solo amortigüe la caída del PIB sino morigere sus consecuencias negativas en materia de empleo, recaudo tributario, dinamismo productivo, liquidez, clima de negocios, balanza comercial, inversión extranjera directa y situación socioeconómica de millones de hogares, ya de por sí están muy golpeados por el coletazo inflacionario. Si bien el Ejecutivo, amparado en los excedentes derivados de la reforma tributaria que entró a regir el pasado 1 de enero, ha dicho que mantiene una parte de los subsidios directos e indirectos creados en medio de la emergencia pandémica para los sectores más vulnerables, la desaceleración productiva presionará de nuevo los índices de pobreza monetaria y multidimensional.

El Gobierno está llamado a escuchar las alertas tempranas del sector privado en torno a que se puede estar subdimensionando la gravedad de la descolgada del PIB este año. Sería muy gravoso no activar a tiempo una serie de mecanismos clave para mantener a flote empresas, blindar el empleo, proteger el ingreso de las familias y no perder la potabilidad de las finanzas públicas. El Emisor también debe entrar a evaluar si la política de restricción monetaria que viene aplicando para contener la cresta inflacionaria debe mantenerse o flexibilizarse. Igualmente, es claro que el alcance de las reformas pensional, laboral, de salud y otros ajustes planteados no puede abstraerse de este difícil panorama económico.

Lo importante, en todo caso, es que no se espere a que la desaceleración se profundice en este primer semestre. Hay que actuar con diligencia desde ya para generar un plan de choque, so pena de que a diciembre próximo el PIB se ubique, incluso, por debajo del 1%.