El desafío que enfrenta Colombia para reducir las pérdidas humanas y financieras por los accidentes de tránsito, no ha logrado bajar en los últimos años.

Situación, que no solo está dejando miles de familias sin padres, hermanos, hijos, que con el transcurso de los años deberían convertirse en el bastión del desarrollo económico de sus hogares o entornos, así como para el crecimiento económico del país, no ha mejorado y por el contrario, crece mes a mes, sin que nada se pueda hacer para bajar la accidentabilidad, en la mayoría de los casos por la irresponsabilidad de los conductores y la falta de una legislación que sanciones a los responsables.

Solo en 2024, se registraron 8.266 fallecidos, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), esto representó un incremento del 43,9% en muertes frente al promedio de los cinco años anteriores (entre 2019 y 2023).

2025, las mismas entidades ya reportan cerca de 150 muertos por la siniestralidad en las vías, una cifra que con seguridad seguirá incrementándose a lo largo del año.

Lo anterior, es una calamidad pública que tanto el Gobierno como el mismo Estado en todas sus instituciones debe combatir, sobre todo porque se trata de un problema ocasionado mayormente por la conducta de las personas, como lo señala el coronel Jaime Ríos, subdirector de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, “las causas de los accidentes son determinadas a partir de la conducta humana como del equipamiento que tenga el vehículo. El factor humano es un factor que incide en muchos de los accidentes: el exceso de velocidad es un factor humano, los adelantamientos en sitios prohibidos es un factor humano, hacer maniobras peligrosas es un factor humano”.

Como si esto no fuera suficiente, solo en 2024, el país tuvo que cubrir pérdidas por más de $300.000 millones que debe asumir el Estado, y que corresponde al dinero que cuesta el atender a las víctimas de vehículos que no tienen SOAT.

De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, más de la mitad del total de vehículos en el país no cumple con el pago de esta póliza obligatoria para accidentes; es decir, alrededor de ocho millones circulan por las carreteras del país sin este seguro.

Como se ve, esta tragedia se vive minuto a minuto en el país, en cada pueblo y región, pero no se toman las medidas para bajar la siniestralidad. Es culpa de todos…