Más de 250 hinchas de Peñarol fueron detenidos el miércoles en Rio de Janeiro tras disturbios previos al duelo entre el club uruguayo y el brasileño Botafogo por las semifinales de la Copa Libertadores de América, informaron las autoridades.
La policía brasileña dijo en un comunicado enviado a la AFP que trasladó a los detenidos a la Ciudad Policial, bajo señalamientos de que cometieron "una serie de actos de vandalismo, incluyendo saqueos y destrucción de establecimientos comerciales y vehículos".
Además, los bomberos debieron intervenir para sofocar el fuego provocado en varios vehículos, según la misma fuente. Una pistola fue confiscada.
"Ante la gravedad de la situación" fue desplegada una brigada especial de choque, que utilizó bombas de estruendo, agregó la policía.
Imágenes en vivo transmitidas por el canal Globo mostraron a hinchas lanzando diversos objetos como botellas y palos y protegiéndose con sillas plásticas.
Al menos un autobús fue incendiado durante los disturbios.
Versiones encontradas
Las imágenes mostraron luego cómo la policía obligó a los hinchas mirasoles a apiñarse y a tumbarse al suelo antes de ser detenidos.
El internacional uruguayo Guillermo Varela, del Flamengo, rival de patio del Botafogo, estaba en el lugar y fue "abordado" por la policía, según explicó el jugador en un mensaje en Instagram.
El lateral derecho aseguró que acudió al sitio para "rescatar a dos amigos que estaban asustados por la confusión" y negó haber participado en ningún "acto de violencia".
"Luego de que todo se resolvió, fui a un almuerzo con mis compañeros y la comisión técnica", apuntó, en una versión confirmada por los rojinegros en X.
Llegados de Uruguay en autobuses, los hinchas se habían reunido cerca de la playa del Recreio, en la zona oeste de Rio, a pedido de las autoridades.
"Llegaron para causar disturbios. Un deporte como el fútbol, que es un hobby, que es para hacer a la gente feliz (...), algo así es muy triste", dijo Tadeu da Silva, un comerciante del barrio, de 34 años.
Pero aficionados aurinegros aseguraron que actuaron en defensa propia tras ser atacados por 'torcedores' brasileños.
"Cuando llegué, me encontré con dos mil personas de Flamengo y Botafogo con armas de fuego, piedras, prendiendo fuego a ómnibus, todo, robando", dijo el representante de jugadores y fanático mirasol Edgardo Lasalvia a la radio Sport 890 de Montevideo.
La ida de la semifinal de la Libertadores entre Botafogo y Peñarol estaba prevista a las 21H30 locales (00H30 GMT del jueves) en el Estadio Olímpico Nilton Santos, ubicado en el norte de la ciudad, pero tras los desmanes el inicio fue retrasado quince minutos.
"Reforzamos la importancia del respeto entre las hinchadas", dijo el 'Fogão' en un comunicado.
"Delitos más graves"
Peñarol dijo el martes que unos 20 autobuses arribarían desde el país vecino y que pondría a disposición otros 20 para el traslado desde la playa de Recreio hasta el estadio.
Tras los disturbios, el alcalde de Rio, Eduardo Paes, afirmó en X que había alertado a la policía militar, que depende del estado, de que el lugar y "el modelo" de seguridad "traerían problemas".
Las autoridades estudiarán las imágenes captadas para "individualizar las conductas", puesto que algunos de los detenidos van a tener que responder por "delitos más graves", declaró a Globo el secretario de Seguridad de la alcaldía, Victor Santos.
Peñarol llegó a Rio con la intención de dar una nueva sorpresa, después de eliminar al poderoso Flamengo en cuartos, en su primera semifinal de Libertadores desde 2011, cuando perdió la final del torneo con el Santos de Neymar.
El club uruguayo ganó cinco veces el principal torneo de clubes de América, mientras que Botafogo todavía no tiene ninguna Copa Libertadores en su vitrina.
Rio ya ha sido escenario de choques entre aficionados durante partidos de Libertadores en años anteriores, con denuncias recurrentes de los hinchas extranjeros de que hubo exceso de fuerza de parte de la policía.
En 2019, al margen de un partido de la fase de grupos entre Flamengo y Peñarol, una batalla campal en la playa de Leme se saldó con decenas de detenidos y un seguidor flamenguista falleció meses después debido a las heridas sufridas.
El año pasado, decenas de hinchas de Fluminense y de Boca Juniors se enfrentaron en la turística playa de Copacabana, antes de la final del torneo entre ambos equipos.
Increíble la forma que detienen a los hinchas de Peñarol @Sport890 @Subrayado pic.twitter.com/Qo1DefY6dn
— Roberto Moar (@Roberto_Moar) October 23, 2024