Derecha volverá al poder italiano y Meloni es la favorita | El Nuevo Siglo
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Jueves, 21 de Julio de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Logró la titánica salvación de la zona euro de la crisis de 2012 pero no logró completan su plan de rescate a Italia por las disputas dentro de su coalición de unidad nacional. Mario Draghi, el reputado economista que hace 18 meses fue ‘entronizado’ en el poder terminó siendo víctima de la política, por lo que el país debe volver a las urnas.

“Una pausa inadmisible”, “Italia traicionada” y “Vergüenza” fueron los calificativos que el presidente Sergio Matarella, los diarios La Reppublica y la Stampa, respectivamente, dieron a la decisión de varios partidos de no apoyar la continuidad del calificado ‘Super Mario’, lo que llevó a la disolución del parlamento y a convocar elecciones, que deben tener lugar en un plazo de máximo 70 días.

En ese escenario se da por descontado que la centro-derecha vuelva a ser el inquilino del Palazzo Chigi (sede de gobierno) más no que las negociaciones para escoger al candidato único -como ya lo pactaron- sean fáciles. Y la razón de ello es que, en esta coalición, integrada por Forza Italia (Silvio Berlusconi), La Liga (Matteo Salvini) y la extrema derecha de los Hermanos de Italia (Giorgia Meloni), hay concepciones programáticas muy distantes en temas claves como la migración y tratados vigentes con la Unión Europea.

Esta coalición junto con los antisistema del Movimiento 5 Estrellas fueron la base del gobierno Draghi, pero precisamente el último fue el que desató la actual crisis política al cuestionarle desde meses atrás varias de sus decisiones y, finalmente, retirarle su respaldo. Ello llevó hace ocho días al primer ministro a presentar renuncia, la que no fue aceptada por el presidente Matarella quien le instó a conseguir nuevos respaldos y presentarle de nuevo al Parlamento, el que finalmente le dio la espalda.

Meloni encabeza las preferencias de voto con casi un 24%, superando el Partido Democrático -PD- (22%) y la Liga (14%), según una encuesta del instituto SWG realizada el 18 de julio.

Forza Italia sumaría el 7,4% de los votos y el Movimiento 5 Estrellas (M5E) el 11,2%.

En lo corrido del mes se han realizado 21 sondeos de intención de voto y en 19 de ellos se registra como la fuerza más votada al partido de Meloni. El promedio de los mismos le da un respaldo electoral de entre el 22% y el 24%, a la Liga alrededor del 15% y Forza Italia entre el 7% y el 10%. Los tres partidos podrían aspirar a hasta el 60% de los votos.

Muy cerca se ubica a Meloni se ubica la centro izquierda del PD liderada por Enrico Letta, que alcanza entre un 21% y un 23% de intención de voto.

La actual ley electoral, una mezcla complicada de votación proporcional y de voto por persona, resulta "una gran ventaja para la coalición de centroderecha", aseguró el profesor de derecho constitucional de la Universidad La Sapienza de Roma, Gaetano Azzariti.

"Los aliados de centro-derecha ya acordaron presentar un candidato común, contra el que se deberá presentar el candidato del centro izquierdista PD, el de los antisistema de 5 Estrellas y así sucesivamente. Por lo que es evidente que la centro-derecha será la ganadora", recordó.

Aunque está dividida en facciones, sufre complicaciones en diversos territorios y sus principales líderes -Salvini y Meloni- tienen profundas diferencias, es teóricamente mayoritaria.

"Estamos listos. Esta nación necesita desesperadamente recuperar su conciencia, su orgullo y su libertad", escribió este jueves en un tuit Giorgia Meloni, de 45 años, veterana líder de la extrema derecha, que podría convertirse en la futura jefa de gobierno de Italia.

Una perspectiva que preocupa a los europeos, dado que su partido aboga por una revisión de los tratados de la Unión Europea y hasta por su sustitución por una "confederación de Estados soberanos".


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El comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, consideró "irresponsable" la deserción de los partidos de la coalición, mientras Bruselas y sus socios europeos lamentaron el rechazo político a Draghi quien, como reseñamos, fue llamado a implementar un plan de salvamento para Italia, fuertemente golpeada por la crisis económica generada por la pandemia y, sobre todo, a adoptar las medidas necesarias para acceder a las ayuda financiera que con tal fin estableció el colectivo europeo.

Los mercados observan cuidadosamente la situación. El costo de la deuda de Italia volvió a subir y la Bolsa de Valores de Milán cerró con una caída de 1,6%, una señal de nerviosismo por la incertidumbre en la tercera economía de la zona euro.

Hermanos de Italia” es un novel partido, ya que está cumplir su primera década en la escena política tras escindirse del “Pueblo de la Libertad”, antiguo nombre del partido de Berlusconi, con el fin de representar al ala más radical de los conservadores. Es de un carácter notablemente euroescéptico a diferencia de Forza Italia. Tenía en el Parlamento que se acaba de disolver 32 diputados (de 630) y 18 senadores (de 315).

Regreso a las urnas

La inestabilidad política en Italia es una constante ya que es una república parlamentaria y ante la ‘explosión’ de partidos y movimientos hace imposible que alguno de ellos se convierta en mayoría. Como lo recordó el profesor Azzariti, “la mayoría del Parlamento decide quién gobierna y su respuesta este miércoles ha sido muy clara”.

Así las cosas, el presidente del país no tuvo más camino que aceptar la dimisión del primer ministro, firmar el decreto que disuelve la Cámara de Diputados y el Senado, las dos cámaras que componen el Parlamento, tal y como indica el artículo 88 de la Constitución italiana y remitirlo a los presidentes de las mismas.

Tras ello, Matarella agradeció a Draghi y a los ministros del gobierno saliente “por su compromiso durante los últimos 18 meses”. Añadió que ellos “se toparon con limitaciones a sus actividades, pero tiene las herramientas para operar durante los próximos meses hasta que llegue un nuevo Ejecutivo” e instó a los diferentes partidos a "trabajar por Italia porque en los tiempos que corren existen muchas obligaciones de interés nacional".

No se ha fijado el día en que los italianos deberán volver a las urnas para elegir a sus congresistas. La única certeza es que deben celebrarse antes de que se cumplan 70 días de la disolución del parlamento.

La situación se complica por la ley de presupuestos, que debe presentarse al parlamento antes del 15 de octubre. La organización de las elecciones, la campaña electoral, el nombramiento de un gobierno y luego su asunción trastornan ese calendario.

La disolución se firmó ayer y por ello se contempla que la jornada electoral podría celebrarse el 18 o el 25 de septiembre, aunque no se excluye el 2 de octubre.

El parlamento debe reunirse dentro de los 20 días siguientes a la elección, entre el 15 y el 22 de octubre, según ese escenario.

Draghi fue sacado de la conducción del barco italiano en un momento delicado ya que está lidiando con el impacto económico por la guerra en Ucrania, así como con una nueva ola de covid.

Además, debe preparar como dijimos anteriormente la ley de presupuestos para 2023 y poner en marcha todas las medidas exigidas por la Unión Europea para beneficiarse de los aproximadamente 200.000 millones de euros (casi lo mismo en dólares) concedidos a Roma.

Solo horas después de que el premier británico, Boris Johnson se despidiera del Parlamento con un “hasta la vista baby” tras una rebelión en las filas conservadoras, el italiano Draghi, figura destacada que siempre se colocó por encima de los partidos y demostró que supo conducir al país en los últimos 18 meses, se alista para hacer lo propio con un “Ciao bambini”. /