La pandemia del covid-19 y la masiva participación electoral han generado situaciones atípicas en la elección presidencial de los Estados Unidos que no han permitido que se conozca, con la celeridad acostumbrada, quien ocupara la Casa Blanca durante los próximos 4 años.
Como nunca antes en la historia, se presentó una votación por correo tan numerosa, que ha retrasado los resultados y anoche, un día después de la jornada electoral, el ganador aún era incierto, considerando que los estados de Nevada, Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania no han terminado el escrutinio.
Esta situación tiene en vilo el destino de 68 votos electorales que podrían inclinar la balanza hacia el presidente Donald Trump, que busca su reelección, o hacia el exvicepresidente Joe Biden a quien ya se le atribuyen 253 sufragios del Colegio Electoral de los 270 necesarios para proclamarse vencedor.
Si bien se espera que en poco tiempo se conozca el ganador en los estados de Nevada (6 votos electorales), Arizona (11) y Georgia (16), como se recordará, Carolina del Norte (15) y Pensilvania (20) recibirán votos por correo, que hayan sido enviados hasta antes del cierre de las urnas, hasta mañana, lo que hace suponer, considerando que es mucho más lento el conteo y verificación de este tipo de sufragio, que los resultados no se conozcan sino hasta la semana próxima.
Aunque normalmente el recuento completo de los votos nunca se completa la noche de las elecciones, pero hay suficientes votos para confirmar un ganador, en esta ocasión la situación es diferente y la definición podría tardar varios días o incluso semanas si alguno de los candidatos solicita recuentros o impugna los resultados de algún estado. Esta eventualidad ya es una realidad pues el día de ayer la campaña del presidente Trump impugnó las elecciones en Wisconsin y Michigan y solicitó que se suspendiera el escrutinio en Pensilvania, donde a pesar de que va a la cabeza, podría presentarse el fraude que tanto a anunciado por la modalidad del voto por correo.
La votación, marcada por la pandemia, ya ha producido a más de 300 denuncias en 44 estados y es previsible que varios desafíos legales que podrían llevar que no se conozca el ganador oficial hasta el 12 de noviembre.
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Como es sabido ya existe un precedente de una situación similar cuando en el año 2000 el candidato demócrata Al Gore perdió la Florida y las elecciones tras una decisión de la Corte Suprema, contra el ex presidente George W. Bush.
Con este panorama son varios los escenarios que pueden presentarse en los próximos días y que tendrían distintas consecuencias políticas, jurídicas y de legitimidad excepcionales
Escenario 1: Como se mencionó, al cierre de esta edición (11 p.m.) el candidato Biden contaba con 253 votos electorales y necesita 17 para conseguir el mínimo requerido para ser elegido. Con 68 en juego no parecería difícil que los consiguiera y que incluso ganara holgadamente si, como vaticina su campaña, logrará los estados de Nevada, Arizona y su natal Pensilvania, en donde aseguran que el voto postal cambiará la tendencia que se mantiene hasta ahora. Esta eventual, cómoda victoria del candidato demócrata, difícilmente sería controvertida y lograría apaciguar el acalorado ambiente social que hace temer, en estos momentos, protestas y levantamientos. De ganar en estos tres Estados, Biden sumaría 37 votos electorales y su total ascendería a 290. Este número de estaños del Colegio Electoral, sumado al control que tendrán de la cámara baja, daría al partido la legitimad y apoyo suficientes para gobernar sin mayores dificultades, incluso si se mantiene la mayoría republicana en el senado situación también incierta.
Escenario 2: A pesar de que hasta el momento las cifras generales favorecen a Biden, el presidente Trump tiene acostumbrado a su electorado a dar sorpresas. Al cierre, el mandatario contaba con 214 votos electorales y llevaba la delantera en los estados de Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania y Alaska, con lo que podría sumar 54 votos electorales y llegar a 268 votos. En esta eventualidad, el resultado en el tradicionalmente republicano estado de Arizona podría darle la presidencia pues llegaría a 279 sufragios del colegio electoral y una vez más se habría impuesto no sólo a su rival, sino a las encuestas que lo daban a Biden como seguro ganador.
Aunque difícil este escenario no es imposible, sobre todo considerando que en los estados mencionados el presidente va ganado. Anoche Trump aventajaba a Biden por casi tres puntos porcentuales en Pensilvania, dos puntos en Carolina del Norte y poco menos de un punto en Georgia con el 98% de los votos escrutados.
Escenario 3: Existe la posibilidad de que el resultado de los votos electorales sea muy apretado y que aunque haya un ganador, su rival no acepte los resultados lo que traería implicaciones jurídicas y de gobernabilidad difíciles de sortear para cualquier a los dos aspirantes.
Si como se ha dicho el presidente Trump consigue los Estados en los que lleva la delantera pero pierde Arizona, quedaría con 268 votos electorales y el ex vicepresidente Biden con 270, el mínimo requerido para ser proclamado presidente. Esta victoria, sin precedentes, pues ningún candidato a llegado a la primera magistratura con tan pocos votos, cardería los ánimos de los votantes inconformes, produciría una avalancha de demandas y podría en aprietos a Biden para desarrollar su programa de gobierno de ser ratificado por el Congreso y la Corte Suprema de Justicia.
El presidente Trump ha señalado que se presentó un fraude y, como se dijo, su campaña impugnó las elecciones de Michigan y Wisconsin lo que obligara a hacer un proceso de reconteo que podría llevar a que la Corte Suprema, dominada 6 a 3 por el partido republicano, tome una decisión al respecto. Es probable que el alto tribunal tome el caso Bush contra Gore como un precedente y otorgue y le dé esperanza al mandatario de permanecer en el poder.
Si bien se cree que en los tribunales el mandatario podría tener la ventaja, no es del todo seguro que seguro que así sea.
Los expertos aseguraron que “Biden también puede expandir el margen de impugnación al cuestionar la legitimidad general de un sistema que no requiere que el ganador obtenga la mayoría del voto popular, o al denunciar cómo el presidente Trump usa el poder de la presidencia para manipular el proceso."
Finalmente en el cada vez más controvertido sistema de colegios electorales, los votantes de cada Estado en realidad están votando por electores que luego emiten su voto por el candidato basándose en el voto popular. Como se recordará algunos estados permiten a los llamados electores “infieles” que pueden emitir un voto en desacuerdo con lo que decidieron los votantes. Esto es extremadamente raro, pero considerando un escenario tan apretado cualquier cosa podría pasar. Así las cosas si la polarización se acentúa no hay garantía de que un miembro del Colegio Electoral que está emitiendo un voto por su estado necesariamente acate al ganador del voto popular.
En un escenario plausible, aunque poco probable, los candidatos podrían convencer a las legislaturas controladas por sus partidos de que presenten listas separadas de electores que lo declare ganador a su candidato. El Congreso tendría entonces que decidir si contar a esos electores o no.