Entre Washington y Moscú, el "teléfono rojo" vuelve a calentarse | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 2 de Octubre de 2022
Redacción internacional con AFP

ES solo un "teléfono rojo" en las películas, pero las comunicaciones de crisis entre Washington y Moscú, iniciadas durante la Guerra Fría, se reanudaron en medio de amenazas rusas de recurrir a las armas nucleares en Ucrania.

Jake Sullivan, el principal asesor de seguridad del presidente estadounidense Joe Biden, lo confirmó.

Al periodista que le preguntó si el "teléfono rojo volvía a funcionar", respondió el 25 de septiembre en el canal NBC: "La respuesta a su pregunta es sí".

Para luego precisar: "Tenemos la capacidad de hablar directamente a un alto nivel (a los rusos), decirles claramente cuál es nuestro mensaje y escuchar el de ellos".

"Ha ocurrido con frecuencia en los últimos meses, incluso ha ocurrido en los últimos días", señaló Sullivan, quien no quiso dar detalles sobre la naturaleza exacta de los canales de comunicación empleados, a fin de "protegerlos", ni sobre la frecuencia de los intercambios.

Con el tiempo, el término "teléfono rojo" se volvió referencia de todos los contactos confidenciales de alto nivel de carácter urgente entre Washington y Moscú.

Pero se trató inicialmente de un dispositivo muy específico establecido en 1963 entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

 

 Crisis de los misiles

El "teléfono rojo" de la Guerra Fría, una línea directa entre Estados Unidos y la Unión Soviética, fue una necesidad nacida de la crisis de los misiles en Cuba, cuando los líderes de las potencias se dieron cuenta de la importancia de un canal expreso de comunicación, mientras el mundo entero temblaba.

Los angustiosos días vividos en octubre de 1962 dispararon intensas especulaciones sobre las verdaderas intenciones de ambos rivales, en tiempos en que los mensajes entre Moscú y Washington tardaban horas en traducirse y entregarse.

Una carta de los soviéticos del 26 de octubre de 1962, en la cual esbozaban una posible salida al conflicto, fue recibida por el embajador estadounidense en Moscú a las 09H42 hora local de Washington, pero no fue sino después de las 21H00 que llegó al Departamento de Estado, luego de ser traducida y encriptada.

"La paz del mundo pendía de un hilo, pero tomó casi doce horas para que un mensaje de una superpotencia llegara a la otra", escribió Michael Dobbs en su fundamental recuento de la crisis "Un minuto para la medianoche" ("One Minute to Midnight").

Estos mensajes además "estaban redactados en el lenguaje opaco de la diplomacia de una superpotencia, que impedía al redactor admitir cualquier debilidad o equivocación", indicó el autor.

Para agilizar la comunicación y reducir el riesgo de una guerra nuclear, los dos gobiernos establecieron el 30 de agosto de 1963 lo que llegó a conocerse como el "teléfono rojo", pero que no era otra cosa que un cable que transmitía mensajes escritos.

Los dos países negociaron entonces, hasta el más mínimo detalle, el establecimiento de un sistema de comunicación rápido y directo, extremadamente seguro.

El "Memorando de Entendimiento entre Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) sobre el Establecimiento de un Enlace Directo de Comunicaciones", el primer tratado bilateral entre las dos potencias, fue firmado en Ginebra el 20 de junio de 1963.

En la película "Doctor Strangelove", una comedia negra de 1964 que satiriza los temores de una guerra atómica, es por teléfono que el presidente estadounidense Merkin Muffley tiene una conversación tragicómica con "Dimitri" en Moscú sobre un apocalipsis nuclear inminente.

En realidad, es por mensajes escritos, codificados y transmitidos por un cable de miles de kilómetros de largo (Washington-Londres-Copenhague-Estocolmo-Helsinki-Moscú), y por un circuito de radio, que las dos capitales se comunican.

Según un artículo de la revista Smithsonian de 2013, el primer mensaje enviado por los estadounidenses fue "El rápido zorro marrón saltó sobre la espalda del perro perezoso 1234567890".

Lo cual no significa mucho, pero tiene el mérito de utilizar todos los caracteres posibles para probar el sistema.

El sistema fue modernizado en 1971, reemplazado por enlaces satelitales y terminales instalados en los dos países; en el lado estadounidense, el enlace llegaba al Pentágono, a su vez conectado a la sala de crisis de la Casa Blanca, la "Situation Room". Permitía compartir mapas, documentos y fotos entre ambos gobiernos.



Shakespeare y Chéjov

En un artículo de 1988, la New York Times Magazine comparó el sitio de recepción del Pentágono con "la sala de computadoras de una escuela secundaria bien equipada", y contó cómo el sistema se probaba cada hora, todos los días, con mensajes que no tenían relación con las noticias. "Los estadounidenses a veces envían cosas de Shakespeare, los rusos de Chéjov", señaló.

En 1994, un nuevo sistema hizo posible que los oficiales de defensa de los dos países estuvieran localizables casi permanentemente.

La Casa Blanca y el Pentágono resguardan bajo llave el secreto de cuántas veces fue usado el "teléfono rojo", pero los líderes de ambas potencias lo utilizaron durante las guerras entre árabes e israelíes en 1967 y en 1973 y durante la invasión soviética a Afganistán en 1979.

La línea se habría calentado, según varios informes de prensa, durante la invasión de Afganistán por parte de la URSS en 1979, y se habría usado mucho durante la presidencia de Ronald Reagan, con intercambios sobre Líbano y Polonia.

Según la cadena NBC y el Washington Post, el expresidente Barack Obama utilizó el "teléfono rojo", que en realidad habría sido un correo electrónico de alta seguridad, el 31 de octubre de 2016, para advertir solemnemente a su par ruso Vladimir Putin contra cualquier perturbación de las inminentes elecciones presidenciales estadounidenses.

Moscú y las capitales europeas establecieron posteriormente sus propias líneas directas de comunicación. En 1996, China instaló su "teléfono rojo" con Rusia, antes de hacerlo dos años más tarde con Estados Unidos. En 2005, India y Pakistán los imitaron.

En septiembre de 2011, Estados Unidos le propuso a Irán, su actual mayor antagonista, una línea directa para evitar cualquier confrontación que pueda derivarse del polémico programa nuclear iraní, al que Occidente acusa de perseguir un arma nuclear, pero Teherán declinó la oferta.