España se define entre la izquierda y la derecha | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 28 de Abril de 2019
Pablo Uribe Ruan
El PSOE es el claro favorito en los comicios de este domingo. Ganando, tendrá que hacer pactos para formar gobierno que incluyan a los nacionalistas. Mientras, divididas en tres partidos, las fuerzas derechistas pueden dar el batacazo

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HOY se celebran las elecciones generales en España, que, antes que todo, confirmarán que el viejo tándem entre los dos partidos tradicionales, Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), depende cada vez más de sus alianzas con otras fuerzas.

En solo nueve meses de gobierno de Pedro Sánchez es extraño que los españoles vuelvan a votar. Esto se debe a que el Jefe de Gobierno se ha visto obligado a citar a las urnas de manera anticipada por la falta de apoyo parlamentario para aprobar los Presupuesto Generales del Estado, la base fiscal de su mandato.

Para Sánchez los comicios de hoy son una oportunidad de darle mayor legitimidad a su mandato, ya que llegó al Palacio de la Moncloa luego de que se hiciera efectiva la moción de censura contra Rajoy. Sin embargo, estos pueden convertirse en una paradoja que termine llevándolo a hacer pactos políticos que mermen su poder.

Precisamente, estos pactos son la esencia del parlamentarismo que rige a España. A diferencia del presidencialismo francés, en este sistema los partidos están obligados -así logren una cifra muy alta de escaños- a hacer acuerdos con otras fuerzas políticas para formar gobierno.

Hoy el gobierno de Sánchez está sustentado en el denominado “Pacto de Frankenstein”, que se forjó para que Mariano Rajoy saliera del poder. En este participaron la izquierda radical de Podemos y varias colectividades nacionalistas que han despertado una serie de críticas de sectores de derecha que lo catalogan de “venderse” a quienes buscan romper la unidad de España. El Jefe de Gobierno, sin embargo, ha dicho que por el contrario la génesis está en el respeto de las autonomías y su simbiosis con el Estado español.

Para ser ratificado en el poder, Sánchez necesita una mayoría absoluta representada en 176 parlamentarios. Es imposible, así su partido encabece las encuestas, que alcance este número. De ahí que esta noche, seguramente, anuncie que inmediatamente empezará a buscar algunas fuerzas políticas para formar gobierno. ¿Será la misma coalición que lo ha traído el poder? O, ¿se moverá hacia el centro? Mientras esto ocurra, permanecerá en la Moncloa.

Formar gobierno, un lío

Los antecedentes para lograr una coalición gobiernista no juegan a favor de Sánchez. Aún los españoles recuerdan el tortuoso camino que le tomó a Rajoy conseguir los 176 escaños para reelegirse. En esa ocasión, fracasó, tuvo que citar a elecciones por segunda vez y estuvo a punto de convocarlas por tercera vez, hasta que convenció al partido de Albert Rivera, Ciudadanos, para que hicieran una alianza de gobierno.

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Aunque es claro que Sánchez se verá obligo a hacer alianzas, no parece que vaya a enfrentar un escenario tan complejo como el que le tocó al exlíder del PP. Todo depende de su sabiduría para leer la actualidad de la política española, marcada por una fricción permanente por el tema Cataluña y el auge de la extrema derecha.

En sí, debe entender, como comenta Iñaki Gabilondo en El País, que se ha “sustituido el bipartidismo por el bibloquismo”, aunque esta transformación del sistema parlamentario hoy tenga a su partido como favorito en las elecciones de este domingo.

Según las últimas encuestas -Sigma Dos, 40 db y otras- el PSOE alcanzaría 128 escaños. Más abajo, en quizá su peor votación desde que fue fundado luego de la llegada de la democracia a España (1978), aparecería el PP con 83 sillas y en tercer lugar se ubicaría Ciudadanos, con 49. De últimos, Podemos y VOX lucharían por quedarse con el mayor número de puestos: entre 32 y 26.

Esto demuestra que el PSOE, contrario a lo que se creía hace dos años, se ha consolidado de lejos como la principal fuerza de izquierda, frenando el sorpasso, un fenómeno italiano que llevó a la división de los partidos tradicionales y su obligatoria coalición con fuerzas emergentes que se convirtieron en el eje de la política de ese país. En la derecha, sin embargo, aún no es claro qué vaya a pasar.

 

Bloque de derecha

Mientras que el PSOE se consolida como el partido mayoritario de la izquierda, en parte por la crisis de Podemos, del otro lado se vive una división a tres bandas entre la centro-derecha, la derecha y la extrema-derecha. Aunque el principal perdedor de este fenómeno es el PP, paradójicamente puede resultar beneficiado del mismo.

VOX, un partido radical que ha criticado duramente las posiciones del PP, ha surgido con fuerza y se espera que este domingo sea el principal receptor del voto silencioso, superando en escaños posiblemente a Podemos, su versión en la izquierda.

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Si este escenario llega a ocurrir, la derecha estaría cerca de volver al poder con la alineación del PP, Ciudadanos y VOX, una alianza que se estima lograría más de los 176 escaños.

Así las cosas, Pedro Sánchez no solo teme que su apuesta por un bloque de gobierno con los nacionalistas le salga mal, sino que, también, al final la derecha vuelva al poder y su sueño de ser jefe de Gobierno termine en menos de un año.