Europa debe prepararse para una pandemia "más dura": OMS | El Nuevo Siglo
Actualmente Europa registra un gran aumento de los contagios, aunque la mortalidad se mantiene estable.
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Martes, 15 de Septiembre de 2020
Redacción Web con AFP

La pandemia empeorará en Europa en los dos próximos meses y la mortalidad va a aumentar, advirtió ayer un responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un día después de que se registrara el récord de contagios diarios en el mundo.

Ante la multiplicación de nuevos incrementos de la enfermedad en todo el planeta, los países vuelven a imponer fuertes medidas de contención.

"Va a ser más duro. En octubre, en noviembre, se verá una mortalidad más elevada" en Europa, declaró el médico belga Hans Kluge, director para la región de la OMS.

Actualmente Europa registra un gran aumento de los contagios, sobre todo en España y Francia, aunque la mortalidad se mantiene por el momento estable.

Según Kluge, el hallazgo de una vacuna contra el virus no pondrá fin a la pandemia. "Escucho todo el tiempo: 'la vacuna va a ser el fin de la epidemia'. ¡Por supuesto que no!", afirmó el responsable. "Ni siquiera sabemos si la vacuna va a ser eficaz para todos los sectores de la población. Recibimos algunas señales de que será eficaz para algunos pero no para otros", agregó.

Desde que brotó en China en diciembre, el nuevo coronavirus se ha cobrado más de 925.000 vidas y ha contagiado a casi 30 millones de personas.

Precisamente la OMS alertó que el domingo se registraron 307.930 nuevos casos en el mundo, el récord de contagios diarios desde el inicio de la pandemia.

En este contexto de aceleración, en Inglaterra estarán prohibidas las reuniones de más de seis personas. Esta medida, que no afecta a las otras regiones de Reino Unido, se aplica tanto en el interior como en el exterior, a excepción de las escuelas, los lugares de trabajo, las bodas y los funerales.

A partir de hoy en Birmingham, la segunda ciudad más poblada del Reino Unido, los encuentros entre amigos o familias no estarán autorizados, según una decisión de las autoridades locales.

El Reino Unido, el país más enlutado en Europa con más de 41.000 muertos, registró alrededor de 3.500 nuevos casos de covid-19 el viernes, los peores datos desde el 17 de mayo.

Por otra parte en Austria, se extendió el uso obligatorio de la máscara a las tiendas y edificios públicos ante el "comienzo de una segunda ola", en palabras del canciller Sebastian Kurz.

En Italia, otro de los países europeos más golpeados por el virus con más de 35.500 fallecidos y un total de más de 280.000 contagios, unos 5,6 millones de estudiantes regresaron ayer a las aulas, tras seis meses de cierre.

Para ello, se impusieron fuertes medidas sanitarias: el uso de mascarillas, de las que el gobierno proporcionará diariamente unos 11 millones de ejemplares para profesores y alumnos, el lavado reiterado de las manos gracias a los 170.000 litros de gel hidroalcóholico semanal prometidos por las autoridades, y el distanciamiento social, posible gracias a la construcción de 5.000 nuevas aulas y la ampliación de otras 5.000.

En cambio, al otro lado del Atlántico, en Venezuela, las clases presenciales no se reanudarán por el resto del año.

"Sin lugar a dudas, el regreso presencial a clases no es favorable para el control a la pandemia, por eso no hay regreso presencial a clases en Venezuela y lo veremos si en enero regresamos", dijo el presidente Nicolás Maduro, añadiendo que los servicios educativos seguirían a distancia.

La región de América Latina y el Caribe es la más afectada por el virus, con casi 310.500 fallecidos y 8,3 millones de contagios.

Brasil es de lejos el país que más alto precio está pagando, con 131.625 muertos y 4,3 millones de infecciones.

En la vecina Argentina, que el domingo acumulaba casi 550.000 casos y más de 11.000 decesos, se produjo una masiva protesta en diferentes puntos del país contra la gestión del gobierno de Alberto Fernández y la cuarentena obligatoria.

En Israel, sin embargo, las autoridades decidieron volver a imponer un confinamiento nacional durante tres semanas, para intentar contener la propagación alarmante del virus