Liz Truss ratifica liderazgo y agenda ante los tories | El Nuevo Siglo
AFP
Miércoles, 5 de Octubre de 2022
Redacción internacional

CONSCIENTE DE que “cuando hay cambios hay problemas”, la primera ministra conservadora Liz Truss enfrentó con claridad y convicción a los miembros de su partido conservador, a quienes reiteró que no dará marcha atrás en su plan de choque para reactivar la economía británica y atajar la inflación.

A un mes después de suceder a Boris Johnson y convertirse el pasado 6 de septiembre en la tercera mujer al frente del gobierno británico, Truss defendió su autoridad ante sus copartidarios ‘tories’, algunos de los cuales cuestionaban su plan de recorte fiscal y las ayudas para aliviar las altas tarifas de energía.

La joven dirigente reiteró su compromiso de sacar al país de la ‘tormenta’ económica que atraviesa para lo cual además de congelas las tarifas eléctricas para las familias y subsidiar el 50% de las mismas para las empresas, replanteó la tasa impositiva, en el discurso de cierre del congreso partidario que concluyó ayer en Birmingham.

“Bajar los impuestos está bien a nivel moral y económico…Es lo correcto…Admito que los cambios generan problemas porque no todo el mundo piensa igual, pero todo el mundo se beneficiará del resultado”, sostuvo ante el pleno conservador Truss al tiempo que reiteró que sus prioridades económicas se resumen en una sola palabra: "crecimiento".

Haciendo caso omiso al fallido sabotaje que pretendió un grupo de activistas de Greenpace que irrumpieron en el recinto, la premier británica resaltó que "cree en la responsabilidad fiscal", expresó la necesidad de "dar valor al contribuyente" y anunció que impulsará una reforma económica.

Truss recordó que “es la fe en la libertad, la justicia y el potencial del pueblo británico” no sólo la esencia del conservadurismo sino lo que debe hacer que “nos levantemos ante estos tiempos difíciles”.

En este sentido, evocó que cuando llegó a Downing Street sintió que "no era una opción quedarse sin hacer nada” ante el elevado riesgo de que las familias no tuvieran cómo calentar sus hogares y los negocios cerraran, con la consecuente pérdida de trabajos.

Así justificó las medidas que adoptó una vez asumió el poder y, si bien el pasado 23 de septiembre anunció la mayor rebaja de impuestos en medio siglo, se vio forzada a dar marcha atrás en solo uno de ellos: disminuir del 45% al 40% el IRPF (tributo progresivo a los trabajadores) a las rentas más altas –superiores a 150.000 libras, unos 170.000 dólares-. El solo anunció llevó a una inesperada devaluación de la moneda local y a fuertes críticas, inclusive de diputados conservadores, que no veían con buenos ojos que en medio de esta tormenta económica se adoptara una medida que favoreciera a los que más devengaban, a “los ricos”, como muchos los calificaron.

Sin embargo, el gobierno británico mantiene los demás recortes fiscales anunciados, como la supresión de las subidas del impuesto de sociedades y de las cotizaciones ciudadanas a la seguridad social y la suspensión de los gravámenes medioambientales.

“Me gustan los negocios, me gusta la gente que asume responsabilidades, los que emprenden. Quiero ver más de esto…”, sostuvo la premier en otro acápite de su discurso el cual, según analistas políticos tuvo un estilo muy thatcheriano (de quién es admiradora) con referencias puntuales sobre las familias más vulnerables en este momento y porque su apuesta en una sola e invariable: “Crecimiento, crecimiento y crecimiento”.



Bajo esa óptica explicó su enfoque para “acabar con este ciclo de altos impuestos y bajo crecimiento" y solo así, insistió la población desfavorecida podrá salir adelante: "Tenemos que hacer que el pastel sea más grande para que cada uno pueda tener una parte". 

Ante las críticas de que su plan ‘ultraliberal’ de choque incrementará la ya muy abultada deuda pública sostuvo que sin él la amenaza de recesión económica será una realidad y por ello su norte ayudar para que empresas y negocios sigan abiertas, así como aliviar los costos de algunos servicios como la energía no sólo para evitar que la situación se agrave para miles de británicos, sino para incentivar el consumo, reiterando que “además la población sabe cómo gastar su dinero”.

Truss destacó a su vez que el país está "incrementando su seguridad energética al ser más independiente de regímenes autoritarios", una clara referencia a Rusia en plena invasión de Ucrania, país al que reiteró su ayuda hasta que sea necesario y, recientemente, condenó la anexión rusa de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, reafirmando tanto la Carta de Naciones Unidas como la doctrina de la “inviolabilidad de la soberanía” de los países y territorios.

Como Gran Bretaña son otros los países del Viejo Continente que están adoptando plan “B” ante el cierre de grifo de petróleo y gas de Rusia, así como incrementando sus reservas para el invierno, que comienza el 21 de diciembre.

Paradójicamente ayer, el Kremlin dijo estar dispuesto a reconectar el suministro de gas a Europa a través de la línea no dañada del gasoducto Nord Stream 2, el que precisamente no ha entrado a operar como represalia por la invasión a Ucrania.

"Rusia podría, en un corto plazo de tiempo, proveer gas" a través de una línea no dañada del Nord Stream 2, si Europa así lo desea, declaró el viceprimer ministro ruso encargado de Energía, Alexander Novak, quien agregó que para ello ese continente debe tomar "las decisiones jurídicas necesarias sobre su certificación y la supresión de restricciones" relativas al gasoducto.

Los líderes europeos han sostenido que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha utilizado los combustibles como un “arma” de presión y, de allí, que estén rehabilitando centrales de carbón o usando energía nuclear para generar la energía que requieren.

Al final de su intervención, la premier británica pidió a sus copartidarios conservadores tiempo para que su plan de choque empiece a entenderse y funcionar, mostrándose segura de que “reconstruiré al Reino Unido”.

Sobre la cuestión del Brexit, se ha comprometido a cumplir sus promesas y ha matizado que de cara a finales de año el asunto "pasará a ser historia". "El Brexit permitirá a Reino Unido hacer las cosas diferentes", ha aclarado.

La oposición laborista, encabezada por Jeremy Corbin y fortalecida por recientes sondeos que le dan una ventaja sobre los ‘tories’ en caso de unas elecciones anticipadas han arreciado sus críticas contra el gobierno y aseguran que los conservadores están “más divididos que nunca”.

Sin embargo, la ovación de pie y las reacciones al discurso de Truss evidenciaron que la mayoría tory está con ella, quien sin tener la oratoria y el carisma de su antecesor, habló, tranquilizó y convenció a sus copartidarios.

El discurso fue "mejor de lo que esperaba", dijo a AFP Debbie Richard, de 66 años, concejal de Suffolk, en el este de Inglaterra, que reconocía haber estado "preocupada". En el mismo sentido se expresaron otros mandatarios regionales conservadores, quienes agregaron que esperaban que ese efecto positivo que generó Truss en el pleno partidario se traslade al público en general, una vez comiencen a verse los resultados de las medidas adoptadas.

Con tan solo un mes en el cargo, la primera ministra ha enfrentado duras pruebas, entre ellas la muerte de la reina Isabel II solo dos días después que le diera su bienvenida en el castillo escocés de Balmoral, el alto costo de vida, la amenaza de la recesión económica, el embate de la oposición y los cuestionamientos de algunos parlamentarios de su partido.

Ante ello, con el decoro y la autoridad del cargo cumplió estrictamente con el protocolo real para el tributo y exequias de la reina, la asunción de Carlos III y, desde el primer día adoptó medidas eficaces para aliviar el bolsillo de los británicos.

Por convicción, conveniencia política o responsabilidad con quienes los eligieron, los “tories” no se aventurarían en el corto plazo a reemplazar a Truss en la jefatura de gobierno y, menos, a anticipar elecciones, lo que sería un ‘hara kiri”.

Lo cierto es que Truss reafirmó, ante el congreso partidario, no sólo su liderazgo y autoridad, sino su férreo compromiso con sacar el país de la “tempestad” económica que parece empieza a amainar. /Redacción internacional