Lo que se puede entrever de la guerra y negociación ruso-ucraniana | El Nuevo Siglo
vlaidmir putin
Foto archivo AFP
Domingo, 20 de Marzo de 2022
Redacción internacional

MIENTRAS la situación humanitaria en Ucrania empeora "exponencialmente" en la misma medida en que se intensifican los combates, las delegaciones que buscan un acuerdo para cesar la guerra están enfrascadas en prolongadas conversaciones telemáticas por la complejidad de las exigencias y las implicaciones que para la geopolítica regional tendrá lo que se pacte.

En cuatro días se cumplirá un mes de la invasión rusa a Ucrania, una ofensiva que el presidente Vladimir Putin ha reiterado se cumple “con éxito” y “según lo acordado”, pese al alto costo de vidas (decenas de militares de ambos bandos, así como civiles) y el éxodo de más de 3.5 millones de personas, el más acelerado en Europa desde la segunda guerra mundial.

Así, la desesperación y la vulnerabilidad aumenta con el paso de los días, tanto en el territorio ucraniano como en los países vecinos a los que ya han llegado los refugiados, algunos de los cuales como Polonia, que ha acogido a 2 millones de ellos, están desbordados.

En medio de un alud de informaciones, pero también de desinformación sobre lo que está ocurriendo en esta región del este europeo, estos son los hechos más relevantes:

1. Incierto número de víctimas. Pese a los ‘partes de guerra’ que a diario revela Ucrania y en solo dos ocasiones ha entregado Rusia, no hay certeza sobre el número de víctimas -militares y civiles- de este inesperado y para la mayor parte de comunidad internacional ‘injustificado’ conflicto. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha confirmado 2.149 víctimas, entre fallecidos y heridos. Confirmó 816 civiles muertos, incluyendo 61 niños, pero aclaró que esa cifra está “considerablemente” por debajo de los previsibles datos reales.  Por su parte, las autoridades de Kiev indicaron -con corte al viernes- que desde el inicio de la ofensiva en esa ciudad al menos han muerto 222 personas, entre ellas 60 civiles, y que otras 889 han resultado heridas, de ellas 241 no combatientes. No hay certeza sobre las bajas rusas ya que si bien el gobierno ucraniano señala que son más de 14 mil y la inteligencia norteamericana las cifra en 7 mil, entre ellos tres generales, el más reciente ‘parte’ entregado por el Kremlin señala que son 498.

2. Corredores humanitarios. Ante la intensificación de la ofensiva, ucranianos y rusos acordaron implementar diariamente vías seguras para permitir la evacuación de civiles. De tres corredores humanitarios que funcionaron el primer día se pasaron a diez, lo que permitió que, en promedio, cada 24 horas, dejaran las zonas de alto riesgo bélico no menos 30 mil personas. Se presentaron algunas violaciones del cese al fuego humanitario, con las respectivas acusaciones mutuas, pero en general se respetó la implementación y el viaje seguro de civiles hacia las diferentes fronteras, incluidas las de Rusia y Bielorrusia.  A hoy son más de 3.3 millones de refugiados ucranianos, dos millones de los cuales ha acogido Polonia, 500.000 han cruzado la frontera hacia Rumania, 355.000 fueron a Moldavia, 291.000 a Hungría y 234.000 a Eslovaquia.  Naciones Unidas incluye en su listado a cerca de 185.000 personas llegadas a Rusia, aunque sus autoridades entregan un balance superior -más de 300.000, según los datos actualizados hasta el viernes. También estima que hay 1,9 millones de desplazados internos.


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3. Negociación, en curso. El diálogo ruso-ucraniano que inició tan solo cinco días después del arranque de la ofensiva es a hoy una ‘conversación seria y difícil’ tal cual lo han admitido las partes. Luego de dos primeros tanteos cara a cara en la zona de frontera bielorrusa, tanto por la ofensiva sobre el terreno como por la necesaria consulta de propuestas con sus respectivos gobiernos, mutó desde el pasado martes a conversaciones telemáticas. Tan intensos como la guerra misma han llevado a un entendimiento inicial sobre la mayor demanda rusa: que su contraparte renunciara a ingresar a la Otan, tal cual lo anunció el miércoles el presidente Volodomir Zelenski. Sobre ese punto de partida, que conlleva a que Ucrania adopte un estatuto de neutralidad con todo lo que ello implica (desmilitarización), han girado las negociaciones de las últimas horas. El gobierno de Kiev demanda un alto al fuego una vez se firme el acuerdo, garantías de seguridad y la salida de las tropas. En estos dos últimos persisten las “contradicciones fundamentales”, tal cual admitieron las partes.

4. El plan Putin. Aunque impredecible, rasgo característico de su personalidad y gobierno, podría deducirse que con la amenaza de la expansión de la Otan hacia el este, el presidente ruso tenía delineada la hoja de ruta para lograr conjurarla. Tan desafortunada como inesperada su decisión de invadir Ucrania, tras sus fallidos intentos de que Estados Unidos y la propia alianza militar trasatlántica considerara los ‘tratados’ que para rediseñar la seguridad europea les envió, presionó para negociar tan vital tema por la vía de la guerra. Solo cuatro días después de ataques con artillería de largo alcance y avances de tropas hacia algunas ciudades logró que los ucranianos se sentaran a dialogar y, reseñamos a negociar un acuerdo que no sólo le permitirá blindar esa zona de frontera sino que, sin duda, se convertirá en un punto de inflexión para una nueva arquitectura de seguridad europea, hoy en manos de la Otan con Estados Unidos a la cabeza.

5. Kiev no sería el objetivo. Si se analizan los sitios por donde inició la invasión, así como donde ha concentrado los ataques, se podría deducir que tomarse la capital -Kiev- tumbar el gobierno y promover uno pro-ruso no estuvo nunca en el radar de Putin. El 24 de febrero, la mayor avanzada terrestre se dio desde su anexada Crimea hacia Jérson y no, como se pensaba que sería por las regiones separatistas de Donest y Lugansk, que horas previas a ese día había reconocido como repúblicas independientes. Días después envió señales de avanzar hacia la capital, ubicada más al centro del país con bombardeos desde Jérkov y la frontera bielorrusa, pero finalmente retomó y concentró su ofensiva en Jersón y su vecina Mairúpol por ser ciudades estratégicas para su objetivo mayor: lograr un corredor ruso desde Crimea que le permita controlar las salidas al Mar Azov y al Mar Negro. Sin embargo, la férrea resistencia ucraniana en Mikolavi que junto a Odesa completan esa franja se lo han impedido.

6. Grandes dudas. Las negociaciones avanzan y se confía que se logre un acuerdo que si bien pondría fin inmediato a la ofensiva (cese al fuego) no implicaría necesariamente el retiro total de las tropas rusas. Son numerosos y complejos los temas que están en el tintero y serán objeto de nuevas y prolongadas negociaciones, entre ellos: el reconocimiento ucraniano a Crimea como territorio ruso, el estatus se dará a las dos autoproclamadas repúblicas reconocidas como tal por Putin, la permanencia de algunas fuerzas en ese territorio y reparación económica por la devastación causada. Baste recordar que Egipto e Israel duraron siete años negociando los acuerdos de Camp David o el inacabado proceso entre israelíes y palestinos pese a que sus líderes, Isaac Rabin y Yaser Arafat firmaron los Acuerdos de Oslo en 1993./