Multilateralismo, bandera que levantará UE a Trump | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Viernes, 8 de Junio de 2018
Redacción internacional

DOS VISIONES de mundo. Dos maneras de entender la política, el comercio, el medio ambiente. Así se han definido las dos posturas que hoy se enfrentan en la cumbre del G7 este viernes en Montreal.

EU, solo, aunque tímidamente apoyado por Japón, lidera una de las partes. Su presidente, Donald Trump, ha venido ejecutando un plan que algunos llaman “aislacionista” y otros califican de “nacionalista”. Para él simplemente es el cumplimiento de una promesa de campaña: hacer grande al país otra vez.

Trump cree que no es una gesta posible de ejecutar bajo los términos en que está planteado el multilateralismo contemporáneo.  Esta percepción, desde que se fundaron las múltiples organizaciones multilaterales, no ha sido tan defendida como lo hace hoy el norteamericano.

No quiere decir que las reuniones del G7 no hayan estado marcadas por las diferencias. EU siempre ha tenido fuertes divergencias con sus homólogos europeos, sea por el déficit presupuestario o por pasar por encima de algunos países para invadir Iraq.

Este momento, sin embargo, es distinto, pues los europeos perciben a EU como un aliado que duda de su amistad. Alemania, Francia, Italia y Reino Unido –éste menos- han sido objeto de los aranceles al metal y al aluminio impuesto por Washington la semana pasada.

La medida ha caído muy mal. Europa ha visto, como en el caso del cambio climático, que la administración Trump viola -dice el bloque- las reglas del comercio internacional, buscando defender los sistemas bilaterales de negociación.

Emmanuel Macron, presidente de Francia, tras llegar a Montreal, ha declarado que “los europeos y japoneses no estamos dispuestos a acordar en todo para obtener” la firma de Trump. “Sería un error”.

La posición del francés es compartida por su homólogo canadiense, Justin Trudeau, quien ayer rechazó la invitación de Washington de buscar salidas bilaterales por fuera de los acuerdos que incluyen numerosos países.

EU ha favorecido esta visión desde que Trump asumió el poder. Se ha retirado del Acuerdo Nuclear con Irán, ha criticado a la OTAN y no ha ratificado el Acuerdo sobre cambio climático de París; además, ha gravado a varios países del mundo generando un enorme escozor.

En el comercio, Washington ha dejado claro que desde su perspectiva las cosas no funcionan bien. “El sistema de comercio mundial es un desastre. Se ha roto. El presidente es muy claro con respecto a sus esfuerzos de reforma comercial que haremos lo que es necesario para los EU, sus negocios, y su fuerza laboral [y] los aranceles son una herramienta en ese esfuerzo”, ha dicho Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de Trump.

La visión proteccionista de EU se basa en una desconfianza en el multilateralismo, tanto en temas comerciales como de seguridad y climáticos. Su país, según Trump, es uno de los grandes perdedores bajo éste, beneficiando a economías que sacan provecho de su fuerza laboral y su política intervencionista.

Críticos de esta noción como Stephen Walt, profesor de relaciones internacionales en la universidad de Harvard, han explicado que esta noción tiende a ver las relaciones con otros países de manera bilateral y transaccional, siempre logrando el mejor resultado para EU. 

“Trump siempre quiere obtener algo a cambio de nada, y poder decirle al pueblo estadounidense que de alguna manera ha persuadido a los extranjeros para que hagan toneladas de concesiones sin darles nada a cambio”, escribió en Foreign Policy el académico.

Walt también explica que este tipo de política exterior tiende a construir consensos bajo amenazas. Si Trump, dice el experto, “se niega a reafirmar el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, otros estados pagarán a los EU para defenderlos”. Lo mismo están buscando con el Nafta, acuerdo con Canadá y México, y con China, quien le ha respondido con la misma medicina.

Este tipo de medidas, sin embargo, pueden ser contraproducentes. En 2017, EU abandonó el Acuerdo de Asociación Transpacífico y de inmediato su nivel de influencia en los países asiáticos bajó de manera considerable, dándole juego al “expansionismo” chino en la región.

Los acuerdos bilaterales y transaccionales pueden llevar a que no se logren, como está ocurriendo con Canadá, o a que Washington convierta aliados potenciales en posibles adversarios.

Según el exsecretario del Tesoro, Larry Summers, en un artículo en Financial Times, “una regla de estrategia es unir a tus amigos y dividir a tus potenciales adversarios. EU parece estar haciendo lo contrario (…) el resultado [de su política] ha sido provocar que la mayor parte del resto del mundo se ponga del lado de China contra EU”.

Poco a poco, China ha venido aprovechando la falta de presencia de Washington en zonas donde intenta aumentar su influencia. Además del pacífico asiático, en Europa, y sobre todo en Latinoamérica, Pekín se ha convertido en el principal inversionista, sacándole una amplia ventaja a su rival.

Firme en su política, Trump no parece cambiar de opinión frente al comercio y las organizaciones multilaterales. De acuerdo a Laurence Nardon, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, en diálogo con la AFP, “va a utilizar todos sus recursos para dividir a los otros seis, para que se quiebren y hagan lo que él quiere, es decir negociaciones bilaterales”.

Esto explica por qué, al llegar a Montreal, Emmanuel Macron ha llamado la cumbre el G6+1, en vez del G7, con un EU aislado de sus aliados históricos desde la postguerra mundial. Es posible que, tímidamente, Japón se haga a su lado. Los demás parecen ser infranqueables. Este viernes se sabrá.