Perú, ¿un incontrolable polvorín político y social? | El Nuevo Siglo
AFP
Lunes, 12 de Diciembre de 2022
Redacción internacional

Ante el creciente rechazo ciudadano a la gestión de Pedro Castillo, quien hoy enfrenta cargos de rebelión y conspiración se esperaba un entendimiento político en Perú. Sin embargo, desde el forzado cambio presidencial se registran multitudinarias protestas en rechazo al nuevo gobierno, así como a su decisión de convocar elecciones en el 2024.

Que las protestas se registraran en el llamado “Perú profundo”, los bastiones de Castillo, era previsible, más no que ocurrieran en otras ciudades como Lima, que siempre le dieron la espalda. Tampoco que muchas de ellas degeneraran en violencia, actos de vandalismo y la toma de un aeropuerto, el de la segunda en importancia nacional: Arequipa.

Cuatro fallecidos, varios heridos, decenas de detenidos y múltiples actos de vandalismo es el saldo parcial de cinco días de manifestaciones en la nación inca y por lo cual este lunes declararon ante el pleno del Congreso el recién posesionado primer ministro Pedro Angulo y los encargados de Defensa e Interior, Alberto Otárola y César Cervantes, respectivamente.

La presidenta Dina Boluarte, con voluntad pero sin poder de convencimiento, espera una respuesta del Parlamento a su propuesta de tregua política, así como a convocar elecciones generales en 2024, recortando dos años a su mandato constitucional y al de los legisladores, un intento por calmar la creciente ira social.

La renuncia de la presidenta Boluarte, la excarcelación de Castillo y la realización de comicios para escoger tanto a un nuevo mandatario como a sus parlamentarios es la consigna, por ahora inamovible, de los indignados peruanos que sin importar la fuerte reacción policial mantienen sus marchas, las que se verán sin duda reforzadas por el paro nacional indefinido en el que entran hoy gremios agrarios y organizaciones campesinas e indígenas convocado por el Frente Agrario y Rural del Perú.

"Interpretando la voluntad de la ciudadanía (...) he decidido asumir la iniciativa para lograr un acuerdo con el Congreso de la República para adelantar las elecciones generales para el mes de abril del 2024”, dijo Boluarte en un mensaje radiotelevisado a la nación.

Agregó que "con el mismo sentido patriótico, anuncio la declaratoria del estado de emergencia en las zonas de alta conflictividad social para recuperar pacíficamente el control del orden interno", al tiempo que lamentó la muerte de dos manifestantes en Andahuaylas el domingo y ayer en Arequipa y Apurímac.

Para recortar mandatos populares, como el presidencial y legislativo, se requiere hacerlo en dos legislaturas consecutivas, un proceso que puede durar hasta un año, según las leyes peruanas. Y para convocar a elecciones anticipadas es necesaria una reforma constitucional.

"Tiene que haber una negociación política para que el Congreso haga las reformas políticas básicas que se necesita para unas nuevas elecciones", dijo la analista política Giovanna Peñaflor.

Boluarte formó gobierno el sábado con un perfil independiente y técnico y con el exfiscal Pedro Angulo como primer ministro.

La demanda de nuevas elecciones se asocia con un abrumador rechazo al Congreso: según sondeos de noviembre, un 86% de los peruanos desaprueban al parlamento.



Toma al aeropuerto

Las movilizaciones que empezaron ‘tímidamente’ el jueves han tomado una amplitud y fuerza impensada, especialmente en varias ciudades del norte y sur andino.

En la sureña Andahuaylas, el ministerio de Interior reportó dos personas fallecidas y una veintena de heridos, entre ellos un policía, tras violentos enfrentamientos en el intento de los manifestantes de tomar por asalto el aeropuerto de la ciudad, el domingo al atardecer.

El local de la comisaría de Huancabamba, una localidad en Apurímac, fue incendiado, reportó el funcionario, al igual que confirmó que miles de personas se movilizaron el fin de semana por calles de Cajamarca, Arequipa, Tacna, Andahuaylas, Huancayo, Cusco y Puno.

También el domingo, en Lima, la policía dispersó con gases lacrimógenos a cientos de manifestantes que llegaron al Congreso gritando lemas como "¡Castillo no estás solo, el pueblo te respalda!", y con pancartas que leían "Dina y Congreso la misma porquería".

En esa misma línea ocurrieron ayer otras marchas en esas regiones, destacando el bloqueo que con piedras, palos y neumáticos incendiados realizó un nutrido grupo de inconformes a la pista de aterrizaje del aeropuerto de Arequipa, la segunda ciudad de Perú.

Los mismos destruyeron la iluminación de la pista y se enfrentaron a la policía, por más de dos horas. El terminal aéreo no pudo ser reabierto anoche ante los daños en los focos que sirven de guía para las aeronaves.

A nivel terrestre, las carreteras de acceso a varias ciudades del país permanecían bloqueadas en el norte y sur del país, entre ellas en Arequipa, Trujillo y Cusco.

Y, en un intento por desbaratar las convocatorias a manifestarse, el ministro de Defensa cesó a todos los prefectos nombrados por el expresidente Castillo después de comprobar que algunos de ellos han azuzado las marchas en contra de la presidenta Boluarte.

"Hemos encontrado un elemento que ha contribuido a la desestabilización de las regiones y de las representaciones locales donde se mueven estos prefectos", dijo el funcionario a medios locales. Asimismo, señaló que el Ejecutivo no solo exige integridad y honradez a sus funcionarios, sino que también quiere empleados que "no atenten contra el Estado de Derecho".

A la alta tensión política y social se suma desde este martes el paro agrario nacional indefinido para reclamar la "inmediata libertad" de Castillo por considerar que su decisión de cerrar el Congreso, intervenir los poderes públicos y gobernar por decreto no fue “un golpe de Estado".

Castillo, ¿a juicio?

En ese marco de agitación, el Congreso dominado por la derecha, aprobó en la madrugada de ayer levantar el fuero al expresidente, así como de una norma que permite acelerar un juicio penal contra Castillo, mientras la Fiscalía formalizó la denuncia en su contra por los delitos de rebelión y conspiración.

Como se sabe, Castillo fue detenido el miércoles por su propia escolta mientras se dirigía a la embajada de México a solicitar asilo político. Fue llevado a la Prefectura de la Policía y posteriormente a una base de la institución donde cumple una prisión preventiva, inicialmente por siete días, ordenada por un juez.

Patricia Benavides, la Fiscal General, presentó ayer la denuncia constitucional contra el expresidente por los delitos anteriormente mencionados. La misma también cobija a quien fuera su primera ministra, Betssy Chávez, su predecesor en el cargo, Aníbal Torres y al ministro del Interior, Willy Huerta.

Por su parte, el primer ministro Pedro Angulo hizo un llamado al diálogo y anunció que el gobierno formará un gabinete de crisis para hacer frente a las protestas.

"Invocamos a aquellas personas que están causando violencia a deponerla. Queremos el diálogo: abrimos los brazos para solucionar los problemas que, sabemos, antes no han sido solucionados por los gobiernos de turno…Vamos a estar a la altura de las circunstancias. Estamos apoyando a la Policía Nacional, estamos trabajando 24 horas seguidas, sin descansar", aseguró.

Aunque la inestabilidad política en Perú ha sido una constante en los últimos años se esperaba que, con la salida del Castillo del poder, el país se encaminara al entendimiento nacional. Pero como están hoy las cosas parece un ‘polvorín’ gigante e incontrolable. /Redacción internacional con agencias

No renunciaré: Castillo 

El expresidente Pedro Castillo llamó "usurpadora" a la que hasta el momento había sido su 'número dos', Dina Boluarte, quien ocupa temporalmente la jefatura de Estado y aseguró que no cederá su mandato ni abandonará sus funciones.

"Les hablo para reiterar que soy incondicionalmente fiel al mandato popular y constitucional que ostento como presidente y no renunciaré ni abandonaré mis altas y sagradas funciones", indicó en una carta de su puño y letra publicada en su perfil de Twitter.

Precisó que lo recientemente dicho por Boluarte, a la que ha llamado "usurpadora", "no es más que los mismos mocos y babas de la derecha golpista", por lo que "el pueblo no debe caer en su juego sucio de nuevas elecciones".

Asimismo, indicó que se siente "humillado, incomunicado, maltratado y secuestrado". "Aun así, (estoy) revestido de la confianza y lucha de ustedes, de la majestad del pueblo soberano, (e) infundido por el glorioso espíritu de nuestros ancestros”./Europa Press