Protestas, acelerador para reformas en Irán | El Nuevo Siglo
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Sábado, 6 de Enero de 2018
Redacción internacional con AFP

Desafíos y oportunidades. Eso es lo que tiene desde ahora el presidente iraní Hasan Rohani en sus esfuerzos por reformar el país y una vez apagadas las protestas que por una semana, en plena transición del 2017 al 2018 (del 28 de diciembre al 3 de enero) se registraron en varias ciudades y que degeneraron en violencia, con muertos y heridos.

El gobierno cerró filas ante las revueltas, y acusó a enemigos extranjeros y grupos "terroristas" en el exilio de haber promovido la violencia.

Pero todas las partes del espectro político admiten que la frustración generada por el desempleo, el alto costo de la vida y la corrupción percibida convirtieron a Irán en un polvorín.

Los críticos de Rohani lo acusan de abandonar a las clases populares al intentar aumentar un 50% los precios de la gasolina en los presupuestos para el próximo año, anunciados sólo unas semanas antes del inicio de las protestas.

En su discurso sobre los presupuestos, Rohani aseguró que el aumento de los precios era necesario para acabar con el desempleo, pero el Parlamento parece que rechazará la medida en su intento de mostrar que están escuchando el enfado de la calle. 

"Una subida del precio de la gasolina no favorece al país, hay otros métodos (...) para que las clases populares no sufran presiones" económicas suplementarias, dijo el presidente del Parlamento, Ali Larijani, no obstante un aliado de Rohani.

Igualmente abogó por un aumento más rápido de los salarios bajos y una mayor ayuda a las clases desfavorecidas y a los jubilados.

"Ministros millonarios”

Un video publicado estos últimos días en las redes sociales, que se volvió rápidamente viral, muestra a ciudadanos de Teherán criticar duramente las políticas del gobierno.

"¿Ha comprado alguna vez Rohani sus propios huevos, o carne?", dice un hombre de unos 40 años.

"Protesto contra el robo, el desvío de dinero. ¿Quién está detrás de esto? Los que viven en palacios, aquellos con ministros millonarios en sus gabinetes", añade otro ciudadano.

Rohani, reelegido el año pasado, argumentó que las reformas de liberalización son necesarias para enderezar la economía y señala la caída de la inflación -de un 40% al 10%- como un éxito clave de su mandato desde su llegada al poder en 2013.

También señala un gran repunte en el crecimiento económico -que el banco central situó en un 12,3% el año pasado-, que fue posible gracias a un aumento de las exportaciones petroleras, que se duplicaron tras el acuerdo nuclear de 2015 y el levantamiento parcial de las sanciones internacionales.

Pero no permitió mejorar la situación del desempleo, y muchos iraníes se quejan de la ausencia de resultados en su vida diaria.

Oficialmente la tasa de desempleo se sitúa en un 12%, y alcanza el 30% entre los jóvenes.

 "Una oportunidad única"

El presidente Hasan Rohani llegó al poder prometiendo mejorar la economía y las libertades cívicas, pero las protestas han mostrado la profunda frustración a falta de progresos. Sin embargo, Rohani puede sacar ventaja del caos.

"La gente ya ha tenido suficiente, especialmente los jóvenes. No tienen nada por lo que ser felices", dijo  Satira Mohammadi, una profesora de 35 años de Teherán.

Pero los analistas creen que Rohani todavía puede sacar beneficio de las protestas, especialmente acelerando su programa de reformas.

"Esta crisis creó una nueva oportunidad para cambios, lo que es necesario, ya que de otra manera las consecuencias podrían ser serias" para el conjunto del poder, considera Abbas Abdi, analista de Teherán cercano a los reformistas.

"Estoy segura de que el gobierno de Rohani obtendrá capital político de todo esto", asegura Ellie Geranmayé, analista iraní en el European Council on Foreign Relations.

Los reformistas también podrían intentar obligar a los conservadores a atenuar sus críticas.

Mohamad Sadegh Javadihesar, un analista cercano a los reformistas que vive en Mashhad, donde comenzaron las manifestaciones el 28 de diciembre, afirma que los rivales de Rohani provocaron las protestas "insistiendo en la subida de los precios de los huevos o la voluntad del gobierno de aumentar los precios de la gasolina".

El vicepresidente, Eshaq Jahangiri, acusó implícitamente a los conservadores de "querer atacar al gobierno" provocando las manifestaciones de Mashhad.

"Es una oportunidad única para Rohani de pasar de ser el objetivo de los manifestantes a ser el campeón de las reformas", declara por su parte Ali Vaez, del International Crisis Group, que considera que el presidente debe presionar para lograr más cambios. "Habrá resistencias, pero Rohani no tiene nada que perder", ya que no podrá presentarse a un nuevo mandato.

Entre tanto Adnan Tabatabai, analista iraní y director del think tank Carpo, con sede en Alemania considerò que “si logra traer la calma (Rohani) en unas dos semanas puede salir fortalecido como un buen gestor de la crisis".

"Pero deberá tomar en serio las demandas en materia social y económica", añadió, comenzando por parar algunas medidas de austeridad tomadas para el último presupuesto, lo que trajo recorte de subsidios y el aumento del precio de los combustibles.

Algunas reformas claves también se requieren, admite por su parte mohamad Ali Shabani, editor del Pulso iraní para al Monitor,  como permitir las reuniones pacíficas, que en teoría están garantizadas por la Constitución.

"Y debe hablar con el Líder supremo para convencerlo de la necesidad de enfrentar a los centros de poder que no rinden cuentas", puntualizó Shabani.

Rohani ha tenido problemas con los Guardianes de la Revolución en los últimos años, al tratar de que sus grandes negocios sean más transparentes y puedan ser objeto de impuestos.

"Lanzó la primera salva al decidir que la carga presupuestal de este año sea más transparente", añade Shabani. "Ahora tendrá que hacer realidad tales medidas", concluyó.

Los Muyahidines del Pueblo

La Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI, por sus siglas en inglés), establecido en Francia, está formada por acérrimos opositores al gobierno iraní y el presidente Hasan Rohani los considera un "grupo terrorista", implicado según él en las recientes manifestaciones.

La organización fue creada en 1965 con el objetivo de derrocar al régimen del sha, Mohammad Reza Pahleví, y más tarde al régimen islámico. La PMOI, de inspiración marxista, nació de una escisión dentro del Movimiento de Liberación de Irán (MLI, nacionalista) liderada por Mehdi Bazargan. La mayoría de sus fundadores murieron en las prisiones del sha.

Tras un breve periodo de legalidad cuando estalló la revolución islámica, en 1979, la PMOI fue declarada ilegal en 1981 tras una manifestación duramente reprimida. 

En junio de 1981, un atentado contra la sede del Partido de la República Islámica que dejó 74 muertos, entre ellos el ayatolá Behechti, número dos del régimen, fue atribuido por las autoridades a los muyahidines.

Expulsados de Irán, los miembros de la organización encontraron refugio en varios países del mundo, sobre todo en Francia, donde se instalaron en la localidad de Auvers-sur-Oise, cerca de París, con su jefe Masud Radjavi, que creó entonces el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní