Rafael López Aliaga, esperanza para el desarrollo limeño | El Nuevo Siglo
Archivo AFP
Martes, 4 de Octubre de 2022
Redacción internacional

UN gerente con un claro plan de choque para conseguir inversiones y generar empleos es lo que tendrá la capital peruana, Lima, desde el próximo enero, con la elección del conservador Rafael López Aliaga.

Su éxito como empresario, aunado a su carrera pública ya que fungió como ya que fue regidor de la Municipalidad de Lima entre el 2001 y el 2011 y conocimiento de tanto del país como de la política -fue candidato presidencial en las pasadas elecciones- se convierten en prenda de garantía para que López Aliaga materialice las promesas de campaña para que la ciudad, de diez millones de habitantes, retome la senda del progreso frenado por la pandemia del covid.

Con una diferencia de 47.478 votos, López Aliaga con su novel partido Renovación Popular se impuso sobre Daniel Urresti, el postulante de otro partido conservador, Podemos Perú, quien tiene tres procesos judiciales en curso.

Soltero, de 61 años y precedido de un gran reconocimiento por sus logros empresariales,  planteó varios ejes temáticos para su labor como alcalde de la capital peruana, considerada como el segundo cargo más importante tras la Presidencia del país. Así destaca un “shock” de inversiones de USD 1.000 millones para generar trabajo, ampliar el Metropolitano en la zona norte, implementar el tren central Callao - Chosica y la construcción de un teleférico, negociar el precio de los peajes incluyendo -en caso de necesidad- la apertura de vías alternas e implementar un modelo de comisaría mayor que funcionaría 24/7 con presencia del poder judicial, fiscalía y peritaje médico.

También promete reformar el sistema de transporte, mediante la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), dando prioridad a las unidades de transporte público y ciclovías, aunque también negociará una mayor cantidad de buses para el Metropolitano.

Este tema de mejorar la movilidad es su obsesión y de allí que también contemple acelerar la conexión subterránea del Metro de Lima para unir Puente Piedra con Villa El Salvador y poner a rodar un tranvía universitario, obra que realizaría con inversión privada.

"Tengo que conseguir dinero para Lima", dijo López Aliaga tras conocer su victoria y confirmar su compromiso para desarrollar la ciudad durante su mandato lo que, sin duda, será una catapulta para su frustrado sueño de alcanzar la presidencia, ya que fue derrotado en los comicios del año pasado por el izquierdista Pedro Castillo. Terminó en tercer lugar.

Ubicado por sus detractores en la extrema derecha y por confesarse miembro del Opus Dei desde que tenía 19 años, lo que lo apodaron el “Bolsonaro peruano”. Mientras, sus seguidores le dieron uno más cariñoso y con el que se siente tan a gusto que él mismo lo utiliza, “Porky”, por su supuesto parecido con el cerdito de los dibujos animados.

Acérrimo enemigo de Castillo considera que “debe renunciar ya por el bien del país”. Así lo reiteró en su discurso de victoria en el que insistió en que “La gente no está comiendo (...) El daño es la falta de confianza. Cuando no hay confianza, no hay inversión. Cuando no hay inversión, no hay trabajo. Cuando no hay trabajo, no hay consumo. Así de simple es la economía. Por todo ello debe dimitir a la presidencia de Perú”.

Por la victoria en ese cargo clave y el revés electoral que sufrieron en los comicios regionales y locales del pasado domingo tanto el oficialista Perú Libre como el opositor Fuerza Popular (Keiko Fujimori) se da por seguro que López Arriaga no sólo crecerá políticamente, sino que si logra gerenciar con éxito la capital, la ciudadanía le pedirá postularse para la presidencial en 2026, lo que de momento ha descartado. 

Para el analista político Augusto Álvarez Rodrich la elección de un conservador de la llamada ala dura en Lima "dará la sensación de que el gobierno izquierdista de Pedro Castillo perderá espacios políticos".



Tras dedicar la mayor parte de su vida a los negocios y hacer fortuna al frente de un grupo empresarial que incluye trenes entre Cusco, antigua capital del Imperio Inca, y la famosa ciudadela de Machu Picchu, dando empleo directo a no menos de 10 mil personas, López Aliaga de dejó “picar por el bicho” de la política en 2007 y postulado por el partido de Unidad Nacional, en ese entonces alcalde de la ciudad -Luis Castañeda-, logró el cargo de regidor de la Municipalidad Metropolitana de Lima.

Tras el fallecimiento de ese burgomaestre y quien fuera su mentor, el empresario tomó la dirección de la agrupación Solidaridad Nacional -nombre al que mutó el partido original- y se postuló a una curul en los comicios extraordinarios legislativos del 2020. Tras fallar en el intento y conservar las bases del mismo, renombró la colectividad como Renovación Popular con la que acaba de hacerse al segundo cargo más importante de Perú.

Nacido en la capital en febrero de 1961, Rafael Bernardo López Aliaga pasó gran parte de su niñez y juventud en una hacienda azucarera de Pomalca, en Chiclayo. Su formación profesional la hizo en la Universidad de Piura donde se graduó como ingeniero industrial y, posteriormente en la Universidad del Pacífico obtuvo un MBA en Administración de Empresas. Sin interrumpir sus actividades empresariales, regresó a Piura para realizar un Programa de Alta Dirección.

Paralelo a sus negocios ejerció algunos cargos en el sector privado, los que alternó con su labor de catedrático en la Universidad Nacional de Ingeniería. Se desempeño, entre otros, como gerente de Créditos Corporativos, en el Citibank, en los años 80, y también fundador de la empresa de valores Peruval Corp y del Grupo Acres.

De igual forma, y según información de Voto Informado del Jurado Nacional de Elecciones, López Aliaga dirige Perú Rail y es directivo tanto de la cadena de hoteles Belmond como del Ferrocarril Transandino.

Es neoliberal en cuestiones económicas, por lo que busca impulsar la inversión privada y limitar la presencia del Estado y muy conservador en aspectos sociales, lo que se traduce en una férrea defensa de la familia, la vida desde su concepción y los valores morales.

Rafael López Arriaga, soltero y célibe, es el personaje político del momento en Perú, no sólo por su triunfo como Alcalde capitalino sino porque su agenda programática, como reseñamos, amén de ambiciosa está pensada para una mayor contribución del sector empresarial, puede convertirse en un modelo para el país.

Además encarna a el ascenso de partidos diferentes a los tradicionales, los que sufrieron un revés en estos comicios, donde además de los conservadores se impusieron los independientes. Ello se sintentiza en que con las cifras publicadas hasta el momento -los resultados completos del país se conocerán al final de la semana- ninguno de los quince candidatos de Perú Libre (el partido del presidente Castillo) logró triunfar como tampoco nadie entre las once propuestas presentadas por el partido de Keiko Fujimori.

Si bien esos partidos protagonizaron una enconada disputa por la Presidencia del país, poco más de un año después no parece que vayan a tener ningún gobierno regional. Fuerza Popular y Perú Libre tuvieron resultados devastadores para sus intereses, con 19 y 15 propuestas electorales fallidas, respectivamente.

Los electores penaron así al principal partido de la oposición por su insistente campaña por denunciar un fraude electoral en las pasadas presidenciales que no tuvo lugar y por los intentos fallidos de separar del poder a Pedro Castillo, vía Congreso. Perú Libre, en cambio, está viendo cómo le pasan factura sus controvertidas alianzas en el Congreso con sus otrora rivales fujimoristas.

Dentro de Perú Libre surgieron las primeras voces pidiendo una renovación. Así, el ex primer ministro Guido Bellido sostuvo que "el partido debe pasar por un cambio radical en su estructura y dirección luego de una crítica y autocrítica"./Redacción internacional