Credibilidad, confianza, pero sobre todo gran capacidad de consenso son las cualidades que debe tener el sucesor de Boris Johnson para liderar a sus copartidarios conservadores, asumir el poder británico y neutralizar la develada intención de la oposición laborista de convocar a elecciones.
Con renuncia anunciada pero sin fecha de partida, el otrora considerado campeón de las legislativas (2019) que impulsó una aplastante victoria tory, la que no se había visto en décadas, Boris Johnson, sigue al frente del gobierno inglés con un gabinete temporal y a la espera de que se elija su sucesor, para lo cual ya se han revelado algunos nombres.
Sin embargo, oposición laborista quiere expulsarlo ya, sin esperar a la elección del nuevo líder conservador, por lo que el exprimer ministro John Major planteó a sus copartidarios que ante la “insostenible” permanencia de Johnson asumiera el cargo el vice primer ministro Dominic Raab, lo que de plano fue descartado por el portavoz de Downing Street quién reafirmó que “Johnson sigue siendo primer ministro hasta que haya un nuevo líder del partido" y agregó que "el trabajo del gobierno continuará hasta que eso ocurra".
La creciente presión de la oposición encabezada por los laboristas, que amenazaron con una moción de censura, aunque es difícil que prospere porque requeriría del apoyo de varios diputados conservadores, podría llevar a que se agilizara el proceso de elección del líder tory y eso solo se sabrá esta semana que comienza cuando se devele el cronograma de dicho proceso y se conozcan los candidatos que participarán.
Además, anticipar elecciones no conviene a los conservadores que no otean, por lo pronto, un hombre tan fuerte como el saliente, que les garantice una nueva e inmediata victoria.
La carrera para el sucesor del actual premier arrancó horas después de que oficializara su dimisión frente a la emblemática puerta negra con el No.10, (sede de gobierno) con el anuncio del diputado Tom Tugendhat, presidente de la comisión parlamentaria de Relaciones Exteriores y la fiscal general, Suella Braveman, aunque ninguno de ellos está en las quinielas de favoritos.
"Ya he servido antes, en las fuerzas armadas y ahora en el Parlamento. Ahora espero responder al llamado una vez más como primer ministro", escribió al postularse Tugendhat quien es calificado como de línea dura con China y muy crítico con el manejo gubernamental frente al retiro de tropas en Afganistán.
Horas más tarde se les unió uno de los considerados ‘pesos pesados’, el exministro de finanzas, Rishi Sunak. Fue él uno de los dos altos cargos que precipitó esta semana con su dimisión la crisis gubernamental que terminó con la renuncia de Johnson ante la presión de sus copartidarios, anunció por Twitter que buscaría ser el próximo jefe del Partido Conservador y primer ministro.
“Aspiro a restaurar la confianza, reconstruir la economía y reunificar el país", dijo el exfuncionario en un video al postular su nombre, donde también prometió "honestidad, seriedad y determinación para hacer frente a los graves desafíos que encara Reino Unido”.
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A renglón seguido añadió "Ya hemos tenido suficiente división". Y, paradójicamente es el mayor reto que enfrenta cualquiera que busque el liderazgo tory ya que desde antes de la moción de censura contra Johnson, a la que sobrevivió con 221 votos, se ha evidenciado la fractura interna de los conservadores, quienes tienen no sólo varios matices sino diferentes visiones en torno a lo que debe priorizar la agenda gubernamental.
De 42 años, Sunak fue primer hindú en ocupar el cargo de ministro de Finanzas del Reino Unido, y quien dimitió casi que simultáneamente con colega de Salud, Sajid Javid, que también estaría evaluando candidatizarse.
Esos eran hasta ayer (sábado) los postulados, mientras el resto de teóricos favoritos tanteaban sus opciones para dar el salto definitivo. Entre ellos, el ministro de Defensa, Ben Wallace, que tendría el mayor respaldo partidario, la secretaria de Estado de Comercio Internacional, Penny Mordaunt, la canciller Lizz Truss, entre los favoritos.
Una encuesta de YouGov ubica a Wallace en primer de intención de voto con un 13%, seguido por Penny Mordaunt, con un 12%, y el excanciller de Hacienda, Rishi Sunak, con un 10 % y Truss con el 8%.
Las otras figuras por la que indagó la publicación fueron Michael Gove, Dominic Raab (quien sin embargo ya descartó candidatizarse) y Tom Tugendhat, quienes lograron porcentajes mucho menores.
Wallace, quien ha ganado popularidad gracias a su respuesta a la guerra en Ucrania que se acerca a los cinco meses, dijo al cierre de semana que “varios de nosotros tenemos la obligación de mantener este país seguro, sin importar quién sea el primer ministro”.
Y agregó que “el partido tiene un mecanismo para cambiar de líderes y ese es el mecanismo que les aconsejo a los colegas que utilicen. Mientras tanto, la ciudadanía no nos perdonaría si dejamos estas oficinas del Estado vacías”.
Para muchos esa es una lectura de que el favorito no entraría en competencia por Downing Street, ya que deberá dejar el cargo para hacer campaña por el país, pero para otros es todo lo contrario y sostienen que su experticia y conocimiento del gobierno son prenda de garantía tanto para manejar el país como para liderar el partido.
Wallace ironizó en Twitter con la posibilidad de votar a un antiguo jugador estadounidense de baloncesto que se llama como él. "Seré el próximo primer ministro", publicó el deportista en sus redes sociales, a lo que el ministro británico respondió: "Votaría por ti".
Entre los que ya están sopesando presentarse figuran también el titular de Transporte, Gran Shapps, y el exministro de Exteriores Jeremy Hunt quién, de hecho, quedó segundo en las primarias 'tories' de 2019, en las que se impuso Johnson, y se ha posicionado en los últimos meses como una de las voces más críticas contra el primer ministro saliente.
Por ahora también guardan prudente silencio sobre su posible aspiración la ministra del Interior, Priti Patel, el exministro de salud, Nadhim Zahawi y el diputado Steve Baker, entre otros.
El calendario oficial de las primarias, que se visualizan complejas tanto por el número de aspirantes como los matices políticos se conocerá esta semana. Una primera etapa en esta carrera por la sucesión es que los potenciales candidatos deben reunir el aval de al menos ocho diputados.
Si hay más de dos aspirantes, se abre una ronda de votaciones en las que van cayendo eliminados sucesivamente. Así, en una primera votación quedan fuera los que reciban menos de 18 votos entre los diputados 'tories', y en una segunda ronda quienes no superen el umbral de los 36.
El proceso avanza hasta que sólo queden dos candidatos -si de primeras ya fuese así, el proceso iría directamente a este punto-. En este momento, el Partido Conservador pasa a una votación por correo de las que ya sale el ganador definitivo.
En octubre, los conservadores realizarán su congreso anual y se espera, salvo que la oposición laborista presione para un rápido retiro de Johnson, que allí sea proclamado su nuevo líder, quien automáticamente en primer ministro hasta las próximas legislativas, previstas en 2024.
El mismo tiene una triple responsabilidad: la más inmediata lograr la unidad de los conservadores, luego manejar un gobierno donde la escalada inflacionista (como en el resto del mundo producto de la guerra en Ucrania) comienza a generar descontento social y, definir la hoja de ruta política con el ojo en el 24 para que el partido se mantenga en el poder, lo que ha hecho en los últimos 15 años tras el mandato de Tony Blair.
Entre tanto, el carismático y controvertido Johnson seguirá gobernando y planeando su gran fiesta de bodas con Carrie Johnson (34 años) con quien (tienen dos hijos de dos años y 7 meses), contrajo matrimonio el año pasado en la catedral católica de Westminster con muy pocos invitados por las restricciones covid, pero se quedaron debiendo una gran celebración. /