El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que él y su esposa Melania, habían dado positivo para covid-19. Fueron evaluados después de enterarse de que la asesora de la Casa Blanca, Hope Hicks, que pasa una cantidad significativa de tiempo en la Oficina Oval y viaja con el presidente, estaba infectada. Trump dijo que él y la primera dama se sentían bien y que se pondrían inmediatamente en cuarentena.
En la tarde, el presidente fue hospitalizado como una medida de precaución y para tratar los síntomas que presenta.
El contagio del mandatario podría tener consecuencias políticas positivas o negativas para cada uno de los candidatos pero, por supuesto, dependerán de la gravedad con la que la enfermedad afecte al presidente.
EL NUEVO SIGLO presenta algunas de las posibles efectos que el diagnóstico podría tener en la carrera por la presidencia y la forma en la que podría alterar las elecciones cuando sólo resta un mes de campaña. Vale mencionar que cualquier efecto positivo o negativo que pueda achacarse al mandatario, debe ser interpretado de la manera opuesta para su contrincante.
Posibles efectos negativos para Trump:
- Los días de aislamiento del presidente detendrán su intensa agenda de campaña. No cabe duda de que una de las grandes fortalezas de Trump es su capacidad de mover multitudes y animar al electorado con sus multitudinarios mitines.
Esta habilidad ha sido una gran ventaja sobre el candidato demócrata Joe Biden, quien ha hecho una campaña sumamente restringida, en la que ha limitado al máximo su participación en eventos públicos y se reduce a contadas reuniones “virtuales” con exiguos grupos de electores o donantes.
Se cree que el confinamiento al que está sometido presidente eliminará esta ventaja e igualará la exposición de los candidatos lo que puede ser celebrado por las toldas demócratas.
- Hacer una campaña política exige una capacidad física sobresaliente y una salud sólida. El hecho de que el mandatario tenga el virus y desarrolle algunos síntomas puede restarle ánimo o incluso ciertas capacidades durante su tiempo de convalecencia. Una vez más, cualquier ventaja física que pudiera tener Trump sobre Biden derivada de ser más joven y estar en mejor forma, en este momento ha desaparecido.
- Las medidas tomadas por Trump para hacer frente al nuevo coronavirus han conseguido que el número de contagios y fallecimientos en los Estados Unidos sea mucho menor del que se había calculado a comienzos de año.
Si bien el país es el que reporta el mayor número de contagios y decesos del mundo, un análisis de su situación en términos relativos, frente a su rata poblacional denuesta que no es el más afectado, ya que se ubica en la posición número de 10 en mundo en casos por millón y en la octava en muertes por millón, con un índice de letalidad de tan sólo 2,83% superado por 59 países en esa medida de afectación.
Por otra parte el mandatario ha conseguido encontrar un equilibro entre medidas de confinamiento, para proteger la salud, y apertura para resguardar la economía. Pese a lo anterior el presidente ha sido duramente criticado por el manejo a ha dado de la pandemia y de haber incluso menospreciado el virus, razón por la cual es de esperar que su contagio lo haga presa de burlas y humillaciones que podrían afectar su imagen de cara a la elección.
- Trump siempre ha exhibido una imagen de hombre fuerte, su contagio puede debilitar esa percepción en el electorado. Si su experiencia es como la de Boris Johnson, Trump bien podría estar fuera de acción durante semanas y de agravarse, su recuperación física y psicológica podrían tomar un buen tiempo considerando el desgaste físico y emocional que supone sobreponerse a un virus de este tipo.
Posibles efectos positivos para Trump:
- Debido al virus, Biden ya era cauteloso con las campañas “cara a cara”. La enfermedad de su oponente más joven, bien puede mantenerlo aún más atado a su sótano y menos dispuesto a participar en eventos electorales, lo que incrementaría la percepción de un hombre pasivo, gran crítica que le hace Trump, y poco capacitado para dirigir el destino de los estadounidenses.
- Trump no es el primer líder en contraer el virus. Mientras Boris Johnson se puso muy enfermo, el presidente brasileño Jair Bolsonaro tuvo unos síntomas relativamente leves. Cómo es sabido son relativamente pocas las personas que mueren a causa del virus y este es precisamente el argumento de Trump para evitar medidas exageradas. Detectar y recuperarse del virus demostrará que tenía razón y que medidas como encierros prolongados no era la mejor estrategia para combatir una enfermedad que, aunque grave, no tuvo las repercusiones que se esperaban.
- La historia de los Estados Unidos dice que los candidatos presidenciales con alguna situación especial de salud, a menudo ganan las elecciones siguientes. Como se recordará Ronald Reagan casi muere por la bala en 1981 y ganó a lo grande en 1984.
- Cuando Warren G. Harding murió en el cargo en 1923, su partido, el republicano permaneció en la Casa Blanca durante otros diez años. De hecho, los presidentes asesinados tienden a garantizar que su partido retenga la Casa Blanca en las próximas elecciones: el asesinato de Lincoln en 1865 fue la causa de que su gran general, Ulysses S. Grant, ganara en 1868. El asesinato de William McKinley en 1903 puso a su vicepresidente, Theodore Roosevelt, en el cargo durante ocho años. El asesinato de John F. Kennedy en 1963 llevó a Lyndon Johnson a ganar de manera aplastante el año siguiente.
- Aunque los ejemplos pueden parecer algo extremos y morir no debe estar en los planes del mandatario, no cabe duda de que su contagio puede aumentar sus índices de popularidad, como ya lo hizo con los casos de los presidentes Johnson y Bolsonaro. Vale mencionar que Roosevelt, quien es considerado como uno de los más importantes presidentes de los Estados Unidos, fue también el que enfrentó los mayores desafíos frente a su salud, lo que podría hacer pensar que, el contagio podría favorecer a Trump en las encuestas.
- El contagio de Trump podría tener un efecto positivo en el tono del discurso político. Biden no querrá que se le vea demonizando a un oponente enfermo. Es previsible que los debates presidenciales se cancelarán y aunque esta eventualidad privará a Trump de aplicar sus mejores armas, también debilitará los ataques demócratas.
- Finalmente, el vicepresidente Mike Pence, es el primero en la fila en asumir la Oficina Oval, temporalmente, si el presidente Trump se enferma demasiado como para cumplir con sus deberes. Desde el disparo de Reagan, no se utiliza la figura de la línea de sucesión presidencial, que recae primero en Pence, luego en el presidente de la Cámara de Representantes, el del Senado y el gabinete del mandatario. Habrá que esperar para ver cómo evoluciona la salud del mandatario y si es necesario recurrir a estas medidas.