Juan Gómez

Medellín

Especial para EL NUEVO SIGLO

Con una inversión de 85 millones de dólares, Medellín lanzó al mundo su marca Innovation para posicionar a la ciudad como centro de desarrollo tecnológico y de ciencia.

Tras ser nombrada como la capital mundial de la innovación  por Urban Land Institute (ULI) y The Wall Street Journal, dejando atrás a ciudades finalistas como Nueva York y Tel Aviv, la capital antioqueña tiene en la mira dar el gran salto de desarrollo para consolidarse como la ciudad pionera en Latinoamérica.

Para Juan Camilo Quintero, director ejecutivo de Ruta N y encargado de la nueva marca-ciudad, se espera que “para el 2021 seamos  un centro del desarrollo, en las diferentes áreas de la ciencia, más grande de la región”.

Con el fin de alcanzar este objetivo, Luis Felipe Hoyos, vicealcalde de desarrollo económico e internacionalización de Medellín, dijo que el proyecto está financiado a 20 años. “El distrito tecnológico tendrá recursos municipales por 420 mil millones de pesos  y por parte del Gobierno una suma cercana a los 430 mil millones de pesos, para financiar más de los 300 proyectos que están rodando en este vehículo de la innovación”, precisó Hoyos.

La incorporación de los recursos para el proyecto, será alimentado a su vez por el 7% de las regalías que genera cada año las Empresas Públicas de Medellín, EPM, ay de dineros extras provenientes del Presupuesto Nacional.

“Somos la única ciudad del país que tiene como política pública invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías, es decir, que dirigimos los fondos suficientes, garantizados por el erario municipal, para respaldar el proyecto”, complementó Jorge Llanos, director de negocios de Apps.com.

Aparte de la  formulación del plan de ciencia y tecnología, la  investigación social es un pilar importante a la hora de aplicar la marca-ciudad. “Somos una metrópoli  que ha cerrado brechas, pero aún falta trabajo para unificar el sistema escolar con este gran avance tecnológico que se viene”, reconoció Angélica Jaramillo, directora de cultura e innovación de la Ruta N.  

Una vez se articulen los objetivos, el nuevo reto es ofrecer obra de mano calificada para satisfacer la demanda laboral que llegará a la ciudad. “Una forma de integrar a la sociedad de la parte baja de la pirámide social a este proyecto, es dotándolos de herramientas académicas para que ingresen al mercado tecnológico con sus conocimientos técnicos o aplicados”, referenció Jaramillo. La ciudad tecnológica debe reafirmar que “la ciencia no es solo para los de bata y corbata, la innovación debe ser para todo el mundo”, complementó Quintero.

Tras el lanzamiento de la marca-ciudad, el 31 de octubre se presentará el proyecto final  del Distrito Tecnológico, y a su vez del 5 al 15 de noviembre se llevará a cabo la  semana de innovación donde se espera la participación de 25 eventos donde converjan empresarios, académicos y jóvenes investigadores.