LA DELICADA situación de orden público y los fenómenos de inseguridad en el país que dejan un balance provisional de 5.250 homicidios intencionales y el incremento en hurtos, extorsiones, secuestros, entre otros delitos, demandan que el Gobierno plantee una estrategia de seguridad nacional y de fortalecimiento a nivel urbano.

El analista de política internacional y docente de las universidades Nacional de Colombia y Central, Andrés Nieto; y el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, Camilo González Posso, afirman que se registra un incremento en el número de las masacres y que “no se puede caer en la ingenuidad que los grupos insurgentes son hermanitas de la caridad que van a cesar sus actividades”.

De acuerdo con los cuadros estadísticos del Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional, desde el 1 de enero a la fecha se han registrado 5.250 homicidios intencionales: 1.003 con arma blanca; con arma de fuego, 3.987; con artefactos explosivos, 26 y con armas contundentes 234.

Los hechos de violencia y atracos se producen incluso a plena luz del día, como el protagonizado por dos hombres armados en Bogotá contra el ocupante de una camioneta a quien le hurtaron un maletín, tras herirlo con un impacto de arma de fuego. Luego los sujetos intentaron robar un vehículo y una motocicleta para huir. Finalmente lograron abordar un taxi que luego abandonaron.

Este grave hecho ocurrió en la carrera 7 con calle 98, en el norte de Bogotá, a escasas dos cuadras de las Escuelas de Infantería y de Caballería del Ejército Nacional.

De acuerdo con las estadísticas en el presente año también se han registrado 595 casos de abigeato; 24.878 amenazas contra ciudadanos; 143.446 hurtos a personas; 13.644 robos a residencias; a entidades comerciales 13.122; a entidades financieras, 32; 40 casos de piratería terrestre; un total de 152 secuestros; 60 atentados terroristas y 45.170 caos de violencia intrafamiliar, entre otros delitos que causan preocupación y que los ciudadanos demandan de las autoridades y del alto Gobierno acciones que conduzcan a reducir esos índices de criminalidad.

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Estrategia de seguridad nacional

El analista Andrés Nieto afirma que “hoy en Colombia los grupos armados están jugando a mostrar territorio, poderío y control; y eso tiene una explicación y es que es su carta de negociación frente a una eventual mesa de diálogo. De manera que entre más logren avanzar en diferentes acciones como los secuestros exprés y las extorsiones, van a poder presionar diciendo que tienen más control que quizás que el que hoy tienen”.

Precisa que el: “Eln tiene presencia en cerca de 19 departamentos, mientras que el Secretariado del Estado Mayor y la Segunda Marquetalia hacen presencia en 119 municipios. Entonces todo termina en una ola, donde la ciudadanía está en la mitad y ellos están intentando presionar al Gobierno”.

Además, añade que: “Es un ejercicio más político que militar para poder generar en las mesas, cuando lleguen a ello, una presión más fuerte con el Gobierno Nacional”.

Por otro lado, puntualiza que: “Lastimosamente las bandas delincuenciales, las que no están relacionadas con grupos armados ni con grupos al margen de la Ley, están haciendo de las suyas con el hurto, con la extorsión y con otro tipo de delitos que se dan más hacia lo urbano, pero que están en descontrol, precisamente, porque estamos volcando toda atención solo a lo grande y a lo macro, a la seguridad nacional”.

Explica que: “En medio de ese ambiente de zozobra y de miedo, las bandas pequeñas terminan por usar los nombres de las grandes estructuras para generar más terror. Por eso estamos viendo panfletos, amenazas, pasquines, llamadas, donde se hacen pasar por grandes estructuras, cuando quizás no lo son, pero el miedo colectivo hace que sea más difícil este tipo de situaciones”.

Ante este panorama, el señor Nieto insiste que: “El Gobierno Nacional tiene que, urgentemente plantear una estrategia de seguridad nacional, que es diferente a la de seguridad ciudadana. Y es que la de seguridad nacional, si bien hay un eventual proceso de paz, no se puede descuidar el territorio, no podemos caer en la ingenuidad que estos grupos son hermanitas de la caridad que van a cesar sus actividades”.

Por ello, consecuentemente, manifiesta que: “En cualquier proceso de negociación es fundamental que existan unos ‘parámetros’, y es no solo el ‘cese al fuego’, que es fundamental que no se enfrenten esos grupos con el Ejército, ‘eso es clave’. Pero, también se tienen que comprometer a parar inmediatamente las rentas delincuenciales. ¿Qué quiere decir esto?: El tema de la extorsión, el abigeato, el secuestro, la minería ilegal y todo lo que está afectando la seguridad”.

“La prueba de que quieren avanzar en un proceso de paz es que paren inmediatamente, no solo las masacres, sino las nuevas formas de desplazamiento forzado. Las formas que se están haciendo para amedrentar y cercar territorio, y por supuesto todo el tema de extorsión y de microextorsión en los sectores comerciales, ganaderos y los agropecuarios”, acota el experto.

Asimismo, asevera que “tampoco se puede descuidar la seguridad ciudadana. Y es que se requiere una estrategia totalmente distinta. Una cosa es combatir al ‘Clan del Golfo’, que, a pesar, insisto, del proceso de paz, debe combatirse a las disidencias y al Eln; y otra distinta cómo saber enfrentar el hurto, la violencia intrafamiliar, las lesiones, los homicidios. Son estrategias diferenciadas que deben ser paralelas. Pero, nos estamos mirando tanto a lo primero que nos estamos descuidando la seguridad al interior de la ciudad”.

Del mismo modo, expresa: “La seguridad nacional está ligada a la posibilidad de acción y control territorial. Debe garantizar que este país sea soberano, es decir, que en los municipios no mande el comandante del frente, sino que mande el alcalde, que haya gobernanza y gobernabilidad. Es el Estado el que comanda y no puede haber estados paralelos. La seguridad nacional pasa con el apoyo de la Fuerza Pública, si bien se avanza en un proceso de paz, no se puede quitar el poder o la autoridad de las Fuerzas Militares en los territorios”.

Asegura que: “El proceso de seguridad nacional es integral, porque si este país vuelve a las épocas más fuertes del conflicto interno, pues va a disminuir su confianza inversionista, va aumentar su riesgo internacional frente a temas como terrorismo, el secuestro o como la extorsión, y eso no se puede permitir porque terminaría afectando a la economía nacional”.

Las masacres

Para el presidente de Indepaz, Camilo González Posso, en lo corrido del presente año se registran 49 masacres con más de 145 víctimas, presentando un incremento significativo frente al 2022.

Denunció que “estas masacres tienen una dinámica doble, es decir, una de ellas está vinculada a redes mafiosas y a fenómenos de sicariato, y la otra en menor proporción a dinámicas de conflictos armados”.

Aclaró que muchas de las masacres no están ligadas a los grupos que están en mesas de conversación o en estos procesos con el Gobierno, “sino que otros actores ‒que es lo grave‒ registran implicaciones urbanas y con una relación directa con las mafias de criminalidad organizada. Eso lo notamos en algunas regiones de Antioquia y de la costa Caribe”.

Por otra parte, señaló que, en lo corrido del 2023, han sido asesinados 78 líderes sociales y defensores de derechos humanos, y 17 firmantes del Acuerdo de Paz.

Finalmente, añadió que: “Digamos que no es la misma dinámica en el caso de las masacres. Hay una leve disminución en cuanto a la frecuencia de asesinatos de líderes sociales. En las estadísticas en el 50% de los casos, no hay un presunto responsable y dentro de los que hay presuntos responsables hay una proporción mayor en su orden del ‘Clan del Golfo’, las disidencias de las Farc y Eln. Y, también hay una presencia de sicariato en algunos de estos procesos”.