Son destinos religiosos Ubaté con su Basílica del Santo Cristo, Zipaquirá con la maravillosa Catedral de Sal de Zipaquirá y Bojacá con el Santuario de Nuestra Señora de la Salud.
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El plan perfecto para compartir en familia y celebrar esta Semana Santa de recogimiento, espiritualidad, paz, recreación y descanso, es visitar y conocer todos los encantos y maravillas de los 116 municipios de Cundinamarca.
En ellos encontrarán mágicos paisajes, climas ideales, la mejor gastronomía, con gente cálida y hospitalaria. Destinos religiosos como Ubaté con su Basílica del Santo Cristo; Zipaquirá con la maravillosa Catedral de Sal de Zipaquirá; Bojacá con el Santuario de Nuestra Señora de la Salud; Guaduas con su Catedral San Miguel Arcángel; Sutatausa con su Iglesia Doctrinera San Juan Bautista; Nemocón con su Iglesia San Francisco de Asís y Mina de Sal, entre otros.
En todos sus municipios, santuarios e iglesias sobresalen por su arquitectura, historia y tradición religiosa; un banquete para los sentidos y el espíritu en esta Semana Mayor.
Para esta temporada de Semana Santa, el departamento de Cundinamarca se convierte en uno de los principales destinos religiosos de Colombia, ya que cuenta con varios de los municipios más antiguos del país, donde los peregrinos, turistas y visitantes encontrarán santuarios e iglesias que sobresalen por su arquitectura, historia y tradición religiosa.
En las entrañas de la tierra, a tan solo una hora de la Capital, en la provincia de Sabana Centro se encuentra Zipaquirá y su imponente Catedral de Sal, considerada como la primera maravilla de Colombia, espectacular obra arquitectónica a 180 metros de profundidad, donde se recrean las catorce estaciones del Vía Crucis de Jesús hacia la crucifixión.
Cruces con tallas en la roca de sal y juego de luces para cada estación, representan escenas bíblicas con un gran sentido espiritual; entre gigantescos túneles se descubren esculturas, obras de arte y en la nave central una cruz de 16 metros de altura; además se puede contemplar el templo construido en honor a la Virgen del Rosario de Guasa, patrona de los mineros de Zipaquirá.
En Nemocón, la Mina de Sal con más de 500 años de historia bajo tierra, un mundo mágico y natural a 100 metros de profundidad donde se recrea el sistema de explotación a gran escala de cámaras y pilares sugerido por el sabio Humboldt, y donde los turistas y visitantes podrán conocer todos sus encantos como: los espejos naturales de salmuera, la cámara de la cápsula fénix 2 de la película los 33, el refugio de la misma, la cascada de sal, la Capilla de la Virgen del Carmen, en una representación en la que muestra su manto protector extendido sobre el mundo.
Como novedad, los visitantes podrán conocer la imagen del Señor Caído en una de las etapas más dolorosas del Vía Crucis, una figura salina que refleja toda la pasión y tormentos vividos entre la última cena y su crucifixión, además del cristal de sal más grande del mundo, entre otros.