Desarrollo infantil temprano: calidad y seguimiento | El Nuevo Siglo
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Domingo, 26 de Agosto de 2018
Mario F. Hurtado
La inversión en primera infancia da grandes réditos, pero requiere de mejores estándares y control

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Lo mejor que se puede hacer en educación es invertir en primera infancia. Sin embargo, hay otra realidad: a la hora de ajustar presupuestos y conseguir recursos toda la cadena educativa es importante. No se puede dedicar todo a la Primera Infancia si no hay mediciones de calidad y seguimiento. Además, la efectividad de las políticas en primera infancia no se puede evaluar si el resto del sistema, del colegio a la educación superior, tiene serios problemas de estructuración y calidad.

En este artículo, más allá de la primera infancia, se hablará del Desarrollo Infantil Temprano (DIT) porque no es un asunto de construir jardines, sino el cómo encontrar las estrategias para que exista un aprendizaje temprano de los estudiantes.

Un dilema al que se enfrentan muchos padres en América Latina es qué hacer con su hijo cuando ambos progenitores trabajan ¿A quién le asignan el cuidado y el acompañamiento? Se tienen que enfrentar entre escoger el jardín infantil de su pueblo, localidad o barrio, y el cuidado que le puede ofrecer algún familiar, casi siempre los abuelos pensionados.

Pues bien, varios expertos recomiendan que si el jardín infantil es de baja calidad, lo mejor es dejar el niño al cuidado de un familiar. Eso demuestra, que una mala intervención en los primeros años de escolaridad puede tener consecuencias nefastas en los siguientes años. Así que más allá del amor y el cuidado que son fundamentales, una institución de preescolar debe ser de calidad y tener indicadores de seguimiento.

La calidad preescolar

Una tarea central es definir un currículo estructurado en habilidades psico-motoras, lectoescritura, habilidades pre matemáticas, competencias socio-emocionales, la exploración del medio y las habilidades artísticas.

En Colombia deben jugar un papel articulador el Ministerio de Educación, el ICBF y la Oficina de Primera Infancia. Algo confuso que sean tres entidades separadas, y que lo sigan siendo, porque se dividen esfuerzos y se evaden responsabilidades. Por ejemplo, quién tiene la responsabilidad del currículo en preescolar, quién asume el seguimiento a las metas trazadas o cómo hacer para que los objetivos se articulen y se establezca un acompañamiento real y efectivo.

Por otra parte, las facultades de educación y el ICBF deben organizar sus programas en función de desarrollar habilidades y aprendizaje en los niños. Algunos estudios realizados en Brasil evidencian que los docentes de preescolar tienen una fuerte formación práctica pero presentan debilidades en la formación teórica, por lo que las facultades de Educación deben buscar un equilibro entre las dos formaciones.

Hay un movimiento muy importante en Brasil llamado “Todos por la educación” (Todos pela educação), que se ha dedicado a hacer monitoreo de las políticas para el desarrollo infantil temprano y ha encontrado que dentro de los materiales de calidad necesarios están los libros de texto, los juguetes y los juegos didácticos. Los tres son necesarios porque los niños entre 3 y 7 años requieren jugar, experimentar y desarrollar habilidades teóricas a partir de los materiales de trabajo.

La misma organización encontró que la infraestructura es central en los procesos de calidad de las instituciones. Hizo evidente que muchos jardines infantiles y centros de preescolar de Brasil, como los de Colombia, carecen de baños adecuados para las edades de los niños, que tienen espacios oscuros o poco ventilados o que carecían de áreas verdes e iluminadas para los momentos de juego y esparcimiento. En Colombia es común que muchas casas se adapten de forma informal como jardines infantiles o colegios de preescolar, desconociendo la normativa adecuada en infraestructura para los niños.

La inversión

El Premio Nobel de Economía, James Heckman, ha desarrollado parte de su investigación en demostrar que invertir en el potencial humano, en especial en la primera infancia, ofrece un margen de beneficio anual del 10%. Muchos de los estudios no tienen cifras exactas, pero una buena formación en preescolar trae un óptimo desarrollo cognitivo y verbal; una reducción en las tasas de repitencia escolar; una reducción de la deserción escolar en años posteriores; mayores posibilidades de finalizar la primaria; y reducción de las tasas de violencia adulta. En general, el retorno de la inversión en preescolar se da a escala individual, social y nacional.

Milagros Nores, Directora Asociada de Investigación en el Instituto Nacional de Investigación en Educación Temprana en EU, afirma que las intervenciones integrales en primera infancia generan calidad y buenos resultados en las etapas siguientes del desarrollo humano.  Calcula que por cada peso invertido en desarrollo infantil temprano tendrá un retorno entre 6 y 18 pesos. Sin duda, la inversión más rentable para la paz, la equidad social, el progreso y el cierre de brechas sociales.

*Especialista en Educación

@hurtadobeltrán

* mario.hurtado@hotmail.com

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