El descenso en los niveles de los embalses colombianos alcanza un punto crítico, situándose en un 29,96% de su capacidad útil. Esta situación genera alarma por su impacto en la seguridad energética del país y el abastecimiento de agua potable para millones de personas.
El ministro de Minas y Energías, Andrés Camacho, convocó a una reunión de la Comisión Asesora de Coordinación y Seguimiento a la Situación Energética debido a la alarma generada por el descenso en los niveles de agua en los embalses, causado por mínimos históricos de lluvias en marzo y abril, así como por el fenómeno del Niño que ha afectado el suministro de agua y energía en el país.
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El descenso de los embalses en Colombia alcanza niveles críticos, situándose en un 29,96% de su capacidad útil, una cifra que genera preocupación por la seguridad energética del país. Según las estadísticas de XM, el operador del mercado eléctrico, este descenso representa un estrés considerable para el sistema de generación de energía, que depende en gran medida de la hidroelectricidad.
En palabras del ministro Camacho, "El comportamiento de las lluvias en marzo y abril está en mínimos históricos. Por cuenta del fenómeno del Niño, debemos aumentar el ahorro de agua y energía". Esta situación ha llevado a considerar la posibilidad de implementar medidas de racionamiento eléctrico en caso de que los embalses caigan por debajo del 27%, un umbral crítico para la prestación de energía eléctrica en el país.
El nivel agregado de los embalses en Colombia desciende a menos del 30%, tal como habíamos estimado, llegando a 29.96%. Esto pone en estrés al sistema de generación, donde el 66% de la capacidad instalada es hidroeléctrica. https://t.co/iBu5YOMrC8 pic.twitter.com/0MaXR0Dip9
— Sergio Cabrales (@SergioCabrales) April 14, 2024
La baja disponibilidad de agua en los embalses también afecta directamente la generación de energía hidroeléctrica, que representa el 66% de la capacidad instalada en Colombia. Como resultado, se ha tenido que recurrir a fuentes de energía más costosas, como las plantas térmicas a base de carbón y gas natural, lo que ha generado un aumento en los precios de la energía.
Ante esta situación, se hace un llamado urgente a la población para reducir el consumo de agua y energía. Se promueven acciones como duchas más cortas, cerrar el grifo mientras se realiza la limpieza de platos, reparar fugas de agua y promover el uso de fuentes de energía renovables no convencionales.
Impacto en el sector energético:
La baja disponibilidad de agua en los embalses afecta directamente la generación de energía hidroeléctrica, que constituye el 66% de la capacidad instalada en Colombia. Este descenso en la generación hidroeléctrica ha llevado a un aumento en la utilización de fuentes de energía más costosas, como las plantas térmicas a base de carbón y gas natural. Esta transición ha generado un incremento en los precios de la energía eléctrica, lo que podría impactar negativamente en la economía de los hogares colombianos y en la competitividad de las empresas que dependen de una energía asequible.
Acciones para el ahorro de agua:
Ante la situación crítica de los embalses, se hacen necesarias acciones concretas para reducir el consumo de agua en el país. Algunas medidas clave incluyen:
- Uso responsable en el hogar: Se insta a la población a implementar prácticas como duchas más cortas, cerrar el grifo mientras se cepillan los dientes o se lavan los platos, y reparar cualquier fuga de agua en las viviendas.
- Eficiencia en la agricultura: Se promueven técnicas de riego más eficientes, como el riego por goteo o por aspersión, que reducen la pérdida de agua por evaporación y optimizan su uso en la producción agrícola.
- Reutilización y reciclaje del agua: Se fomenta la implementación de sistemas de recolección de agua lluvia para su uso en actividades no potables, como el riego de jardines o la limpieza de vehículos. Asimismo, se busca mejorar los sistemas de tratamiento de aguas residuales para su reutilización en procesos industriales o agrícolas.
Estas medidas no solo contribuyen al ahorro de agua, sino que también tienen un impacto positivo en la conservación de recursos naturales y en la mitigación del cambio climático, al reducir la demanda de energía asociada al tratamiento y distribución del agua.