En Colombia la aprobación de la dosis mínima ha perjudicado la labor de la policía y ha generado un incremento en los delitos. Así lo expresó el general Luis Ernesto Gilibert, al reaccionar a la propuesta que está sobre la mesa en el Congreso y lo que le conviene más al país.
El oficial en retiro anotó que “la dosis mínima es lo más perverso que le ha podido llegar al país. Primero dificulta mucho el accionar de la policía; cada vez que un agente persigue un drogadicto y cuando se le acerca, inmediatamente invoca la dosis mínima”.
Recalcó también que “la dosis mínima ha llevado a que la gente que consume pierda la vergüenza, y están consumiendo en lugares públicos, están consumiendo en parques, porque saben que no les va a pasar absolutamente nada”.
Indicó el exdirector de la Policía que si no existiera la dosis mínima, las personas tendrían por lo menos el recato de consumir en lugares que no fueran expuestos al público, “pero estas personas perdieron toda la vergüenza, y como nada se les puede hacer porque apenas llega la policía, la respuesta es que están consumiendo la dosis mínima”.
“En el traslado de droga de un lugar para otro, también se invoca la dosis mínima; cinco jóvenes, cada uno con su dosis mínima; y entrega cada uno su dosis mínima. Eso es comercio ilegal de droga, entonces la dosis mínima es lo más perverso”, dijo.
Aseguró el General que sería bueno que se pusieran en los zapatos de los policías para que vieran la desazón que sufre cada agente, frente a la incapacidad que viven los policías frente a la manifestación del consumo de droga”.
Señaló que darle campo a la dosis mínima es abrirle las puertas para que la gente consuma en lugares públicos, “es decir, es el irrespeto a la sociedad”. Dijo que ya estando los jóvenes bajo el efecto de la droga se aumentan los delitos, “la dosis mínima es perjudicial, moral, y penalmente”
Propuesta del Fiscal
El fiscal general Néstor Humberto Martínez, sostuvo que la dosis personal se convirtió en una excusa para los traficantes. “Vamos a tener que replantear el tema de la dosis personal para que no se utilice como escudo de la delincuencia organizada para alegar que es el aprovisionamiento”, dijo.
Asimismo explicó que los delincuentes la usan como un instrumento de impunidad, pues aseguran que lo incautado hace parte de su tratamiento. “Si son 20 papeletas, el comerciante, el ‘malandrín’ de la droga dice que son las de su semana; sin son 40 dice que son las de su quincena; si son 80 las del mes, y si es una tonelada, nos dice que son las del resto de su vida”, puntualizó.
Corte Suprema
Se recordó que la ley 30 de 1986 define la dosis personal de marihuana como la que no excede los 20 gramos. En el caso del hachís, es personal si no pasa de cinco gramos, y en la cocaína o cualquier sustancia a base de cocaína la que sea inferior a un gramo.
A propósito de la propuesta del fiscal general Martínez de reformar la ley que regula la dosis personal, el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Luis Antonio Hernández Barbosa, respondió el anuncio del funcionario del ente acusador.
A través de la cuenta oficial de Twitter del Alto Tribunal, Hernández sostuvo que el organismo judicial “hace bien en perseguir expendedores de estupefacientes, no en criticar posturas de la Corte de no condenar a consumidores como traficantes”.
Cabe recordar que la Corte Suprema abrió la puerta para no procesar como delito el porte de estupefacientes que exceda la dosis personal “siempre y cuando su único propósito sea el consumo derivado de la enfermedad o adicción del portador”.
Posición del Congreso
El presidente de la Cámara, Rodrigo Lara, anunció que radicó en el Congreso un proyecto de ley que establece sanciones como arresto por 24 horas, trabajo social y rehabilitación para aquellos que consuman y porten sustancias psicoactivas en espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados trasciendan a lo público.
Lara explicó que la medida tiene como fin proteger a los menores y adolescentes del microtráfico, un fenómeno que ha incrementado su impacto en las ciudades colombianas y, en los últimos años, ha centrado su accionar en los jóvenes de los barrios y localidades más vulnerables.
“No habrá dosis mínima tolerable en los parques, en los entornos de los colegios, en las zonas comunes de los conjuntos residenciales. Le voy a devolver estos espacios a las familias y a los niños de Colombia. Los parques y colegios se convirtieron recientemente en el principal escenario de consumidores y expendedores de drogas ilícitas, y es allí donde día a día las mafias buscan enviciar a los jóvenes y luego reclutarlos para sus actividades delictivas”, aseguró.