El paro que se salió de las manos | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Noviembre de 2018
Mario F. Hurtado
Se completaron 45 días del paro de estudiantes. El más largo de los últimos años. El pulso ha debilitado al Ministerio de Educación. Una mirada desde diferentes actores

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DESDE el inicio del semestre se esperaban grandes movilizaciones estudiantiles. En efecto, las universidades públicas venían demandando más recursos porque los gastos aumentan más que los incrementos del IPC. Al principio los reclamos se orientaron a buscar el fin del Programa ‘Ser Pilo Paga’ (SPP) y en destinar esos recursos a la base presupuestal de las universidades. Desde su posesión, la Ministra de Educación expresó su intención de destinar recursos a las universidades públicas y pronto salió a decir que no habían recursos para el SPP y que lo iba a eliminar.

Lo cierto, nadie le creyó; ni rectores, ni movimientos estudiantiles y una situación que no se veía tan compleja se salió de las manos. Hoy a pesar de algunas divisiones internas, el movimiento estudiantil está empoderado, el Gobierno frágil, la popularidad del Presidente muy baja para estar comenzando gestión y el semestre académico en riesgo de perderse.

Para el 28 de noviembre se anunció la Toma a Bogotá, la llegada de miles de estudiantes de universidades públicas, de indígenas y de movimientos sociales a la capital. Eso sin contar la cantidad de marchas, algunas con disturbios que se han presentado en el último mes. ¿Cómo se llegó a esta situación?

Los movilizadores del paro

Los rectores fueron los primeros en agitar la situación. Anuncios en medios de comunicación  sobre la imposibilidad de terminar el semestre por falta de recursos hicieron los rectores de las universidades Nacional, Córdoba, Pedagógica entre otros. Sin embargo, el paro lo inician los estudiantes y no los equipos docentes o administrativos. El Gobierno comete una torpeza: despreciar el movimiento estudiantil y reunirse solo con los rectores, con quienes firmaron un acuerdo de un incremento de $1.1 billones para los próximos cuatro años. El 70% de los rectores de las universidades públicas firman el acuerdo. Pero el paro es de estudiantes, quienes se consideran traicionados por sus equipos directivos.

Los rectores evidenciaron que tienen poca capacidad de normalizar la situación. Hoy la mayoría guarda silencio. Por otra parte, aunque el profesor Adolfo Atehortúa está en la mesa de negociaciones, los diferentes grupos docentes están fragmentados. La realidad: la mayoría de la planta docente es de cátedra y muchas de las demandas poco o nada les favorece. Así como unos se han solidarizado con los estudiantes, otros están al margen de la movilización y en el limbo de cumplir asistencia.

La situación del Gobierno

El Gobierno ha sido frágil en las negociaciones. No ha contado con el apoyo suficiente y son más las críticas y cuestionamientos. Además, la movilización social ya está llegando a puntos elevados. La ministra de Educación, María Victoria Angulo, se ha dedicado a responsabilizar de todo a la administración anterior, la ha señalado de abandonar el sector en décadas y su informe de 100 días fue listar los problemas que supuestamente encontró. Un error, porque el país quiere mirar hacia adelante. Colombia ya pasó la página de Santos y su administración. Se esperan soluciones, no culpables. El resultado, la segunda más impopular del gabinete y una negociación árida. Además, la estrategia puede ser un boomerang porque si se le empieza a evaluar de la misma forma que hace con la administración anterior, cada día de paro evidenciará más atrasos, cierre de programas y limitaciones en lo que se debe hacer, fortalecer y desarrollar las acciones de trabajo, porque se debe mirar hacia adelante y no hacia atrás.

La incertidumbre

Algunas universidades tienen el semestre aplazado. En la mayoría se espera que el 30 de noviembre se defina si continuar o cancelar el período académico. Se espera reponer clases en enero, pero con un elevado número de profesores de cátedra que no reciben salario los 12 meses sino 10. Pensar en eso, también requiere de recursos, de actos administrativos y demás procesos formales.

Hay incertidumbre en los procesos de admisiones, se habla incluso de comenzar 2019 en paro, una situación indeseable que debe llevar al Gobierno a tomar las medidas y hacer los cambios que sean necesarios.