“En 4 mil hectáreas en 10 años aumentaron cocales" | El Nuevo Siglo
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Lunes, 1 de Julio de 2019
Redacción Nacional

Entrevista| El gobernador de Nariño, Camilo Romero, hizo una radiografía de la situación de violencia que vive su departamento generada principalmente por el narcotráfico y el control del territorio

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“A Nariño ya le asperjaron 3.800.000 litros de glifosato en 10 años y los cultivos se incrementaron casi en 4.000 hectáreas”, manifestó el gobernador de Nariño, Camilo Romero, al considerar que se trata de un método ineficaz para combatir el fenómeno.

El mandatario señaló que eso se dio en el contexto de que “a nivel estructural hubo muy mala planeación de la implementación de la paz”.

Para Romero, “se dejó ausente este territorio de Fuerza Pública durante todo 2017 y solo fue en enero de 2018 cuando se anuncian 11.000 nuevos hombres para el departamento. Cuando llega esa fecha, el conflicto ya estaba allí porque durante todo 2017 el territorio fue copado por fuerzas al margen de la ley”.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve usted la situación de desplazamiento en Nariño?

CAMILO ROMERO: Hemos venido insistiéndole al Gobierno que la paz no iba a ser real y posible para el departamento de Nariño. Y estos son los hechos que dan a entender qué lejos está el departamento de Nariño de esa paz y ese anhelo.

En Nariño se viven los conflictos del país del pasado con incremento de homicidios y desplazamientos, es decir, que la paz ha estado ausente de nuestro departamento.

ENS: El viernes se hizo un consejo de seguridad, ¿se habló del desplazamiento?, ¿qué hacer para superar este fenómeno?

CR: Reconocemos la complejidad del territorio y hablamos de otros temas como zonas de control donde hemos pedido a la Fuerza Pública la mayor de las atenciones; además de la costa Pacífica, hay que hacer presencia en la cordillera del departamento de Nariño. Ya es recurrente la situación que no es acorde a cómo debería ser en democracia.

ENS: ¿En qué parte específica del departamento se ve la falta de cumplimiento de los acuerdos?

CR: Es una línea en diagonal que uno puede trazar. De un lado queda la cordillera y el Pacífico, que es donde están concentrados este tipo de hechos y de acciones delincuenciales. El resto del departamento vive la problemática del resto del país.

Los dos municipios más afectados: Samaniego y Cumbal, es donde se agrava el conflicto y la violencia.

ENS: ¿Qué causas podemos atribuirle al incremento de la violencia?

CR: Yo lo he dicho: que a nivel estructural hubo muy mala planeación de la implementación de la paz, hubo una excelente planeación para lograr la firma del acuerdo pero no la implementación.

En el departamento de Nariño se dejó ausente este territorio de Fuerza Pública durante todo 2017 y solo fue en enero de 2018 cuando se anuncian 11.000 nuevos hombres para el departamento. Cuando llega esa fecha el conflicto ya estaba allí porque durante todo 2017 el territorio fue copado por fuerzas al margen de la ley.

Esa es la realidad de por qué creo que estamos en este inconveniente, sin duda alguna tiene que ver con el narcotráfico y el control del territorio.

ENS: ¿Qué debe hacer el Gobierno para poner fin a esta situación?

CR: La verdad es que nos queda el cumplimiento de la palabra del Estado que estuvo comprometida en un acuerdo de paz, incluso con presencia de garantes internacionales.

Aquí hay que salir de dos temas fundamentales: minería ilegal y cultivos de uso ilícito. Y de estos solo es posible salir si se asume el acuerdo de paz que implica la sustitución de cultivos. Allí es donde debería centrarse el Gobierno. Y lo que nos está planteando hoy es peor, porque nos plantea el glifosato que sin duda desataría una crisis humanitaria.

ENS: El Gobierno dice que la aspersión es segura si se hace en cierta cantidad y de manera controlada. ¿Cuáles son sus argumentos para rechazar el glifosato?

CR: Básicamente son tres.

Primero lo ineficaz. A Nariño ya le asperjaron 3.800.000 litros de glifosato en 10 años y los cultivos se incrementaron casi en 4.000 hectáreas.

Segundo, el tema del daño ambiental, a la salud y del daño a la vida en todas sus manifestaciones. Solo la duda bastaría para no usarlo. Aquí yo hago énfasis en la denuncia internacional de Ecuador en la que demandan a Colombia por el uso del químico. Nuestro país tiene que conciliar reconociendo daños, afectaciones y pago al vecino país. Por eso los tuvo que indemnizar.

Y tercero, tiene que ver con los costos. No está clara la cifra de cuánto vale, pero si nos basamos en lo que dice la Corte estaríamos hablando de mínimo $72 millones por hectárea, mientras que en el proceso de sustitución se hablaba de $36 millones con las comunidades. No es tolerable que se invierta tanto dinero en un daño ambiental que además cuesta el doble de lo que cuesta la sustitución.

ENS: ¿Qué hacer entonces si no se puede fumigar con glifosato, siendo Nariño una de las zonas con más cultivos ilícitos en el país?

CR: Lo que nunca se ha hecho: cumplir la palabra del Estado comprometida con la sustitución de cultivos. Un acuerdo que cuesta menos y que puede dar incluso la posibilidad de un desarrollo rural integral invirtiendo los recursos.

Lo que hemos hecho desde el nivel departamental es ofrecerle al Gobierno nacional $10.000 millones de regalías del departamento para acompañar esta sustitución.

ENS: Se dijo que ‘Guacho’ era el enemigo que unificaba las disidencias en Nariño. Murió ‘Guacho’ y ¿qué pasó?, ¿por qué sigue la violencia?

CR: Finalmente cae un cabecilla, pero esta es una de no menos de 10 organizaciones al margen de la ley que operan en este momento, según datos del general Hoyos que es el encargado de la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules.

ENS: Se dijo que los carteles mexicanos hacían presencia en Nariño, ¿usted qué sabe al respecto?, ¿siguen allí?

CR: No he tenido información oficial por parte de nuestra Fuerza Pública, hay mucho rumor y comentario al respecto pero no tengo la confirmación de eso.