La palabra “milagro” nos aceleró el corazón y activó la fe: Sánchez | El Nuevo Siglo
Foto: Presidente Gustavo Petro
Sábado, 10 de Junio de 2023
Redacción Web

La palabra “milagro” nos aceleró el corazón y activó nuestra fe: general Sánchez

Dijo que durante los 40 días que los cuatro niños duraron perdidos en la selva, pensar en cómo estarían y lo que podían estar sufriendo, no lo dejaba dormir

La angustia fue la fiel compañera de los integrantes del contingente de búsqueda de los cuatro menores que durante 40 días deambularon por las selvas del Guaviare y, las noches se hicieron eternas, sobre todo por las preguntas sin respuesta que afloraban y no permitían conciliar el sueño.

¿En dónde estarán los niños de 13, 9 y 4 años, así como el de 11 meses? Ese era uno de los interrogantes que no dejaba dormir en paz al general Pedro Arnulfo Sánchez, quien está a la cabeza de Comando Conjunto de Operaciones Especiales.

Luego rondaba la siguiente inquietud, ¿qué necesidades tendrán? Y, lo único que podía era exclamar: “Por Dios debemos encontrarlos pronto”.

Recordó que la palabra “milagro”, “milagro”, “milagro”, fue la clave de la “Operación Esperanza”. “Cuando encontramos a los cuatro menores de edad, esa palabra no solamente aceleró el corazón, sino también activo algo que a algunos les parece increíble y que es la fe. Esa clave me la reportó el general Yor William Cotua”.

Señaló que para la búsqueda de los cuatro niños indígenas en el corazón de la selva, entre los departamentos del Caquetá y Guaviare, contaron con imágenes satelitales de la Fuerza Aérea Colombiana y de Chile, Israel, así como de Estados Unidos y, por supuesto, con la “sabiduría” de los indígenas y la experiencia de los Fuerzas Especiales.

Explicó que estaba conectado las 24 horas del día con el también general Cotua, comandante de la División de Fuerzas Especiales que dirigía en tierra la “Operación Esperanza”.

Los niños Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9; Tien Ranoque Mucutuy, de 4, y el bebé Cristin Ranoque Mucutuy, sobrevivieron al accidente de un avión en el que perdieron la vida su mamá, Magdalena Mucutuy, el líder indígena Herman Mendoza y el experimentado piloto Hernando Murcia, el pasado 1 de mayo.

De acuerdo con los expertos, la niña Lesly, la mayor, desde el primer momento en que logró salir del avión y ayudar a sus hermanitos, se echó la responsabilidad de sacarlos del lugar y que pudieran sobrevivir con lo poco que llevaban en la aeronave y lo que encontraran en medio de la espesa selva.

“Creemos que ella al ver a su mamá y a los otros dos ocupantes sin vida, prefirió huir del lugar para evitar que la descomposición los afectara y además porque podría atraer a animales salvajes”, dijo Otto Díaz, un experto en supervivencia en condiciones difíciles.

La búsqueda

El general Sánchez Suárez explicó que para la Aeronáutica Civil y para las brigadas de rescate que empezaron la búsqueda del avión tipo Cessna 206, de matrícula HK 2803, que cubría la ruta Araracuara-San José del Guaviare y que desapareció cuando sobrevolaba el río Apaporis, en la selva entre Caquetá y Guaviare, luego de reportar una falla en el motor a las 7:34 minutos de la mañana, no fue nada fácil.

Como se sabe, el último reporte del piloto Murcia Morales se registró cuando se encontraba a 175 kilómetros al sur de San José del Guaviare y luego se perdió todo contacto con la torre de control.

Los funcionarios de la Aerocivil, la patrulla aérea de búsqueda y rescate y helicópteros UH-60, Huey II, aviones “Fantasma” y Caravan C-208 volaron miles de horas.

Incluso, el 2 de mayo, el padre de los niños, Manuel Ranoque, se ofreció como voluntario para ayudar a buscar la aeronave y a los posibles sobrevivientes.

El 4 de mayo, la Aerocivil y la FAC instalaron un Puesto de Mando Adelantado, PMU, en un paraje selvático, donde se registró el último reporte del piloto.

El 5 de mayo, Fátima, la abuela de los niños grabó un mensaje en español y en el dialecto indígena, donde pedía a sus nietos y sobrevivientes estar pendientes de las brigadas de socorro.

El 8 de mayo, el comando general de las Fuerzas Militares ordenó el desplazamiento al lugar de la búsqueda de 60 integrantes de las Fuerzas Especiales para apoyar las labores que adelantaban socorristas de la Defensa Civil.

Y, el 15 de mayo la Aeronáutica confirmó el hallazgo de la aeronave en la vereda Palma Rosa, en comprensión municipal de Solano, en el Caquetá. Uno de los siete pasajeros del avión fue encontrado sin vida.

Al otro día, los socorristas hallaron los despojos mortales de otros dos adultos ocupantes del avión, pero ningún rastro de los niños.

El 15 de mayo, los efectivos de las Fuerzas Especiales encontraron una especie de refugio donde se habrían protegido de la noche y de la lluvia. Uno de los perros, Wilson, encontró el cambuche: En el lugar las tropas hallaron un biberón, unas “moñitas” y un par de tijeras. Las tropas en tierra, indígenas y socorristas, incrementan su búsqueda en diferentes direcciones.

El 18 de mayo, el avión “Fantasma” de la FAC se unió a las labores de búsqueda lanzando bengalas para iluminar la zona para ayudar en la búsqueda de los niños.



El 20 de mayo las brigadas de socorro y las Fuerzas Especiales reciben el apoyo de otros 50 efectivos para ayudar en la búsqueda de los niños. También se sumaron 85 indígenas. En total suman 250 personas en la búsqueda: 150 militares, indígenas y socorristas.

El 21 de mayo se sumaron a la búsqueda la red de emisoras del Ejército con perifoneo. Los otros días transcurrieron con hallazgos de huellas y el sobresalto por la desaparición del canino Wilson. Sin embargo, gracias a ello, el pastor Malinois los condujo al lugar donde se encontraban los niños.

El 24 de mayo las tropas e indígenas hallaron en dos sitios nuevos rastros y pistas de los niños. Encontraron un par de tenis, un pañal usado y una toalla de color verde. En el otro refugio fue encontrado otro pañal, una tapa rosada de un tetero y un marco negro de un celular. Estos rastros se habrían registrado entre el 3 y el 8 de mayo.

El 26 de mayo, la pequeña Cristin Ranoque Mucutuy cumplió un año de vida.

El 30 de mayo se produjo el hallazgo de nuevas pistas, pues las tropas encontraron huellas sobre el terreno fangoso, al parecer, de Lesly. También fueron encontrados restos de frutos silvestres que habrían consumido los jovencitos.

Y, el 9 de junio, las tropas y los indígenas hallaron sanos y salvos, aunque deshidratados a los cuatro niños.

Prueba de fuego

El general Sánchez dijo que fueron 40 días de intensa búsqueda y donde se pusieron a prueba todos los conocimientos humanos y científicos para encontrar a los niños.

Destacó el trabajo del Comandante de la División de Fuerzas Especiales, general Yor William Cotua, quien coordinaba las operaciones terrestres de búsqueda de los menores.

El general Sánchez Suárez Señaló que cuando se escuchó la palabra clave “milagro”, “inmediatamente activamos todo el plan para rescatarlos, comenzando con una aeronave que hiciera la evacuación aeromédica que fue un helicóptero llamado “Ángel” porque es medicalizado y también un avión AC-47 para que lanzara bengalas, porque en lo profundo de la selva está la oscuridad, es absolutamente negra la noche”, dijo.

Narró que “junto a ellos había un helicóptero Huey que llegó al sitio y permitió el descenso de unos rescatistas quienes les brindaron los primeros auxilios a nuestros menores, después que los enfermeros de combate de nuestro CCOES las brindaran las primeras ayudas y alimentos. Paralelo a ello se activó un avión C-295 de nuestra FAC con los mejores especialistas, pediatras, expertos en recién nacidos, enfermeros y todo un equipo científico, simplemente para continuar nuestra operación. Hoy ya los cuatro menores se encuentran en el hospital Militar Central”.

Sin embargo, precisó que “esta misión termina cuando nuestro último hombre salga y regrese a casa, porque la vida de ellos también cuenta”.