Un gran acuerdo “que nos permita vivir y trabajar todos en un gran proyecto nacional” propuso ayer la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) al cierre de su asamblea plenaria.
Mediante un documento dado a conocer por los arzobispos de Villavicencio, Óscar Urbina, presidente de la CEC, y de Medellín, Ricardo Tobón, vicepresidente de la CEC, los obispos dicen que “no nos conviene ahondar en la polarización a la que hemos llegado en el esfuerzo de lograr el país que soñamos. La división no hace bien a ninguno”.
Frente al gobierno que presidirá Iván Duque, los jerarcas expresaron que lo apoyan “en su propósito de ser garante de la unidad del país, como lo prometió en su primer discurso. Pedimos al Congreso de la República que se comprometa con este cometido. A los partidos y diversas agrupaciones sociales y políticas los invitamos para que, con responsabilidad, luchen también por este ideal”.
En las reflexiones finales de los obispos también hubo palabras para abordar el tema de la lucha contra la corrupción: “Debemos conocer y acoger las iniciativas que se juzguen válidas en el país para combatir este flagelo, rechazar este tipo de prácticas corruptas y cultivar una cultura de la honestidad y la transparencia”.
De la misma manera, los prelados invitaron a que se continúe trabajando en pro de la paz: “La paz es un bien que merece todos nuestros esfuerzos. Ningún colombiano puede negarse a participar en la superación de los problemas y situaciones conflictivas del país”.
Por ello invitan a no dejar a mitad de camino el esfuerzo que el país ha realizado por la paz y la reconciliación, que requiere nuevos aportes y nuevos horizontes, pero sobre todo el ánimo y compromiso de todos para que finalmente la paz sea una realidad.
Y en lo que tiene que ver con el asesinato de líderes sociales, los obispos indicaron que “manifestamos de nuevo nuestra profunda consternación por los asesinatos de hermanos y hermanas en los últimos días; nos unimos al dolor de sus familias. Toda vida es sagrada y toda muerte violenta es inaceptable. Hacemos una llamada a la sociedad colombiana a mantener la estabilidad de las regiones y de la democracia, y a continuar avanzando por los caminos que garantizan la vida, la libertad y la justicia. Pedimos a las autoridades elevar los niveles de protección y los mecanismos establecidos legalmente para garantizar la vida de quienes están bajo amenazas”.
En el documento, los obispos invitan “a todos los colombianos ayudar al cambio en todos los sectores por ello insisten en que no se puede esperar con los brazos cruzados el cambio del país. Inspirados en el Evangelio, trabajemos sin descanso por sanar las heridas, tender puentes, encontrar la reconciliación y cultivar la cultura del encuentro fraterno”.
“Nos preocupa la situación de nuestros hermanos venidos de Venezuela. Haciendo propia la llamada del papa Francisco, acojamos, protejamos, promovamos e integremos a quienes, desde la hermana nación, llegan a nuestro país en busca de nuevos horizontes”, manifiestan los obispos.