Las calles de Fundación, Magdalena, inundadas por miles de personas que acompañaron el féretro de la pequeña Génesis Rúa, quien el domingo pasado fue raptada, abusada sexualmente, torturada, asesinada e incinerada por Adolfo Enrique Arrieta, quien ayer aceptó su culpa.
En la marcha, a la que asistió la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, los habitantes del municipio exigen mayor protección para los niños y niñas en Colombia.
Con flores blancas y mensajes en contra de la violencia sexual, el sepelio de la menor inició a las 8:00 de la mañana en una marcha por las calles del municipio.
Igualmente les piden a las autoridades judiciales que apliquen todo el peso de la ley contra Adolfo Enrique Arrieta, quien el pasado jueves aceptó su responsabilidad en el delito de feminicidio agravado, sin embargo se declaró inocente de los cargos por abuso sexual.
La vicepresidente Ramírez, dijo que “desde el Gobierno vienen trabajando en leyes ejemplarizantes para frenar este tipo de actos de barbarie en contra de los niños”.
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De la misma manera, Rosa Cotes, gobernadora del Magdalena, también repudió este hecho que enluta a los habitantes de Fundación. Hace exactamente una semana en horas de la tarde la Pequeña Génesis fue víctima de la conducta irracional de un vecino suyo.
“Lo único que le pido a las autoridades es que le caiga todo el peso de la ley a este monstruo, que pague lo que tenga que pagar”, sostuvo Cotes.
Ruby Orozco, vecina de la menor, pidió “que haya justicia de verdad. Que investiguen bien el caso y que haya justicia”.
Menores vecinos de la niña que quería ser mediocampista de la selección femenina de fútbol elevaron su voz de protesta.
“Así como paso con la niña pude pasar con otras personas y uno tiene que estar más atento que nunca”, sostuvo Darién Bornacelly, estudiante y vecina de la menor asesinada.
La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Juliana Pungiluppi, rechazó el asesinato de la niña y resaltó que un equipo interdisciplinario de la Regional Magdalena se desplazó al hogar de la menor de edad, para brindar apoyo psicosocial, principalmente a los hermanos de la niña, quienes tienen 12 y 16 años de edad.