Uber sigue rodando entre lo legal y lo ilegal | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 28 de Enero de 2019
Redacción Economía
En Colombia los taxistas insisten en que se debe perseguir este tipo de servicio porque no paga impuestos

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Los bloqueos que se están presentando en España, primero en Barcelona y posteriormente en Madrid por parte de los taxistas que protestan por el servicio de Uber, es el reflejo de lo que sucede en otras ciudades del mundo en que esta actividad oscila entre lo legal y lo ilegal.

Este tipo de servicios levanta pasiones y peleas. Pasiones entre los usuarios que ven en la empresa un servicio más barato y cómodo. Enfados entre sus principales competidores, los taxistas. Una de cal y otra de arena que se repite en otros muchos países de todo el mundo, como son Canadá, México, India, Japón, Corea y Estados Unidos.

Presencia

Sin duda Uber ha ido conquistando terrenos y ganando adeptos año tras año. Actualmente está presente en más de 600 ciudades de 59 países. En Europa, opera en más de 40 ciudades y Londres es la única en la que el servicio está completamente regulado. En la mayoría de ellas el debate sobre su regulación está a la orden del día y en proceso. Sin embargo, hay 10 ciudades en las cuales la actividad de Uber no lo está pero funciona con normalidad. Se trata de Manchester, Helsinki, Atenas y Praga, entre otras.

Pero Francia no es el único país europeo en el que Uber ha sido objeto de críticas y sanciones. España y Alemania son otros de ellos. El caso del país germánico también tiene como protagonista UberPOP. Allí, la justicia prohibió su actividad porque consideraba que había violado la ley. Según el órgano judicial, los conductores no tenían licencias para el transporte, les prohibió trabajar y fijó multas para cualquiera que violase dichas normas. Pero Uber volvió a las calles con el servicio UberX, en el cual sus coches y conductores cumplen con los requisitos legales específicos.

En España

Uber llegó a España en 2014. La primera ciudad en la que se instaló fue Barcelona y luego Madrid. Su presencia supuso una amenaza para los taxistas, quienes comenzaron una huelga conjunta ya que consideraban que la empresa estaba ejerciendo una competencia desleal al dejar trabajar a sus conductores sin las caras licencias que los taxistas se ven obligados a pagar.

En ese mismo año, el tribunal de Madrid prohibió la actividad de Uber en todo el país. Sin embargo, se abrió la ventana y un juez barcelonés solicitó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que dictaminase si la actividad de Uber constituye una competencia desleal contra los taxistas. Es ahí cuando la empresa norteamericana ha vuelto a operar.

El jueves pasado, los taxistas de Barcelona pusieron fin a una huelga de varios días tras conseguir una importante concesión del gobierno regional que modificó la reglamentación que permitirá exigir un tiempo de precontratación hasta de una hora para los VTC.

La medida ha sido denunciada fuertemente por las compañías de VTC: “La nueva reglamentación (...) significa que nos expulsarán de Barcelona y Cataluña para dar satisfacción a los sectores más radicales”, denunció la compañía Cabify, asegurando que provocará “más paro, menos servicio y menos libertad”.

Chile

En Chile se anunció que se gravarán las transacciones de Uber, Spotify y Netflix, entre otras compañía digitales, para que compitan “en igualdad de condiciones” con las empresas tradicionales.

En un comunicado, Uber aseguró que “cumple con el pago de impuestos en todos los países en los que opera”, y en el caso de Chile “seguiremos cumpliendo con el marco jurídico actual y el que posteriormente sea definido por la autoridad”.

En Uruguay, la intendencia (Alcaldía) de Montevideo anunció un endurecimiento de las medidas contra la aplicación de transporte en conjunto Uber, luego de que el gremio del taxi amenazara con una demanda multimillonaria.

Los propietarios de taxis de la capital amenazan con una demanda por 300 millones de dólares contra la Alcaldía por permitir que los coches que trabajan con Uber circulen por la ciudad, cuando la normativa local vigente expresamente señala que vehículos particulares no podrán cobrar por transportar personas.

En Colombia

En Colombia el servicio de Uber se mueve entre lo legal y lo ilegal luego de cinco años. Por años, a la vez que defendió el derecho de la app para funcionar, amparada en la neutralidad en la red, el Gobierno nacional –en la era Santos– la calificó de ilegal, y la Policía persiguió tanto a quienes la usan en calidad de clientes como a quienes derivan de ella su sustento. Eso no ha impedido que la empresa paute en medios, amplíe su portafolio y se aliste para pagar millones en IVA.

Sobre el acuerdo que se estableció en España para exigir un tiempo de precontratación hasta de una hora para los VTC, Hugo Ospina, líder de los taxistas, señala que ese tipo de medidas no funcionarán en Colombia porque Uber es ilegal. Sostuvo que esas empresas no tienen intención de legalizarse, pues de esta manera perderían la flexibilidad que tienen en la relación con sus conductores. Expresó que los impuestos que actualmente pagan las plataformas de transporte salen de los recaudos de las cuentas desde donde se paga y no por la prestación del servicio que ofrece a los ciudadanos.

Los impuestos que deben pagar los taxistas son altos, ya que por estar afiliados a una empresa que les permitan obtener carreras deben pagar un impuesto anual de $840 mil. A eso se suma el impuesto por la tarjeta de rodamiento que es de $1 millón. A estos pagos muchos han tenido que pagar sumas millonarias por el derecho de cupo. Se cree que en algunos casos este valor supera los $80 millones en Bogotá, mientras que las empresas como Uber solo deben pagar un impuesto anual por el asociado de $400 mil.

Ospina recalca que Uber debe respetar el decreto del Ministerio de Transporte que prohíbe que empresas diferentes a las autorizadas puedan transportar personas y serían multadas con 25 salarios mínimos y la suspensión hasta de por vida de la licencia de conducción.

Sin importar su posición en el debate, las partes siguen sin respuestas a sus preguntas: ¿Por qué se permite la operación de un servicio que se describe como equivalente a la piratería? Hoy, 2,3 millones de colombianos usan a diario Uber, cuya flota de conductores se acerca a los 90.000.