¿Cómo es gobernar donde más tiembla en Colombia? | El Nuevo Siglo
El alcalde explica que el municipio es conocido como La Mesa de los Santos debido a que la vereda más visitada se llama La Mesa./ Alcaldía Los Santos.
Domingo, 9 de Octubre de 2022
Redacción Política

Luis Bernardo Almeida es el líder gobernante del municipio con mayor sismicidad en Colombia, Los Santos (Santander). Desde pequeño recorrió sus calles y siempre recuerda que en un año cualquiera es más común que tiemble a que llueva.

Este municipio, a 30 kilómetros de la capital santandereana, se encuentra ubicado en el llamado nido sísmico de Bucaramanga, donde, de acuerdo con la Red Sismológica Nacional, se presenta el 50 % de los movimientos telúricos que se registran en el país.  

La Red asegura que muy profundamente hay una gran lámina de rocas que todavía está fría y que al romperse produce los sismos. Así explican la razón por la cual se producen tantos sismos en esta región. Este municipio es considerado el segundo nido sísmico del mundo, después de la región del Hindú Kush (Afganistán).

Para mayor claridad, esta falla es muy diferente a la de San Andrés, debido a que esta última es muy superficial, en cambio el nido está conectado a una zona de sismicidad que se extiende por debajo de la Cordillera Oriental y de la Serranía del Perijá, pero a gran profundidad.  

Todas estas indicaciones geológicas las tiene muy claras Almeida y sabe que los temblores de magnitud 1,8 a 3,2 con  profundidades mayores a 130 kilómetros no son tan significativos. Y es que en Los Santos se puede tener un promedio diario entre 20 y 30 temblores, pero la gran mayoría en esas magnitudes y profundidades.

“Por eso no es tan trascendente y uno a veces ni lo siente. Cuando Los Santos es el epicentro de un movimiento que se sintió en otras partes del país, es porque la magnitud es mayor a 5 puntos, pero también por lo general cuando eso sucede la profundidad suele ser mayor a 150 km, cuestión que nos ha favorecido”, explica Almeida.

Asegura que muchas veces se dieron cuenta de que tembló gracias a los sismógrafos y a los reportes que les envían las entidades oficiales, pero en el momento que sucede, pocas veces lo sienten y de alguna manera los pobladores del municipio han aprendido a vivir con este fenómeno.   

“Los de mayor intensidad promedio pueden suceder cada tres meses o cada cinco meses, es muy variable y es ahí cuando el movimiento telúrico se siente en todo el país. Hace unos diez días hubo uno fuerte de magnitud cinco y con profundidad de 149 kilómetros. Yo no estaba en el municipio, me encontraba en Bucaramanga”, recuerda Almeida.

Del mismo modo remarca que “es normal que alguno de esos temblores lo despierte a cualquier hora en la noche" y que ya aprendió a diferenciar entre los sonidos que produce el viento en su ventana, "y los producidos por los sismos”.  

El temblor más fuerte que recuerda fue hace como 20 años, cuando se cayó la cúpula de la iglesia central, pero después de ese incidente el templo no se ha vuelto a afectar. En esa ocasión no se presentaron víctimas ni más daños.

Política sismorresistente de Los Santos

En el esquema de ordenamiento territorial de Los Santos ya es una exigencia que el tipo de construcción debe ser sismorresistente y solo está permitido construir edificaciones hasta de dos pisos.

“Las casas más antiguas que no tienen  refuerzos son las más afectadas. Son de tierra pisada. Las nuevas son levantadas con varilla y cemento de acuerdo con el esquema de ordenamiento”, asegura el alcalde.



Agrega que aunque no se ha presentado una urgencia mayor debido a estos movimientos, aún se  hacen continuamente campañas de prevención.  “Se capacita sobre los riesgos y sobre la manera de enfrentar una emergencia en los colegios, en las empresas, en las instituciones; con los presidentes de juntas se hacen ese tipo de campañas”.

“La semana entrante vamos a tener un simulacro, de los tres que tenemos en el año”, sostuvo. Sin embargo, asegura que ya se maneja con normalidad la situación, debido a que están acostumbrados a eso. “Igual se mantienen los planes de contingencia, pero no ha ocurrido nada que lamentar”, remarca.

A pesar de que el casco urbano solo equivale al 5 % del municipio y que allí habitan apenas 1.600 de los 15 mil habitantes de Los Santos, es en esa área donde más se han intensificado las capacitaciones de prevención y cuidado.

Se mueve mucho el turismo

El alcalde explica que el municipio es conocido como La Mesa de los Santos debido a que una vereda, de las 28 que tiene, se llama La Mesa y es precisamente ese lugar el que más atrae más turistas y señala que en un fin de semana pueden llegar a tener entre 35 mil y 40 mil visitantes.  

El clima, la tranquilidad y la atención de la misma comunidad son motivos que atraen a los turistas que llegan con el ánimo de apreciar el Cañón del Chicamocha, que está cerca de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Recuerda que la Gobernación de Santander aseguró que el Cañón podría convertirse en el segundo atractivo natural en Colombia declarado con este título.

Indicó que entre los requisitos para ser patrimonio se encontró que en el Cañón puede evidenciarse la evolución de la historia de la tierra desde el periodo precámbrico. Además de tener hábitats naturales gracias a sus características bioclimáticas.

“Fuera de eso tenemos el mercado campesino, que también atrae a una gran cantidad de visitantes; caminatas ecológicas y algunas cascadas. Además del Cañón están el Parque Nacional del Chicamocha y el teleférico, que nunca se ha visto afectado por los sismos”, aseguró el alcalde.

“A pesar de que se encuentra a 1.700 metros tenemos tres tipos de clima, el casco urbano está a 900 metros y tenemos zonas que están a 400 metros”, resalta Almeida sobre su población.

Ahora como alcalde trabaja por el mayor problema que tiene Los Santos: el abastecimiento de agua en algunas veredas.  "Se sufre bastante por el líquido, yo solo tengo dos carrotanques para abastecer a distintos sectores". Dice que ya se está construyendo un acueducto y que lleva más del 70 por ciento de avances. “Los veranos son bastante intensos, muy de vez en cuando llueve. Aquí es más lo que tiembla que lo que llueve”, como Almeida lo aprendió desde niño.